Friday, October 27, 2006

ESCRITOS DE ASTURQUÍN
DON JUAN ORDOVÁS
Director Fundador del Museo del Ejército
El antiguo palacio de Monteleón, del Madrid del siglo XVI, donde hoy se encuentra la Plaza del 2 de Mayo, tuvo su etapa de mayor esplendor en tiempos del reinado de Carlos II; años más tarde sufriría, en 1723, un devastador incendio. Una vez reformado, serviría como residencia palaciega a la reina viuda de Felipe V, Isabel de Farnesio, junto a sus hijos Don Luis y Doña María Antonia, pasando posteriormente a ser sede del Parque y Cuartel de Artillería, una vez efectuadas nuevas reformas correspondientes a los trabajos de adaptación.
España, como otros países europeos, a lo largo del período de los Borbones y que se materializaría durante el reinado de Carlos IV, siguiendo las corrientes de la Ilustración, sintió la inquietud de los militares, pioneros que fueron de numerosos avances técnicos y científicos, de fundar una institución dedicada, exclusivamente, a la conservación y difusión de una serie de materiales, que tuvieran relación con el ramo de la guerra, tanto para su conservación y mantenimiento, como con el principal objetivo de servir como ayuda a las enseñanzas de la Oficialidad.
Por todo ello, el generalísimo Godoy, dio las órdenes para que se llevara a cabo el proyecto de establecer un Museo Militar, pensando en este Parque para su ubicación y por R.D. De 29 de marzo de 1803, se crea el Real Museo Militar, en Madrid, comisionando a dos oficiales: Un artillero Don Joaquín Navarro Sangrán y un ingeniero Don Juan Ordovás y Sastre, como directores de dicho Museo, así consta en las respectivas hojas de servicios y otros documentos que relatan los primeros años de vida de dicho Museo, y que se encuentran depositados en el A. G. M. de Segovia.
Desde 1803 hasta 1808, se dedicaron, junto al personal a sus órdenes, a poner en marcha y organizar los fondos, que fueron recibiendo de diferentes Centros y Unidades. El primero se encargaría específicamente de la confección e instalación de modelos de artillería.
De las maquetas y modelos de fortificaciones, cuya colección fundacional, junto a varios ejemplares de obras de Montalembert, colección comprada a su viuda por R. D. De 31 de marzo de 1803, fue encomendado D. Juan José F. Ordovás.
Este, nació en Sevilla, el 22 de diciembre de 1760, y bautizado al día siguiente. Fueron sus padres: el Sargento Mayor Don Lorenzo Hordovas y Doña Manuela Sastre. Su hermana María Theresa Hordovas, fue la madrina en la ceremonia. Así consta en la partida de bautismo que se conserva en al Iglesia de Santa Magdalena de Sevilla, Nótese como su apellido consta con “H”. Es curioso como el adopta rehusar la “H” que no aparece en sus firmas autógrafas, tampoco aparecen acentos.
Ingresó como cadete en el Regimiento de Dragones el primero de junio de 1780, estudiando matemáticas en Barcelona. Nombrado ya ingeniero, estuvo destinado en Cataluña y en Valencia, pasando desde esta última, con el grado de teniente, a la Plaza abandonada de Orán, cuando a resultas del terremoto que sufrió, fue sitiada por el rey de Mascara en 1790. Pronto regresaría a la Península, ya que Orán fue cedida a Argel en 1792, a cambio de tener acceso al puerto, una factoría en Mazalquivir, y una concesión para la pesca del coral. Lo haría como capitán a la Plaza de Cartagena, a donde fue comisionado para examinar su proyecto de desecar su Almajar, con dos objetivos: hacer fructífero su suelo de las marismas, y terminar definitivamente con las epidemias de tercianas, que tanto mal estaba haciendo entre los habitantes de la Plaza. A cargo de las obras y el de las fortificaciones estuvo hasta 1800.
De esta etapa de su carrera militar data el plano, que levantó Ordovás, con fecha 5 de enero de 1797, correspondiente a la realización de las obras de desagüe de barrios y aledaños de Cartagena, y que titula: “Plano que manifiesta el Estado actual en que se encuentra la Obra de desagüe del Almajar de esta Ciudad, executa con arreglo al proyecto aprobado por S. M. y así mismo la disposición que ha tomado este terreno con la repartición que de el se ha hecho en Suertes de 32 Tahullas cada una”, y en el que se representa el plan de desecación del aljamar (marisma), sito entre el barrio de San Antón y el centro de Cartagena. Se proyecta un canal de desagüe, que recoge los escurrideros de las aguas de la Roche y del Hondín. Mediante un canal secundario se unen al canal, en un punto próximo al arrabal de la Concepción, las aguas de las ramblas Vinipila y de las Canteras.
Ese mismo año dibujaría las plantas y los alzados de la fortaleza de la Concepción de Cartagena. Su planta rectangular y sus gruesos muros, descansan sobre la roca madre de caliza, a base de grandes sillares de caliza. Se accede mediante una puerta elevada gótica cisterciense, adintelada con una lápida romana. Una falsa bóveda apuntada, por aproximación de hiladas de sillería, atraviesa el grueso muro. Por este zaguán se llega a la terraza, a través de una escalera de caracol embutida en el muro, llegando a una estancia que se distribuye dentro de la torre, alrededor de un gran pilar central, que sirvió para sustentar el interior del edificio.
La cubierta se sostuvo con bóvedas de crucería y las claves y ménsulas, estuvieron adornados con motivos vegetales y antropomórficos. La luz entraba a través de ocho aspilleras abocinadas hacia el interior, dispuestas de dos en dos, correspondientes a los muros y facilitaban la iluminación interior. Toda la parte superior de la torre, es decir cubiertas, bóvedas etc., fue derribada a finales del siglo XIX, por lo que el conocimiento que podemos tener de aquella, es a través de los planos antiguos realizados por Ordovás.
Gracias al valioso testimonio de la planta y alzado del castillo, realizados por él, hoy tenemos conocimiento gráfico de como estaba construida la Cartagena medieval, destacándose los caminos que ascendían a la fortaleza, principalmente hacia la puerta de la Villa, ya en estas fechas desaparecida de su ubicación original.
Al año siguiente, 1801, se le nombra cuartelmaestre, para la expedición, que al mando de Don Francisco Xavier Castaños, debía de embarcarse en el puerto de El Ferrol, pero el 21 de marzo de este año, se le comunica que ha sido destinado como segundo ayudante de una de las divisiones de tropa de Castilla la Vieja, a cuyo mando estaba el Príncipe de la Paz.
El 29 de mayo, España declara la guerra a Portugal, en la que interviene Ordovás, con la citada División. Una vez firmado, el 8 de junio, un doble tratado con Portugal y Francia, concluía la Guerra de las Naranjas, vuelve a su anterior destino en Galicia, hasta que el día 24 de septiembre, se le notifica que debe trasladarse a Madrid, para ponerse a las órdenes del Generalísimo Godoy.
En la Secretaría de su E. M, fue comisionado, junto a otros oficiales, para realizar las Ordenanzas de Ingenieros, y posteriormente para la formación y el establecimiento del Museo del Ejército. En esta situación se encontraba, hasta que, el 2 de mayo de 1808, sucedieron los hechos gloriosos para España, con el levantamiento del pueblo de Madrid, contra los franceses.
Ordovás no pudiendo soportar como la capital estaba ocupada por el enemigo, se fugó de la Corte, el 28 de mayo de 1808, presentándose en la plaza de Badajoz en el mes de junio, siendo nombrado Jefe de E. M., y contribuyendo a la organización del ejército contra el invasor, que levantaba en aquel momento la provincia de Extremadura. Integrado en este ejército salió en Octubre, en dirección Burgos, para ocupar, con su despliegue, el centro de la línea que se había formado, y constituido por Blake en Bilbao, Castaños en Calahorra – Alfaro, y Palafox en Sigüenza- Lumbier, intentando poner freno a los ejércitos napoleónicos.
Cuando Napoleón inicia el ataque a lo largo de la ruta de Madrid, con un ejército de 70.000 hombres, al mando de los mariscales Soult y Bessières, las únicas fuerzas españolas que podían cortar la dirección de la marcha, eran los 10.000 hombres del Ejército de Extremadura, desplegadas a campo abierto, y al mando de forma accidental del conde Belveder.
Así las encontró Soult, a la salida del bosque de Gamonal, atacando y causando mas de 2500 muertos y heridos, como consecuencia de la larga persecución a que fueron sometidos, y cuya parcial reorganización no se realizó, sino en Lerma, al amparo de la 3ª División de este ejército de Extremadura. En esta batalla se halló Juan Ordovás, era el 10 de noviembre de 1808.
Días más tarde, a las órdenes del general Cuesta, atraviesa el 27 de noviembre el Alberche, para alinearse con las fuerzas inglesas, en una posición de poco más de dos kilómetros de longitud, totalmente infranqueable para el enemigo, que se apoyaba en el Tajo y en la sierra de Segurilla, distribuyéndose a ambos lados de un riachuelo, que formaba un paso natural, y cubría la segunda línea de resistencia, para iniciar una serie de encuentros con el enemigo, que constituyeron lo que se ha denominado la batalla de Talavera, dada entre el 27 y 28 de julio de 1809.
La conquista del cerro de Medellín fue el comienzo de una serie de encuentros, donde ambos contendientes, aliados y franceses sufrieron grandes pérdidas en vidas humanas, y que culminaron con la derrota del ejército francés que se vio obligado a retirarse al otro lado del Alberche. En esta batalla se distinguió Ordovás por lo que se le concedió la Cruz de Distinción por R. O. de 8 de diciembre de 1810.
Después de esta batalla, cayó enfermo, por lo que se le permitió trasladarse a Sevilla, residencia de su familia: Recuperado de su quebrantada salud, se le ordena examinar las obras que se habían de realizar en la plaza de Tarifa, para unir la isla con el continente, contribuyendo a la construcción, de las faginas y salchichones en los Campos de las Almoraimas, siendo destinado con tal motivo al Campo de Gibraltar.
Con el fin de reforzar las defensas contra el ejército invasor, Ordovás, fue destinado a la plaza de Badajoz, el tres de agosto de 1808, donde dirigió las obras necesarias para mejorar su defensa, y en ello estaba cuando se presentó Soult, ante sus murallas; Badajoz, estaba defendida por ocho bastiones en la parte accesible por tierra y otras obras defensivas exteriores; su defensa corría a cargo del general Menacho.
Soulth, después de destruir al ejército de Mendizábal, que había llegado para reforzar a Menacho en la defensa de Badajoz, y de la muerte de este en una de las acciones, puso definitivamente sitio a la Plaza, que estaba ahora bajo el mando del brigadier Imaz, conminándole a que se rindiese. Imaz, después de convocar un consejo de guerra, a la mayoría de sus oficiales, entregó la Plaza el 10 de marzo de 1809, cayendo prisioneros cerca de diez mil hombres.
A principios de enero de 1810, recibe la orden del Capitán General, de recorrer los pueblos de la Serranía de Ronda, con la finalidad de reclutar cuantas gentes estuviesen dispuestas a tomar las armas contra el invasor, dado el inminente peligro que se avecinaba. Contó para tales menesteres con el teniente José Aguirre, quien le acompañó a lo largo y ancho del recorrido, organizando los puntos mas ventajosos a que deberían acudir caso de una inminente invasión y de acuerdo con los Jefes militares, o Comandantes de Armas y Justicias para que tuviesen preparadas a las gentes.
Cuando los franceses rompieron la línea de Sierra Morena, Ordovás, a las órdenes de Abadía, formó parte de la expedición que marchó sobre Ximena, con la finalidad de salvar la División que al mando del general Luis Lacy se hallaba muy comprometida, distinguiéndose con los acertados planes de maniobra. Posteriormente estas dos divisiones se retiran al Campo de Gibraltar, al mando de los generales Xavier Abadía, y Lacy. En este momento ostentaba el empleo de Brigadier Ayudante General del Estado Mayor. Permanecerá allí, hasta que en agosto de 1810, se le ordena pasar a Cádiz, con el objeto de encargarse de las obras y defensas de la Plaza, y sus dependencias.
En Cádiz estuvo durante un año hasta que fue elegido Ayudante General del E. M. con la antigüedad de su creación siendo destinado al E. M. General donde continuó y estuvo encargado como Jefe de la parte que permaneció a la inmediación del Gobierno.
En 1813 fue ascendido a Mariscal de Campo, siendo destinado por real decreto al Ejército de Castilla la Vieja y de Cuartel en Madrid.
El día 12 de mayo de 1816 es nombrado vocal de la Junta que presidió el Infante Don Carlos, para el arreglo de defensa de la frontera con Francia.
Por Real Cédula de 30 de junio de 1819 le concedió S. M. la Gran Cruz de la Real y Militar orden de San Hermenegildo.
Este año contrae matrimonio con Doña Ana Antonia Zamora y Aguilar, nacida en Villanueva de la Jara, el ocho de febrero de 1792, y bautizada el 19, poniéndole por nombre, Ana Antonia Escolástica Guillerma Joaquina Blasa. Fueron sus padres: Don Francisco de Zamora y Aguilar, caballero pensionista de la Real Orden de Carlos III, del Consejo de S. M., y su Fiscal de la sala de Señores Alcaides de Corte, natural de Villanueva de la Jara, y Doña Rosalía Guerrero Somma, camarista de la Infanta María Luisa y natural de Madrid. Fueron sus abuelos paternos: Don Blas Antonio Zamora y Aguilar, Regidor perpetuo de Villanueva de la jara, natural de la villa del Peral y Doña Antonia Peinado y Prieto, natural de la villa de Moya, todos ellos hidalgos notorios de sangre. Sus abuelos maternos fueron : Don Joseph guerrero del Consejo de S. M. Oficial de la primera secretaria de estado y Guerra, natural de Madrid y Doña Ana de Somma, Azafata de la reina, natural de Barcelona. Su padrino fue su tío Don Pedro de Zamora Aguilar, Caballero Maestrante de Granada, natural también de Villanueva de la Jara.
En 5 de abril de 1820, es nombrado Comandante general Militar de las Islas Canarias, cuyo empleo desempeñó hasta el 15 de julio en que regresó a la Península.
En 1824 se dignó S. M. concederle el cuartel del Ejército de Andalucía con residencia en Sevilla, permaneciendo aquí hasta el 5 de abril de 1825, en que fue trasladado el Cuartel a la provincia de Cuenca, con residencia en Villanueva de la Jara.
En 1827, el 19 de abril fue nombrado por el Supremo Consejo de la Guerra Presidente de la Comisión de revisión del partido de San Clemente creada para las reclamaciones de quintos y en 1828, el 28 de septiembre se sirvió S. M. concederle el Cuartel del Ejército de Castilla la Nueva con residencia en Guadalajara.
Fue condecorado con las medallas de la Fuga de Madrid, con la de la Batalla de Talavera y con la del Tercer Ejército.
El Consejo Supremo de la Guerra lo purificó en primera instancia de la conducta política y militar, observada durante el Gobierno revolucionario, en acordada en 16 de febrero de 1827 y fue aprobada por S. M.
El día siete de octubre de 1833, fallecía en Madrid.
FIN
Bibliografía
MANUEL DÍAZ–MARTA PINILLA .- “Realismo y utopía de los proyectos hidráulicos de la Ilustración y el Romanticismo. Colección de 690 planos de importantes obras hidráulicas proyectadas en el periodo 1746 – 1866”. Internet.
EUGENIO SÁNCHEZ JIMÉNEZ. “Planos Históricos de Obras Públicas”. Internet
HOJA DE SERVICIOS.- Archivo General Militar de Segovia.
MUNUERA NAVARRO.- “El castillo de la Concepción. La arquitectura militar del siglo XVIII en Cartagena”.
JOSÉ MANUEL GUERRERO.- “El Estado del Ejército y la Escuela de Ordovás”. Alía Plan, Defensa 2003.
MUSEO DEL EJÉRCITO.- “Del Parque de Monteleón al Palacio del Buen Retiro. Un legado para el futuro”.
CONQUISTADORES ESPAÑOLES EN AMÉRICA

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Wednesday, October 25, 2006


ESCRITOS DE ASTURQUÍN

La Cueva de Los Casares


Mi encuentro con nuestros antepasados, se produjo ante sus manifestaciones artísticas, plasmadas en el interior de la Cueva prehistórica de los Casares. Alli las mujeres, a tenor de los grabados, dejaron testimonio de sus sentimientos, aunque no es facil admitirlo, pues, son muchas las voces que comulgan con la idea machista, de que todo lo que nos han legado nuestros antepasados, es obra exclusiva de la mano del hombre.
La mujer del homo erectus, por mas señas el conocido anteneandertal, que habitó el lugar, vivía en grupos muy reducidos, la cueva no era tan grande como para poder soportar muchos miembros de una comunidad, pero si lo suficiente, para albergar a parientes que tenían varias mujeres, que les daban hijos y que colaborasen en la caza y en la supervivencia.
El problema estaba en la consanguinidad, muchos niños recien nacidos morian, bien por estas razones, bien por partos anormales, motivos climáticos u enfermedades desconocidas en aquellos tiempos. ¿Quienes sufrían estas calamidades?. Naturalmente, las mujeres, que eran las que padecían los dolores y, veían como se malograban sus retoños. Ellas, en las esperas de la llegada de los hombres, que permanecian largo tiempo en busca de los grandes animales en los cazaderos, se amparaban alrededor del fuego de sus hogares cavernícolas, y se consolaban implorando, para que sus partos estuviesen protegidos por los buenos espiritus, de aquellos animales que parían con tanta facilidad y no tenían complicaciones.
Y, ¿Quén podía estar mas sensibilizadas con el tema de la importancia de la pareja o de la procreación?. Solamente ellas podían haber sido las que grabaran en las paredes, en aquellas largas horas de ausencia, las alusiones rupestres, al tema de la procreación y de la fecundidad.
La mujer estaba muy preocupada con el tema del sexo, pero no tal como se entiende en nuestra civilización, para el hombre primitivo la desnudez y la relación hombre mujer, no era un tema tabú, se mostraba en aquellos tiempos con la naturalidad que lo hacían el resto de los animales. Tenían muy claro la relación causa-efecto de los nacimientos.
Aparte de los grabados del gran panel, de distintos animales y peces formando una circunferencia, símbolo de fuente de alimentación, la cueva en algún momento daba frente a una gran zona lacustre hoy desaparecida, donde pescaban seguramente en algunos momentos de utilización de la misma, con algun tipo de embarcación rudimentaria, como se constata, en las pocas pinturas que existen en ella, se pueden ver escenas relativas a la procreación y a la maternidad.
En las escenas de la hierogamia, que en la actualidad se pueden observar en sentido inverso al orden lógico, ya que la cueva tenía otra entrada, desde donde se iniciaban los ritos mágicos para protegerse contra los malos espiritus, llama la atención la mujer embarazada y adosada al vientre de una yegua.
La figura femenina, aparece además con la representación de un pequeño antropomorfo en su interior, la simbología de la yegua como animal sagrado para aquellas gentes, parece evidente. Entonces ya estaba domesticada y conocían muy bien su ciclo reproductor, se valía por si misma y el potrillo, nada mas nacer, seguía a su madre, esta fuerza reproductora del animal es la que espera recibir, la mujer, extrayendo la fuerza del vientre del animal, en el momento del parto y, traer a su hijo sin problemas.
Esta sensibilidad femenina inteligente de la mujer primitiva, me hace suponer que ya tenían un dominio matriarcal dentro de su entorno.
En la fotografía, a la entrada de la cueva, en compañía del guía: Emilio Moreno, Luis: compañero de estudios, y de "Espinete".

ESCRITOS DE ASTURQUÍN

EL PRESIDENTE DE LA JUNTA DE BARCELONA
JUAN MANUEL CARSY ORCHEL

Hablar de un personaje como Carsy, que aparece en la Historia de España de forma esporádica en los libros de texto y cuyo tema de investigación he elegido, se justifica por las connotaciones ambiguas, que se dan en él. Sus sorprendentes apariciones, incitan a la curiosidad sobre el papel desempeñado, al servicio, ó no, del Duque de Riansares, consorte de la reina regente María Cristina. El estado de la cuestión, es que parece presentarse, en los primeros años de la década de los cuarenta del siglo XIX, como un personaje al servicio de un republicanismo incipiente en Barcelona, cuyo protagonismo principal estaba en manos de Abdón Terrades,
La justificación de este trabajo se basa en que Carsy, por una serie de circunstancias, y a tenor de la documentación al respecto, se nos presenta rara avis, un personaje desequilibrante, liberal, controvertido, con una personalidad política en donde tiene cabida tanto lo republicano, como lo monárquico, aspectos a discernir y uno de los objetivos a alcanzar. Su actuación en diferentes momentos históricos, ejerciendo acciones dispares, pueden llegar a inducir, que estamos ante un miembro del servicio de inteligencia, ó no, hipótesis, a alcanzar en este trabajo. Su audacia le pudo librar, en más de una ocasión, de las dificultades por la que estaba atravesaba en cada momento, y su sentido del secreto lo llevó hasta el entorno familiar, sorprendiendo incluso sentimentalmente a sus más inmediatos allegados.
NACIMIENTO Y DIAS DE GLORIA
Juan Manuel Martín y Carsy nació el 18 de diciembre de 1808, en el seno de un hogar valenciano, constituido por Don Vicente Carsy, su padre y por Doña Salvadora Orchíll, su madre, naturales, ambos de San Juan, Valencia, y bautizado en la parroquia de San Martín Obispo y San Antonio Abad de la misma ciudad. Sus abuelos paternos fueron: Francisco Carsi y Manuela Ramón, naturales de San Juan, Valencia, maternos: Juan Orchill y Antonia Villacampa, siendo su padrino Juan Orchíll.
El 26 de enero de 18322, contrae matrimonio con Doña Manuela Rico y Adelantado, en la misma iglesia donde fue bautizado, viuda, con una buena posición económica, y, que a juzgar por su actuación, a la que más tarde nos referiremos, debió ser causa principal de la boda. Ingresó en el Ejército, en el Batallón de Francos Tiradores de la Patria, donde pronto ascendió, el 22 de diciembre de 1837, al empleo de Subteniente de Francos; tenía diecinueve años.
En 1838, participó en operaciones contra el ejército carlista, como la llevada a cabo contra el general carlista Don Basilio, en Valdepeñas, y en otras: Bejar o en Santa Cruz de Retamar. Por ésta última fue recomendado por el mando, ante el Gobierno de S. M., por su buen comportamiento.
Entre los días 6 y 15 de abril de 1839, estuvo en las acciones dadas en las inmediaciones de Segura (Aragón), el 1º de mayo, de ese mismo año, en el levantamiento del sitio de Montalbán. El Día 3 de junio, al mando de un destacamento, compuesto de veinte hombres, apostado en el pueblo de Villafeniche a orillas del Jiloca, contuvo y rechazó a un grupo de enemigos a caballo, que le atacaron entre los pueblos de Fuentes y Morata. Su acción le valió el honor de recibir las gracias del General en Jefe del Ejército, hecho que se publicó en la Orden General, siendo recomendado a S. M., para que le fuese concedida la Cruz de San Fernando de 1ª clase, como así fue, por Real Orden de 30 de octubre de ese mismo año.
SEPARACIÓN DEL EJÉRCITO
Concluida esta primera etapa de gloria, Carsy decidió pasar página y buscar otros derroteros, apartarse de sus compañeros de Unidad, cuando en Segorbe pasaba por momentos comprometidos. Todo comenzó cuando solicitó una licencia, por un mes, para resolver asuntos particulares en la capital valenciana. Mientras Carsy estaba en Valencia resolviendo sus asuntos, desde Segorbe su batallón se incorporaba a la tercera División para marchar sobre Cuenca, a luchar contra los hombres del general carlista Cabrera.
Finalizado su permiso, el 19 de febrero, Carsy decide, mientras sus compañeros se batían en el frente, e ignorando las calamidades por las que estaba atravesando en sus continuos combates y operaciones, no incorporarse a su Batallón, del que era jefe el Comandante Sanz, permaneciendo en Valencia, donde casualmente lo encontró, pues desde Chiva había ido hasta allí, a resolver asuntos propios de su Unidad.
Durante el encuentro le preguntó los motivos por los que no se había incorporado al Batallón, alegando Carsy, que no lo había considerado oportuno, ya que el camino estaba ocupado por los carlistas y la incorporación resultaba muy peligrosa. Parece que Sanz disculpó su alegato pero le expuso, que si bien hasta cierto punto esto le parecía lógico, no entendía el por qué no se había incorporado a Segorbe, ó a Alventosa, donde la cuarta compañía estaba de guarnición, como habían hecho otros oficiales y tropa del Batallón. Otras razones le presentó Carsy para justificar su no incorporación, como era la de estar arreglando documentos en vistas a su licencia absoluta.
Considerando su jefe que estaba incumpliendo con su deber, separado del cuerpo sin ninguna autorización superior, al término del encuentro le ordenó que se incorporara a su Unidad y que le acompañara al día siguiente a Murviedro, donde a la sazón se encontraban destacados.
Pero Carsy no se presentó. En vista de ello, el habilitado del Batallón, quese había desplazado a Valencia, le transmitió reiteradamente la orden de su jefe de que se incorporase inmediatamente. Como no lo hiciera, el once de Abril, el Comandante Sanz, firmó un escrito solicitando que Carsy fuese detenido, y conducido a su Unidad, al mismo tiempo que daba parte al General del Ejército con el fin de que se le impusiese la pena, de que se había hecho merecedor por haberse excedido en el tiempo de permiso, y por haber desobedecido reiteradamente sus órdenes. Cuando fueron a detenerlo, Carsy había desaparecido.
Mientras su Unidad seguía combatiendo en Alpuente, en Bejis, se apoderaba de Castielfabib, de Cañete, contribuía a la derrota de Guadalaviar, tomaba el castillo de Beteta, Carsy decidió marchar a Madrid, para solucionar su situación personal, dedicándose en la capital, a arreglar sus papeles de solicitud de licencia absoluta. Se había saltado el conducto reglamentario. Su jefe se debió quedar de piedra cuando, ya en fecha de dos de Mayo, recibe una carta de Carsy, enviada desde Madrid, justificando su proceder, y pidiéndole que le remitiese una copia de su hoja de servicios. Todo un poema.
Estamos 1841, el 27 de abril, se le expide pasaporte para que se incorpore a la Unidad, y finalmente, el marqués de Rodil dispuso, en un escrito dirigido al Coronel del Regimiento Infantería Cazadores de Luchana 9º ligero, que Carsy causara definitivamente baja en el cuerpo, hecho ocurrido el 31 de mayo de 1841.
PRESIDENTE DE LA JUNTA REVOLUCIONARIA DE BARCELONA
Concluido su compromiso con el Ejército; sus ideas liberales, hecho que se refleja en su hoja de servicios, “profesando además opiniones puramente liberales”, le van a llevar a erigirse presidente de la Junta creada en Barcelona, el 14 de noviembre de 1842.
Espartero ostentaba la Regencia, y la ex Reina Gobernadora María Cristina, desde París conspiraba contra aquél, aprovechando cualquier coyuntura para tratar de desestabilizar el gobierno de los ayacuchos. Si al tratado librecambista de comercio con Inglaterra, que perjudicaba gravemente la industria textil catalana, sumamos, que el Gobierno pretendía rebajar los intereses a las importaciones inglesas, el descontento por la llamada a quintas, el anuncio del cierre de la fábrica de cigarros, que hizo que mucha gente se quedaría en la calle, y la noticia de que el gobierno pensaba reconstruir la parte de la ciudadela demolida, se completaba el caldo efervescente con todos los ingredientes, que habían se saltar con los violentos encuentros en la calle entre soldados y paisanos.
A lo largo del año 1842, por parte de los demócratas, se venía provocando mediante artículos publicados en las páginas del El republicano, una labor subversiva contra el régimen, incitando a la lucha armada. Que intervinieron los republicanos en los hechos inmediatamente posteriores, es evidente, aunque Pérez Galdos tiene sus dudas, “cierto que el día 15 se habló de república, cierto que se cantaba el ja la campana sona, pero también es cierto que así se lo habían mandado y muchos lo repitieron como en broma, sin verdadero calor; no se trataba, pues, de asaltar la Bastilla…sino de quitar de en medio a un triste Gobierno y con él a una situación política, la Regencia de Espartero”, continua, “puedo asegurar a usted que ninguno de los que combatían en nombre del pobe invocó a la cesante Reina Gobernadora, ni a nadie se le ocurrió proclamarla; y no obstante por ella derramaron su sangre los muy locos, sin saberlo, que es lo más triste del caso, ¡Infelíz pueblo, criado en la inocencia y en la ignorancia de la ciencia política!. El ha sido y es instrumento de los que han estudiado las artes revolucionarias y el mecanismo de los motines.”
En la misma línea se encuentra Pirala, “se ha dado por algunos un origen exclusivamente republicano a los sucesos que vamos a referir, fundándolo en el programa que se publicó días antes del famoso Abdón Terradas, en que en el momento del primer desorden en la puerta del Ángel se hallaban reunidos en la cofradía de Zapateros los afiliados en aquel partido, y que los primeros prisioneros que se hicieron por orden del jefe político don Juan Gutiérrez, fueron las de los redactores del periódico El Republicano, Cuello, Montalvo, Bruguera, Casals y otros, aduciendo otros hechos, que si prueban todos la grande participación que tuvo aquel partido, los hay también para demostrar la del moderado y aun la de los progresistas, por la mucha parte que tuvieron las disensiones que les dividían, provocadas diariamente por El Papagayo, periódico moderado que se valía de la libertad de imprenta para desprestigiar la situación, concitar en su contra los ánimos é ir hacinando combustibles á la grande hoguera que todos preparaban”.
El día 13 de noviembre era festivo en Barcelona, las gentes habían salido de la ciudad a pasar una jornada en el campo, encontrándose con una serie de controles, a los que no terminaban de acostumbrarse, saltando la chispa en la puerta del Ángel. Cuando uno de los ciudadanos se negó a ser cacheado por la autoridad, se organizó un tumulto al que acudió la tropa, siendo recibida con lanzamiento de piedras e insultos, viéndose obligados a disparar al aire, consiguiendo que se dispersaran los grupos.7 La prudencia del oficial que la mandaba evitó que aquello revistiera mayor gravedad. Sin embargo el brote de la insurreción, se trasladó de lugar.
Interin, el jefe de la casa ayuntamiento pudo entrevistarse con el general Van Halen, Capitán General de Cataluña, quien, al tener conocimiento que los autores originales de tales movimientos fueron los redactores del periódico El Republicano, del que era redactor, un “periodista casi desconocido en nuestra capital”, Juan Manuel Carsy, se personó en sus oficinas, deteniendo a gentes sospechosas y en posesión de gran número de armas. El jefe político procedió a la detención a la que antes hemos aludido. Aquella noche fue tranquila y también las primeras horas de la mañana del día siguiente 14 de noviembre.
Las gentes se fueron concentrando en la plaza de San Jaime, y algunos jóvenes junto a un individuo del Ayuntamiento, se presentaron al Jefe político, exigiendo la puesta en libertad de los redactores detenidos, quien les advirtió de la imposibilidad de tal petición por estar el caso en manos de la justicia. El jefe político, Joan Gutiérrez, desde el balcón del Ayuntamiento, nada pudo hacer para calmar los ánimos
Como quiera que insistieran, fueron detenidos. Los ánimos se encresparon. El Ayuntamiento se veía desbordado ante el cariz que tomaban las cosas, incluso la Milicia no acertaba a que atenerse, puesto que la opinión más generalizada de sus miembros era que se pusiese en libertad a los detenidos para restablecer el orden, estimando que al no ser posible, se pusiese a los mismos bajo la custodia de dicha Milicia. De esta manera los comandantes llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento, pero todo fue inútil.
Las autoridades no tuvieron más remedio que publicar la ley marcial, pero el bando fue arrancado de las esquinas. Fueron arrestados oficiales del ejército que se encontraban paseando por la calle, siendo llevados detenidos al cuartel de la Milicia Nacional, mientras otras fuerzas de la misma fueron convencidos, junto a más paisanos a ocupar la plaza de San Jaime, ocupando los terrados de las casas inmediatas. Las tropas de la guarnición procedieron a cercarlos.
En el cuartel de San Felipe, parte de la tropa del tercer batallón de la Milicia se había revelado, y por parte del Ayuntamiento se ordenaba que se tomaran medidas para restablecer el orden, mientras, los redactores de El Republicano, que habían llegado hasta las casas consistoriales, insultaban a un regidor porque habían libertado a los oficiales del ejército que se habían apresado.
La Milicia tocó generala, reuniéndose en los puntos de concentración las tropas; sus comandantes pedían también la libertad de los presos. Llegó un momento que la población entera hicieron causa común con los levantados. La situación se prolongó durante toda la noche del 14 al 15 de junio, siendo los comandantes de la Milicia los que trataron de mediar entre el jefe político y los amotinados, pero no dieron ningún resultado satisfactorio. La situación era caótica. La insurrección se había generalizado, y cada casa, desde donde se atacaba a la tropa de la guarnición que trataba inútilmente de controlar la situación, y que habían recibido la orden de penetrar en la plaza o morir, era un reducto. “Así habría sucedido á no haberse pedido por los insurrectos una suspensión de hostilidades, ofreciendo retirarse a sus casas, por haber sido engañados”.
No todos los insurrectos opinaban de esta manera; frente al convento de la Merced, el batallón de la Milicia Nacional que allí se encontraba, atacó al batallón Saboya que se dirigía hacia las Atarazanas, así como soldados aislados se vieron atacados al grito “muerte a los castellanos”. Juan Manuel Carsy, aquel mismo día 15, pronunció un bando incitando a la rebelión, empleando un léxico revolucionario para exaltar a la revuelta y echando tinta sobre los militares y a favor de la independencia. Aprovechó la ocasión para lanzarse contra el Gobierno, acusándole de los males de la empresa catalana, y apeló a la dignidad del pueblo catalán y a ensalzar la Milicia Nacional, con el objeto de instigarla a nombrar una Junta, de la que casualmente el sería Presidente.
La forma y el como llegó a presidir esta Junta entra dentro de los interrogantes sobre su personalidad o sobre los verdaderos motivos. No deja de ser paradójico que “tres días antes del movimiento, Carsy, había sido expulsado de la redacción, por haberle encontrado sus compañeros (descerrajando el cajón de su mesa) alguna correspondencia de Madrid, por lo que adquirieron el conocimiento del doble papel que representaba a su lado aquel advenedizo”.
Con toda probabilidad logró llegar hasta ella, empleando recursos económicos cristinos, para dirigir un movimiento, que sin duda favorecía a los intereses de la ex Reina Regente María Cristina, en su afán de derribar al gobierno de Espartero. El impulsor de este movimiento catalán, estaba en manos del Duque de Riansares, en connivencia con el interesado rey de Francia, Luis Felipe. Un comentario expresado en una carta dirigida al coronel Don Fernando Fernández de Córdova, desde Florencia, por Don Manuel de la Concha, al referirse a esta conspiración contraesparterista, decía: "…apruebo los trabajos que ahí se preparan para que podamos utilizar cualquier acontecimiento como el de Barcelona", es bastante elocuente.
La proclama de Carsy no consignaba ningún principio ni levantaba ninguna bandera, sin embargo logró erigirse Jefe de la insurrección. Sorprende que nadie lo cuestionase, que nadie protestare de aquella barbarie, y aún más que formara parte de una Junta en la que no había nadie de su clase, y fuese obedecido y respetado por todos.
Van Halen, con las fuerzas del ejército, tomó posiciones en la Rambla apoyado por artillería, publicando un bando declarando el estado de sitio, e invitando a los amotinados a deponer sus actitud. La resistencia comenzó a disparar contra los componentes del ejército, provocando a su vez una lluvia de toda clase de artefactos, muebles, piedras, disparos etc. por lo que ordenó abrir fuego a la artillería contra las casas. Van Halen disponía de 2000 hombres, pero se vio obligado a replegarse, el día 15 noviembre de 1842, a la Ciudadela, presionado por la Milicia y el pueblo exasperado. Las campanas de todas las iglesias tocaban a rebato, y los pueblos colindantes enviaban refuerzos a los amotinados.
Después de este levantamiento, el día 16 la Milicia Nacional acometería un asalto contra la ciudadela, donde se habían retirado las fuerzas del ejército, con el ánimo de tomarla. En la tarde de ese día, dos batallones de Milicia de la ciudad y el de Gracia acometieron la Ciudadela tres veces repetidas con ánimo de asaltarla; fueron rechazados aunque con poca pérdida, quedando únicamente destruido el jardín de la explanada por los fuegos de la fortaleza. Este acontecimiento motivo el bombardeo de la ciudad desde Montjuich, y los cañonazos de la Ciudadela y de Atarazanas. Cayeron en la ciudad varias bombas: dos en la plaza de San Jaime, habiendo una de ellas desmoronado un ángulo del palacio de la Diputación, una en casa de Plandolit, calle de Escudellers; otra en la imprenta de El Papagayo, otra en la calle de la Unión, que atravesó cuatro pisos, otra en casa de un hornero en la riera del Pino, taladrando tres pisos, y algunas más en distintos puntos. A pesar de haber sido rechazadas las fuerzas que asaltaron la ciudadela, no creyéndose, en ella, segura la guarnición, cerca de la una de la noche, empezó a disparar cañonazos hacia la ciudad, para llamar la atención en aquel punto y escaparse precipitadamente por la puerta de socorro. Se dirigieron por la carretera de la marina,….”
La Junta de carácter popular, presidida por Juan Manuel Carsy, en su primera proclama, que va a ser el día 17 de noviembre, establecía las bases que habían de provocar el alzamiento barcelonés.
“1º Unión y puro españolismo entre todos los catalanes libres, entre los españoles que amen sinceramente la Libertad, el bien positivo, el honor de su país, y que odien la tiranía y la perfidia del poder que ha conducido a la nación al estado más deplorable, ruinoso y degradante, sin admitir entre nosotros la distinción de ningún matiz político o fracción; con tal que pertenezca a la gran comunión liberal española. 2ª Independencia de Cataluña, con respecto a la corte, hasta que se restablezca un gobierno justo, protector, libre e independiente; con nacionalidad, honor e inteligencia; uniéndonos estrechamente a todos los pueblos y provincias de España que sepan proclamar y conquistar esta misma independencia, imitando nuestro heroico ejemplo. 3º Como consecuencia material de las bases que anteceden, protección franca y justa a la industria española, al comercio, a la agricultura, a todas las clases laboriosas y productivas; arreglo en la administración, justicia para todos sin distinción de clases ni categorías”
En esos días Carsy escribía al diputado Cortés Ametller, al que suponía liderando la Junta revolucionaria de Gerona, ofreciéndole recursos y demás, decía: “que ya había visto el programa; que aunque no era lo que se había pensado no podía hacerse otra cosa, y que con respecto al asunto de la niña de Valladolid (?) todavía no podía explicarse ni decir nada”
El cuartel de Atarazanas capitulaba, el día 18 de noviembre, ante las exigencias de la Junta de Carsy, y a partir de aquel momento, toda la ciudad cae en manos de los revoltosos, quedando solamente el castillo de Montjuich, en manos del ejército de Espartero. La unión de todas las fuerzas políticas, a excepción de los progresistas, fue una evidencia. En estas circunstancias y ante la alteración que vivía la población de Barcelona, obligó a la Junta popular a hacer una manifestación para calmar tal estado de cosas, y dar a conocer a donde iban dirigidos los esfuerzos
“Unión entre todos los liberales: abajo Espartero y su gobierno: Cortes constituyentes: en caso de Regencia, más de uno; en caso de enlace de la reina Isabel II, con español; justicia y protección a la industria nacional. Este es el lema de la bandera que tremolamos y en su triunfo está cifrada la salvación de España”.
Ante la posibilidad de represalias, por parte del ejército, la Junta hizo un comunicado alegando que los militares que se hallaban en la ciudad disfrutaban de paz, de consideraciones, de respetos y de socorros suministrados por la Junta, pretendiendo salir al paso de los rumores de la supuesta represalia con los soldados que había en Barcelona, aunque en ese mismo comunicado preguntaban a las tropas fieles a Espartero porqué no se unían a la insurrección
“¡Qué esperáis pues, valientes del ejército. Venid a recibir el abrazo de vuestros compatriotas y conoced de una vez la mano de hierro que intenta sumirnos en la más degradante miseria”!
Como no tuvo efecto, la población se apresta a la resistencia. El 21 de noviembre se crea una comisión municipal con la intención de recoger cualquier proposición, por escrito, para mejorar las condiciones del pueblo, mientras la Junta, por su parte, crea un cuerpo con el nombre de Tiradores de la Patria, que había de formar el grueso de los grupos en caso de lucha.
El comité popular, a cambio de la participación de la población, ofreció cuatro reales por día y parte del equipo de combate preciso para la lucha, pero no tuvo el efecto esperado, y el paso de los días, sin alternativas favorables, acabará convenciendo a la población, que se encontraba aislada y con pocas o nulas posibilidades, de salir airoso de la delicada situación en que se encontraban. Por otra parte, el abandono de la población civil, fue constante en los días siguientes por temor a un bombardeo mucho más duro, que el de los primeros momentos del conflicto.
En estas circunstancias, la Junta el 23 de noviembre emitió un bando, en el que demandaba desesperadamente a la población, constancia, unión y fraternidad para superar la delicada coyuntura, pero, a pesar de ello, las autoridades ya habían tomado conciencia de la necesidad de hacer un pacto con el ejército dirigido por Van Halen y Zurbano, para evitar la entrada de las tropas de forma brutal en la ciudad. Así las cosas, a partir del día 24 de noviembre, la Junta entabla conversaciones con Van Halen, para llegar a un acuerdo de capitulación. La primera condición fue, que se pusiera en libertad a los prisioneros en el recinto de la ciudad, con su armamento al completo, suscitándose un tira y afloja, entre las autoridades del Ejército, y la Junta, sobre si debían ser entregados con todo su armamento y equipo o sin él, y la pretensión de esta última de que el ejército abandonara el castillo de Montjuch. Lo que intentaba en realidad Carsy, era ofrecer una postura de imagen de fuerza y representatividad, que evidentemente no tenía, con una salida honrosa para los revolucionarios.
La junta popular se autodisolvió el 28 de noviembre, con la finalidad de crear, por una parte, una comisión popular compuesta por miembros de la Milicia Nacional y alcaldes de barrio, y por otra, una junta consultiva, que había de gestionar y pactar la rendición de la ciudad.
Como en el primer caso, cuando se intentó nombrar una comisión de este tipo, ahora, los individuos que la formaron eran todos ricos y prestigiosos de la ciudad. Fueron 21 los vocales escogidos, destacando, el barón de Maldá, el fabricante Salvador Bonaplata, y el antiguo presidente de la Junta popular Juan Manuel Carsy, que fue el único individuo representativo de las clases sociales más humildes.
La disolución de la Junta popular y la delegación de funciones, en ésta consultiva, pretendía dos cosas: primeramente, favorecer la negociación de la capitulación entre el ejército ultrajado y un grupo de prestigiosos habitantes de la ciudad, con quienes el ejército, se suponía, sería más amable y sensible a la hora de llegar a un acuerdo, y segundo, intentar camuflar las acciones de los miembros de la junta popular ante una posible entrada de las tropas esparteristas por la fuerza, y evitar la venganza, pues les sería mas dificultoso identificar a los cabecillas de la insurrección.
Tampoco pudo instalarse esta nueva Junta, por no encontrase sus individuos en sus casas. Nadie sabía que hacer, Barcelona presentaba un cuadro muy triste y espantoso porque se veía en medio de su soledad y abandono, los Alcaldes de barrio eran las únicas autoridades, que quedaron mandando y aun estos eran pocos por haberse ausentado su mayor parte. D. Juan Manuel Carsy, y sus adláteres, temiendo por sus personas, formaron una especie de guardia pretoriana, compuesta por tres batallones de los llamados Tiradores de la patria.
El 30 de noviembre, se iniciaron las conversaciones entre la junta y el ejército, que se mostró totalmente intransigente en la capitulación. Desde el primer momento pidió que se desarmara a la Milicia Nacional, anunciaba el castigo a los dirigentes de la insurrección y otorgaba clemencia a todo aquel que se sometiese a las tropas. El general Van Halen, a cambio, lo único que garantizaba era la disciplina de las tropas en el momento de entra en la ciudad.
Estas condiciones provocaron que la Milicia Nacional optara por defender la ciudad toda costa, mientras los republicanos, viendo que de todas maneras iban a ser castigados, dirigen el movimiento y crearon una junta de signo más popular, a cuyo frente se puso Paula Cuello e Ignacio Montalda. Ante las posiciones totalmente radicalizadas, Carsy huye a Francia a bordo del buque francés, Meleagre.
Espartero llegaba a las afueras de la ciudad a primeros de diciembre, y el día 3 ordenaba el bombardeo de Barcelona, 1014 proyectiles caerán sobre ella durante doce horas. Van Halen bombardeó la ciudad destruyendo cuatrocientas casas y sembrando de cadáveres las calles. Espartero castigó a los barceloneses suprimiendo la Fábrica de tabacos, la casa de la Moneda, y les obligó a reconstruir los muros de Atarazanas, por lo que Cataluña estuvo pronta a coadyuvar a la revolución antiesparterista con todos los medios a su alcance. Carsy se había granjeado la enemistad de más de sus compañeros de armas, y también las dudas en las filas republicanas, en Francia.
CONSPIRACIÓN DESDE FRANCIA
Incluso los más radicales progresistas estaban contra de Espartero, pronunciándose algunos regimientos para que las cosas volviesen al estado en que se quedaron en 1840. De aquella revuelta barcelonesa, se refugiaron en Francia unos setecientos u ochocientos revolucionarios, que inmediatamente comenzaron a reunirse para buscar un jefe que los guiase y levantar de nuevo la insurrección contra Espartero. Algunos emisarios de Prim, sostenidos por Carsy y algunos moderados, habían ofrecido en nombre de aquél, que si le elegían jefe aceptaría este cargo, contando con los recursos y las relaciones necesarias, pero los planes de los agentes de Prim, bajo el liderazgo de Carsy, no prosperaron.
Carsy, el 10 de junio de 1843, con una pequeña fuerza de emigrados, logró pasar la frontera por Perpiñan, para unirse al movimiento de junio, proclamado en Reus por el general Prim. “…Y en aquella coyuntura entró Carsy, con dinero que le facilitó el mismo agente de Cristina, que quiso ganar a Terrados en noviembre, y un centenar de emigrados, con los cuales se metió en Figueras…”
Describe su hoja de servicios: “ Según certificaciones expedidas por los Generales Prim y Córdoba consta lo siguiente: que se unió a la División del 1º en el campamento de Olot el día 22 de junio, ofreciéndose a prestar los servicios mas penosos y arriesgados en provecho del Alzamiento nacional; que a sus servicios y desvelos se debe el alzamiento de algunos pueblos del Ampurdán de Cataluña, contando entre ellos La Junquera y Plaza de Figueras, que por lo arriesgado de la empresa y en razón a la poca fuerza de que disponía el mismo fue un hecho digno del mayor elogio y atención siguió al lado de dichos generales como Capitán adicto a S. M., en el ejército expedicionario de Cataluña, en todas las operaciones hasta la llegada a Madrid”, sigue más adelante: “... en atención a los méritos contraídos se le concedió el Grado de Primer Comandante de Infantería y en 29 de noviembre, de 1843, es destinado a la Comandancia de Valencia, al Cuerpo de Carabineros”.
Poco tiempo después, abandona a su mujer llevándose consigo más de 30.000 reales pertenecientes a su esposa y correspondientes a la herencia, que la habían dejado sus padres. Carsy, de nuevo, se ve inmerso en complicaciones.
ENTRE LOS REVOLUCIONARIOS DE LEVANTE
El régimen de Espartero había caído por la coalición de progresistas de izquierda y moderados, pero que se romperá en 1843, siendo Alicante el escenario donde aparecerá de nuevo nuestro personaje.
Durante el gobierno de González Bravo, se intenta marginar del poder a los progresistas, mientras se prepara el terreno para el acceso de los moderados al gobierno, con la consecuente eliminación de la Milicia Nacional y los Ayuntamientos.
Para los progresistas alicantinos esta política produjo un gran desengaño, pues habían creído que se iba a respetar el programa de la coalición antiesparterista, por lo que adoptaron una franca oposición cuando el gobierno restableció la ley moderada de los Ayuntamientos de 1840. A pesar de las precauciones adoptadas por el jefe político no pudieron evitar, que en enero de 1844 estallase un movimiento revolucionario en defensa de la autonomía municipal, sustentada en la Milicia cuyo jefe era Manuel Carreras, que tras confirmar a las autoridades militares y civiles en el castillo de Santa Bárbara de Alicante, se formó una junta de gobierno integral por Pantaleón Bonét como Presidente, y vocales de reconocido talante de liberal radicales, adscritos a la versión más demócrata de la revolución liberal, conspiradores románticos, que aportaban la pasión intelectualizada de emoción y sentimentalismo.
Con el fin de impulsar el movimiento revolucionario, la Junta decretó el 29 de enero la movilización de la Milicia Nacional de la provincia y creo una Junta de Armamento y Defensa, de la que formaba parte, entre otros, Juan Manuel Carsy, veterano en experiencias de este tipo. Es decir que el movimiento estaba en manos de progresistas radicales y de republicanos. Temiendo, que estas posturas se extendieran por todo el país, el gobierno se decidió sofocar la rebelión, deteniendo en los primeros días de febrero a algunos líderes progresistas: Madoz, Cortina etc., la prensa progresista amordazada, mientras el general Roncali, declara el estado de excepción, ordenando el bloqueo de Alicante por mar y tierra.
Desde Murcia un contingente militarizado al mando del brigadier Juan Antonio Pardo, se enfrenta a las fuerzas de Bonét, en los campos de Elda el día 5 de febrero, resultando el encuentro favorable a las fuerzas del gobierno. A partir de esos momentos, estaba claro que la rebelión quedaba limitada a Alicante y Cartagena y las fuerzas conservadoras se movilizan en apoyo de la Monarquía que creían amenazada.
Desde el 8 de febrero, Alicante quedó bloqueada por el ejército gubernamental, que establecieron sus cuarteles en Muchamiel y San Vicente de Raspeg. El día 14 el general Roncali, fusiló, en Villafranqueza, a los oficiales que habían sido hechos prisioneros en la acción de Elda, y la situación de los rebeldes se hacía cada vez más angustiosa, que se vieron obligados a tomar los suministros de los comerciantes, provocando el descontento generalizado de la población alicantina, que dieron lugar a que surgieran graves discrepancias entre los miembros de la junta al perder el apoyo social.
Roncali, el 6 de marzo, entró en la ciudad con un ejército de 5000 hombres, ordenando la disolución de la Milicia Nacional, y el desarme de todos los individuos que hubieran pertenecido a cualquier cuerpo armado ordenado por la Junta. Se practicaron numerosas detenciones y el día 8 de marzo, al amanecer, fueron fusilados en el malecón 24 personas, entre las que se encontraba su presidente Pantaleón Bonét.
Los miembros de la Junta de Armamento y Defensa consiguieron escapar, entre los que se encontraba Juan Manuel Carsy, que le llevaría de nuevo al exilio el 15 de febrero de 1844.
Emigrado en el extranjero estuvo todo el año 1845, hasta que decide entrar en España de forma clandestina, siendo detenido el 30 de abril de 1846 en Madrid, poniéndose a disposición de la Autoridad y trasladado a Valencia para ser juzgado por las causas antes expuestas, pero Carsy, logra escaparse entre Albacete y Almansa, dirigiéndose a Portugal, donde permaneció.
Tuvo suerte puesto que el 17 de octubre de ese mismo año, se publica un Real decreto de Amnistía, por lo que pudo regresar libre de cargos, presentándose al capitán general de Badajoz, el 26 de noviembre del mismo año.
LA SORPRESA FINAL
No acababa con esto su introvertida personalidad, también sus más allegados sufrieron las consecuencias. Tenía treinta y siete años cuando conoció a Micaela Alfonsa, una joven de veintiún años, natural de Ciudad Real y con ella mantuvo una relación sentimental, que duró hasta el final de sus días y fruto de la cual tuvo tres hijos, manteniendo con sus vecinos el secreto de esta relación, que por otra parte no le convenía que conocieran; sabía muy bien que estaba casado, cosa que ocultó hasta más allá de la tumba a Micaela y a sus propios hijos. La lectura de un escrito dirigido al Sr. Previsor y Teniente Vicario General castrense, D. Marcos Aniano González, que se encuentra en su hoja de servicios, no necesito comentario.
Efectivamente, el matrimonio se celebró en la misma habitación de su casa, donde se encontraba enfermo y en grave peligro de muerte, el siete de Julio de ese mismo año. Micaela no sabía la sorpresa que su fallecimiento la iba a acarrear.
Juan Manuel Carsy, falleció el ocho de enero de mil ochocientos cincuenta y siete. Enterada su verdadera mujer Doña Manuela Rico, que a la sazón vivía en Valencia, se dispuso a reunir la documentación como viuda, con el fin de conseguir dos pagas, ya que la pensión de viudedad, según consta en la hoja de servicios de su marido, no le correspondía, encontrándose con la sorpresa, que presentados, aquellos, la informaron del hecho de que su mujer era otra.
En su último acto Carsy no solamente confundió a su verdadera mujer, sino que engañó torpemente a sus hijos, y a Micaela, que no podía serlo.
CONCLUSIONES
La historia del oficial Carsy, hubiera permanecido en el anonimato, inmerso su historia en los legajos acumulados en las estanterías de los archivos, a no ser por la repercusión que tuvo su actuación, en la revuelta de noviembre del 42 en Barcelona, como Presidente de una Junta en Barcelona. Es difícil, conocer el carácter de un personaje, a través de unos cuanto retazos de su vida, pero aún así me atrevo a imaginar a una persona muy comprometida consigo misma, enérgica, rebelde, como parece desprenderse observando su hoja de servicios donde se expresa que su valor estaba acreditado, pero que también se granjeó el desprecio de sus compañeros por su comportamiento. Sus glorias y miserias, sus triunfos y derrotas, sólo pueden explicarse por ese especial carácter y por el ambiente enrarecido que le tocó vivir.
La historia de Juan Manuel Carsy da lugar a reflexionar sobre el papel que jugó en la historia de España. ¿Fue un agente al servicio de Fernando Muñoz, Duque de Riansares? Sus contactos con Prim parecen ser evidentes. Carsy parece pertenecer a la masonería, al menos así se refleja en alguna obra sobre el tema, nada de extrañar puesto que en esta época muchos militares pertenecían a esta organización. También es evidente, que contaba con bastantes apoyos, dando solución a cuantas situaciones difíciles se le presentaban. María Cristina lo conocía bien; Camilo Carsy, algún familiar de nuestro personaje, estaba al servicio de la familia real en París.
Por una parte a Juan Manuel Carsy, se le concede la máxima distinción militar: la Cruz Laureada de San Fernando, por otra, sus compañeros de armas le lanzan los más escabrosos comentarios: “.. cuando observo al hombre nulo, al ignorante, al mal soldado, al desertor al fin, proclamando ideas y principios que le son absolutamente desconocidos; cuando contemplo en él al oficial desidioso o inaplicado, que no ha estudiado nada, que jamás ha abierto un libro, ni ha asistido a un ejercicio doctrinal….” “porque desertó de sus banderas”…”abandona las filas y se deserta en medio de una guerra”….
FIN

Sunday, October 22, 2006

ESCRITOS DE ASTURQUÍN

EL ARCHIVO ECLESIASTICO
DEL CUARTEL GENERAL DEL EJERCITO


Ubicado en el Paseo de Moret, en el antiguo acuartelamiento de Inmemorial del Rey, se encuentra este importante archivo, único en su especie, de interés genealógico, bien merece una reseña literaria en mis escritos.
A la vista de tan importante legado histórico, que los sucesivos Curas Castrenses fueron aportando, a medida que se iban extinguiendo los distintos Regimiento, Hospitales, Unidades de nuestro Imperio, y su posterior remisión al Ministerio de la Guerra, de los distintos libros de matrimonios, defunciones y nacimientos, formaron este Archivo. En sus apretadas estanterías se encuentran los datos de personajes de todo estamento social español, y que por un motivo u otro estuvieron relacionados con la Milicia, a través de mas de cuatro siglos, pues se llegan a alcanzar datos de principios del siglo diez y seis, en los libros Sacramentales de la Iglesias Parroquiales de aquellos tiempos.
La proliferación de incendios en tantos y tantos lugares de España, que afectaron a sus Archivos seculares, hicieron posible que este Archivo Eclesiástico del Cuartel General pasase en muchos casos a ser pieza única, donde quedaron reflejados los duplicados de las partidas de todas aquellas personas que se relacionaron con las Parroquias Castrenses.
Cualquier persona que tuviese la curiosidad de encontrar datos de sus antepasados, en sus lugares de origen, y por el motivo mencionado estuviesen desaparecidos, podrían a buen seguro dirigirse a este Eclesiástico, con el fin de bucear en sus cerca de 10000 volúmenes.
Como se ha dicho, estos libros se fueron colocando a medida que las Unidades dejaban de existir, unos llevaron incorporados índices de los personajes que se encuentran entre sus páginas; en otros casos tales no existen. En la mayor de las veces las referencias en los márgenes de las partidas se refieren a nombres y no a apellidos, dificultando la búsqueda; la mayoría de las actas y partidas se inscribieron en los mismos, en la etapa en que los personajes o sus familiares estaban destinados en los Regimientos, además a través de los siglos las Unidades fueron cambiando de ubicación e incluso de denominación, creando todo ello una gran dificultad en la labor de investigación.
En él se encuentran datos genealógicos de todo el estamento social español, incluso en mas de un documento se encuentran las relaciones nominativas completas de los Batallones, con su Jefe al frente, con motivo de las obligatoriedad que hubo en algún tiempo de asistir a la confirmación, anual.
En el Archivo se encuentra un repertorio de documentos encuadernados según el estilo de las distintas épocas; así vemos legajos empergaminados, en carpetas de pergamino, de distintas formas, de botón, de lazo, etc. y que además aprovecharon, los antiguos religiosos, pergaminos mas antiguos a su tiempo que les sirvieron de tapa a los mismos.
De mis largas horas en medio de las estanterías del Archivo Eclesiástico, aparte de encontrarme siempre de casualidad con algún personaje del apellido que estoy investigando, tuve la ocasión de que me facilitaran los regidores del mismo algún documento histórico e inédito relativos a personajes de nuestra Historia de España, ratificando de esta forma la importancia de los datos que se pueden encontrar entre sus volúmenes.
De D. Mariano Alvarez de Castro, héroe de la Guerra de la Independencia, alcanzó el zenit de sus hazañas, cuando se encontraba como Gobernador de Gerona, en ocasión del tercer sitio que efectuaron los franceses ante los muros de la ciudad, e hizo publicar aquel lacónico bando "será pasado por las armas el que profiera la voz de capitular o de rendirse". El asedio fue desequilibrado en favor de los franceses que contaban con mas de 30.000 hombres frente a los 5.615 españoles que resistieron los sucesivos ataques desde el 13 de Junio hasta el 10 de Diciembre de 1808. Enfermo y llenos los hospitales de heridos, firmó una honrosa capitulación con el enemigo, que estos no cumplieron. El 23 del mismo mes sin acabar de reponerse de su mal, se lo llevaron prisionero a Francia y después de haberlo tenido preso en Perpiñan y Narbona le restituyeron a España y le encerraron el 9 de Enero siguiente en un calabozo del Castillo de San Fernando, donde expiró.
En el Libro donde se registraban las partidas sacramentales de la Plaza de San Fernando de Figueras, figura en sus páginas manuscritas: "El dia cinco de Julio del año mil ochocientos ocho, siendo Emperador de Francia Napoleón Bonaparte, las tropas francesas se apoderaron infamemente y con capa de aliados y de amistad de la Plaza de Sn. Fernando de Figueras".
Ocho años mas tarde el Párroco D. Sebastián Bataller dejaba constancia de lo siguiente: "Reinando el Señor D. Fernando Séptimo y hallándose de Gobernador de esta Plaza el Brigadier Dn. Joaquin Caamaño y Pardo, y en su ausencia exerciendo las vezes de éste el Coronel del Rl. Cuerpo de Ingenieros Dn. José Torras y Pelliosser, Comandante de esta Arma en la misma; se colocó el dia veinte y cinco de Enero de mil ochocientos diez y seis una lápida y verja en el calabozo de las caballerizas donde terminó su gloriosa carrera el General Dn. Mariano Alvarez de Castro Gobernador de Gerona, baxo la dirección de dicho Comandante de Ingenieros, cuia inscripción es la siguiente: Murio envenenado en esta estancia el dia veinte y dos de Enero de mil ochocientos diez, víctima de la iniquidad del tirano de la Francia, el Gobernador de Gerona, Dn. Mariano Alvarez de Castro cuios heroicos hechos vivirán eternamente en la memoria de todos los buenos. Mandó colocar esta lápida el Excmo. Sr. Dn. Francisco Xavier de Castaños, Capitán General del Exército año 1815. De todo lo qual y para eterna memoria yo el Cura Párroco de otra Plaza, doy fe y lo firmo en los dias y año arriba expresados. Dn. Sebastian Bataller".
Aquella lápida sería demolida años mas tarde, por orden del Duque de Connegliano, Mariscal Moncey, cuando pasaba por Figueras de regreso a Francia. De nada le valió al francés este destrozo avieso; años mas tarde se levantaría para siempre el mismo recuerdo con otra placa similar a la primera por Orden fechada en 13 de Abril de 1824.
El Párroco D. Salvador Presaire, en el año de 1835 dejaba constancia en las páginas de un documento de este Archivo, en momentos difíciles para el General D. Juan de O'Donell, estando preso en el castillo de Figueras: "Dn. Salvador Presaire Presbitero, Cura Párroco interino de la Plaza de Sn. Fernando de Figueras: El dia diez y siete de Octubre del año mil ochocientos treinta y cinco el Oficial de Guardia de la Principal de esta Plaza me dió un recado de que pasase en donde estaba preso Dn. Juan O'Donell a fin de darme un encargo lo que verifiqué inmediatamente. Otro encargo copiado a la letra es como sigue:
Apuntaciones.
El Rl. Despacho de Brigadier de mi hermano D. Carlos existe entre mis papeles, lo que todos juntos deberán entregarse a mi mujer, reclamándolos de mi Ayudante de campo D. Ildefonso Montes, a cuyo asistente se los entregué un momento antes de principiarse la acción del dia nueve en Olot. Mi cartera que contiene el retrato de mi muger en un secreto deverá entregársela a ella. La cartera de mi hermano, esta en mi maleta, si no me la hubiesen remitido se reclamará del brigadier D. Juan Antonio Garqué y se remitirá a mi madre advirtiendo que tiene un secreto que se abre metiendo el hierrecito del lapiz por donde está el porta lápiz. Dn. José (ilegible), Comisario de Guerra (ilegible) me entregó cincuenta duros que no he podido devolver por nuestra salida de aquel regno y encargo a mi suegra se los pague. El sobre para mi madre es A. Dª. Josefa Toris de O'Donell y encima otro sobre, que es el siguiente A Dª Petra Rodriguez de Gutierrez; C. de San Marcos frente a la Costanilla de Capuchinos nº 20 ytº. Madrid.El sobre para mi mujer es: Madame, Madame O'Donell, Rue Tronche nº catorce. Paris.
Las sortijas que tengo puestas que se las entreguen también a mi mujer; tengo girada una letra a favor de Dn. Ramón Gorrías con fecha diez y siete de Octubre, cuando llegue el caso de cobrarla se encontrará la segunda en mi cartera, recogase el dinero y devuelvase a mi mujer; después de haberse satisfecho los gastos ocasionados aqui Castillo de Sn. Fernando de Figueras diez y seis de Octubre de mil ochocientos treinta y cinco = Juan O'Donell. Y para que conste donde convenga doy esta manifestación escrita de mano agena que signo y firmo en Figueras a 20 de Octubre de 1835, En seña de verdad. Salvador Presaire, Presbítero."
En otro de los documentos encontré en nota manuscrita el siguiente texto, y que se refiere al Capitán General del Ejército, nombrado Presidente del Consejo de Ministros en el año 1869, con la cartera de Guerra; primer Marqués de Castillejos, primer Conde de Reus y primer Vizconde del Bruch: "El dia catorce de Noviembre de mil ochocientos cuarenta y tres el Teniente General del Egercito D. Juan Prim puso sitio en el castillo de S. Fernando, siendo los sitiados los llamados de la Janiancia, centralistas revelados contra el gobierno de Madrid, reynando Dª Isabel de Borbón, Reyna de España. Y capitularon el trece de Enero de mil ochocientos cuarenta y cuatro. Murieron once como se vera en el número cincuenta y siete".
Se encuentra en este Archivo la partida de Bautismo de un genial poeta español. D. José de Espronceda, en el año de la invasión francesa: "En al Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Purificación de la villa de Almendralejo en veinte y cinco de Marzo de mil ochocientos ocho el abajo firmante Capellán por su R. M. y Cura Parroco Castrense del Rgto Cavallª de (ilegible) Bapticé solemnemente un niño nacido a las seis y media del propio dia a quien puse los nombres de José, Ignacio, Javier, Carlos, Encarnación hijo legítimo del Tte. Coronel D. Juan Espronceda Sgtº Mayor del expresado Rgtº natural de los Barrios en el Campo de Gibraltar, y de Dª María del Carmen Delgado y Lara natural de Pinos del Valle Arzobispado de Granada. Abuelos PP el Coronel D. Diego de Espronceda natural de a en Navarra, y Dª Agustina Fernandez Pimentel natural de Zeuta. Maternos Dn. JosTafallé Delgado y Dª Francisca de Lara, natural de Pinos del Valle; fue su padrino el Excmo. Sr. el Vizconde de Soria Brigadier de los Rs. Extos, y el Coronel del propio Cuerpo quedando advertido del parentesco y obligaciones que había contraído. Se hallaron presentes como testigos Dn. Carlos Franco y Dn. Juan Cuadrado Capitán del mismo Rgtº. Juan Antonio Jordán".
De Jose Antonio Primo de Rivera, encontramos su partida de bautismo, en la que nos dice que nació en la Calle Génova nº 20, de Madrid: "En la iglesia Parroquial de Santa Bárbara de la Villa y Corte de Madrid, Capital de su Provincia y Diocesis a trece de Mayo de mil novecientos trece yo Don Eduardo Carrillo y Cruz Cura Castrense de esta Plaza di licencia a Don Vicente Casanova y Morral, Cura de la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo, para que bautizase, como en efecto bautizó, y ungió con los santos Óleos a un niño que nació a las siete y cuarto de la tarde del día veinte y cuatro de Abril del corriente año, en la calle de Génova, número veinte y dos, piso bajo, poniéndole por nombre Jose Antonio María Muguel, Gregori; es hijo legítimo de Don Miguel Primo de Rivera y Orbaneja, Teniente Coronel de Infantería, natural de Jerez de la Frontera, provincia de Cadiz, y de Doña Casilda Saez de Heredia y Suarez Argudin, natural de San Sebastián, provincia de Gupuzcoa; nieto paterno de Don Miguel Primo de Rivera y Sobremonte, provincia de Gupuzcoa; nieto paterno de D. Miguel Primo de Rivera y Sobremonte, difunto, natural de Jerez de la Frontera; y materno de los Excelentísimos Señores Don Gregorio Saez de Heredia y Tejada, Caballero del Hábito de Santiago y Gran Cruz de La orden Americana de Isabel la Católica, natural de Alfaro provincia de Logroño y Doña Angela Suarez Argudin y Ramirez de Arellano, natural de la Habana. Fueron padrinos el abuelo materno y la abuela paterna y en nombre y representación de esta la abuela materna, a quien advirtió el parentesco espiritual y obligaciones contraidas por este sacramento que presenciaron Don Antonio Saez de Heredia y Suarez - Argudin, abogado, soltero y D. Juan Zapata y Salazar, ex - Gobernador Civil, ambos de esta vecindad. Y para que conste, extendí y autoricé la presente en Madrid fecha ut supra= Eduardo Carrillo y Cruz".
Todo este material antiguo, susceptible de ser investigado necesitaría de un adecuado tratamiento en muy diversos ordenes, entre los que cabe destacar como prioritario el llevar cabo una completa base de datos informatizados que aunque llevaría cierto tiempo, una vez logrado, los documentos saldrían a la luz de una forma rápida y sencilla. El llegar a informatizar la documentación que se encuentra en los cerca de 10.000 volúmenes del Archivo Eclesiástico del Cuartel General del Ejército, debiera de ser objetivo muy importante.

Saturday, October 21, 2006



VAN DRELL Vida y obra.

Un trabajo, homenaje aun gran pintor. Sus obras oníricas nos sumergen en un mundo de fantasías propias de un genio.
Interesados contactar con email: marmanovnobiliaria@yahoo.es

Thursday, October 19, 2006


ESCRITOS DE ASTURQUÍN
PLANO INÉDITO DE LAS ISLAS MAYORGA, EN EL GRUPO DEL ARCHIPIELAGO DE LAS ISLAS TONGA, EN EL PACÍFICO.
THIS IS THE INEDIT GRAPHIC THE MAYORGA ISLANDS, IN THE GROUP TONGA ISLANDS, IN THE PACIFIC
.
Durante el proceso de investigación de un apellido, mis pasos me llevaron hasta el Archivo General de Indias de Sevilla, y cuanta fue mi sorpresa al encontrar entre los documentos buscados, el dibujo, hecho a pluma, de las denominadas Islas de Mayorga. Supuse, que quienes más interesados estarían en este documento gráfico del archipiélago serían precisamente los habitantes del mismo, de ahí la elaborarción del presente artículo.
Como genealogísta, naturalmente mi primera pregunta fue: el por qué de esta denominación, dándome la solución al instante ya que las notas al margen despejaban tal incognita. El plano, fue hecho a pluma. a bordo de la fragata de SMC, Ntrª Sª del Rosario, alias La Princesa,y representa la configuración que forman las islas del archipielago de Vava´u. Se encuentra en el Diario de navegación, hecho por el Alférez de Navío de la Real Armada y Comandante de la del Rey, D. Francisco Antonio de Mourelle.
Figuran en el documento los siguientes datos: Situadas en la latitud S. de 18 grados, 38 minutos y Longitud al Oriente de París 179 grados 12 minutos, que corresponde a 58 grados 12 minutos al Oriente de San Bernardino. Datos matemáticos: 18º 30’ a 19º 3’ de Latitud Sur; 179º 40’ a 180º 17’ Longitud Este del Meridiano de París. Del mismo modo se puede leer que en en el Diario de Navegación, ejecutado por D. José Antonio Vázquez, primer piloto de los de número de la Real Armada, desde el puerto de Manila, al de Sicirán, estos apartados:: LL.- Islas de la Amargura. Volcán de los Indios o Isla de Mayorga; en la página 115, correspondiente a los días de navegación 26 a 27 de Febrero de 1781. M.- Volcán de los Indios o Isla de Late, a la que se llamó Mayorga con el puerto del Refugio, en la página 118 ida, 1 de Marzo de 1781.
En 1781, el español Mourelle habiéndose desviado de la ruta tradicional del galeón de Manila a Acapulco, en derrota al puerto de San Blas, en las costas occidentales de la América, llegó a estas islas buscando avituallarse y efectuar reparaciones; lo hizo en primer lugar a la isla que denomonó Amargura, no consiguiendo encontrar el lugar apropiado, si lo hizo más adelante recalando en un excelente puerto en la isla de Vava´u, al que denomino puerto del Refugio; a este archipielago le denominó islas de Mayorga, en nombre del Excmo. Sr. D. Martín de Mayorga, virrey de Nueva España. Más tarde y gracias a las informaciones de Mourelle, la expedición científica de Bustamante y Malaespina se detendría en estas islas.

Monday, October 16, 2006

ESCRITOS DE ASTURQUÍN
Los Señores de Bagnoli, en el reino de Nápoles
Después de muchos años pensando en hacer el viaje a Nápoles, al fin, durante el tiempo de la Semana Santa de 2003, en compañía de mi mujer, pude cumplir mi pequeño sueño. Tras las huellas de una familia, que había llevado el apellido Mayorga, desde Madrid, hicimos en coche muchos kilómetros, para adentrarnos por aquellas calles del barrio viejo de Nápoles. Aquel caos, un desbarajuste circulatorio, que parecía fuese habitual, en aquellas calles de grandes y anchos adoquines, pequeñas losas, y que apenas hacían notar los baches que producían sus juntas, a causa de la lentitud con la que se avanzaba, entre tranvías, motos, personas cruzando por donde podían, sin agentes que pusieran un poco de orden, con fondo de fachada viejas, con desconchones de pintura vetusta y con aceras abarrotadas de comercios y tenderetes al aire libre, mezclado todo en un aire cargado de olores de todo tipo, me hicieron recordar la calle de Bravo Murillo, en Madrid, por los años cuarenta, del siglo pasado.
Llevaba en la cartera la dirección de un monasterio antiguo, del siglo XVI, pero no me sirvió de nada, un gasolinero italiano, muy amable me enseñó el callejero de Nápoles, y pude comprobar que aquella dirección, no existía como tal. No pude conseguir lo que me propuse, hacía tantos años: fotografiar las estatuas en mármol, que se encontraban en aquel monasterio de la Concepción, pertenecientes a mienbros de esta familia de Mayorgas.
Y es que aquel monasterio, levantado con el patrocinio de Don Pedro Álvarez de Toledo, a principios del siglo XVI, había sido derribado siglos más tarde, para dar paso a la construcción del Palacio de San Giacomo, situado en la plaza del Municipio, en tiempos de Fernando IV, y que sirviera como sede de la secretaria del Estado, del antiguo reino. La Iglesia de San Giacomo de los Españoles, cuya construcción data del año 1540, con toda seguridad fue la antigua iglesia del citado monasterio, ya que rezan los testimonios escritos, que fue levantada tambien por la voluntad de Don Pedro; hoy esta muy reformada, pero permanece en ella su sepulcro. De todo esto me enteré al llegar a España, hojeando la historia de Nápoles, que había adquirido en un comercio, cerca de este antiguo monasterio.
No obstante, el hecho de haberme encontrado en esta parte de la ciudad, recorrerr los aledaños del Maschio Angioino, que los de esta familia frecuentaron, dar vista a la mole del Vesubio que ellos observaron, fue motovo de azicate para pensar en llegar a conocer más, sobre estos españoles que llegaron a Nápoles, después de que esta ciudad estuviese en manos de la Corona de Aragón primero, y a partir de 1503, bajo el dominio de España en tiempos de Fernando el Católoco, desde que Gonzalo de Córdoba tomara posesión de la plaza; situación de dominio español que estuvo hasta el año 1707.
Aquella familia de Mayorga, tuvo un papel importante en el desarrollo cultural de Nápoles, algunos de sus miembros estuvieron emparentados con familias influyentes italianas, como eran los Srtrozzi o los Sforza.
El feudo de Bagnoli, a poca distancia de Nápoles, en la provincia de Avellino, pasó, en el año de 1609, a poder de Don Fernando Mayorga y Leyva, Caballero del Hábito de Santiago, fue el Primer Duque de Bagnoli, además era Señor de Poliñano. Nacido en Nápoles en 1600, casó con Doña Sancha de Mendoza y Luna, no tuvieron sucesión, tal vez debido a esta circunstancia, el ducado pasó, en 1645, a la duquesa Eleonora Mayorga, que formó parte de la dote que aportó a su matrimonio con uno de los Srtozzi, Don Luigi Strozzi.
Enmcontré una reseña documental, sobre un baliato de Doña María Majorgas Forza, (Mayorga Sforza), Duquesa de Bagnoli, (Bañuelo o Bañolo), relativo a que sin falta se diese justicia, en el año 1643, de fecha 3 de Diciembre, y donde aparecen nombres colaterales como son: Brancia, Zufia, Casanate, Sanfelice, Caracciolo y C.Latro.(Notamenti, Volumen nº 47, 1463).
En la segunda parte del siglo XVII, la familia Strozzi, se había convertido, en una de las familias protectoras del arte y de la cultura, su palacio se había convertido en el lugar mas selecto y concurrido del ambiente artístico de Roma.
Y en este palacio, una mujer especialmente culta, era la principal responsable de aquel cenáculo de la cultura. Maria Teresa Mayorga Renzi Strozzi, Princesa de Forino, que no dudó en proteger a aquel gran músico que fue Sabatino Zipoli, y que en el año de 1715, va a obtener el puesto de organista en la iglesia del Gesú de Roma. El año siguiente, publicaría una de sus obras mas elaboradas, las Sopnatas d'Intavolatura, dedicado a Maria Teresa.
Del feudo de Polignano, en el mismo reino de Nápoles, eran Don Pedro Fernandez Cabeza de Vaca, y su Muger Doña Maria Alfonso de Comontes. Su segundo hijo Ruy Fernández de Mayorga, que casó con Doña Francisca de Bozmediano, fueron los ascendientes de estos Mayorgas afincados en Nápoles.
Don Fernando de Mayorga, fue del Concejo de Nápoles y Secretario Supremo. Tuvo además diversos cargos en la ciudad de gran autoridad. Sus padres fueron: Don Pedro Fernández de Mayorga e Isabel de Castilla.
Don Fernando de Mayorga, había fundado la capilla Mayor del Monasterio de la Concepción de Nápoles, de la orden de San Francisco de hábito blanco, escapulario azul, con la imagen de la Concepción en el pecho y el Cordón de San Francisco, con el objeto de ser enterrado en aquel lugar.
Junto al altar Mayor se encuentraba el sepulcro de Don Fernando, con una estatua suya de mármol; una inscripción latina donde se lee: Año MDIIC. Die. VIII Sept. Debió contraer nuevas nupcias pues, Doña Porcia Coello, que murió el año 1597, estaba en otro sepulcro, junto a su marido, en otro sepulcro de mármol y su estatua, con el epitafio en latin ANNO MCLXXXXVII. Die. XXV Octobris.
Datos sobre esta familia los he extraido de la obra: “Genealogía de la Noble y Antigua casa de Cabeza de Vaca, sacada del Teatro Genealógico de los Reyes, Grandes, Titulos, e Señores, de Vasallos de España”. Signatura es 929, 2 (Cabeza de Vaca). Biblioteca Central del Servicio Histórico Militar, libro empergaminado del siglo XVII. de D. Ioseph Pellicer de Tovar, Cronista Mayor de Su Majestad y de su Concejo, fue impresa en Madrid, por Domingo García i Morrás en el año MDCLII.
En la página 55 dice:
“Algunas noticias de los Duques de Bañuelo, Señores de la Ciudad de Poliñano en el Reyno de Nápoles¨. Ruy Fernandez de Mayorga dize la relacion referida, que fue Hijo Segundo de Pedro Fernandez Cabeza de Vaca, i de fu Muger Doña Maria Alfonfo de Comontes, y que Caso con Doña Francisca de Bozmediano, i vienen Dellos los Mayorgas de Napoles. Hasta aquí llega la Relacion fin continuar la Linea i fin declarar fi procedenpor Hembria, o por Varon..
Lo que yo puedo decir es que Pedro Fernandez de Mayorga, caso con Doña Isabel de Castilla, i fueron Padres de Don Fernando de Mayorga que fue del Concejo de Napoles y Secretario Supremo; tuvo Diversos Cargos de Grande Autoridad, i fundo la Capilla Mayor del Monasterio de la Concepcion de Napoles, del Orden de San Francisco con Abito Blanco, Escapulario azul, la Imagen de la Concepcion en el pecho, y Cordon de San Francisco. Esta el Sepulcro y Estatua de Marmol de Don Fernando de Mayorga, Iunto al Altar Mayor con una inscripcion latina Año MDIIC. Die. VIII Sept.
Caso con Doña Porcia Coello la qual Murió Año 1597 y esta junto a su Marido en otro sepulcro de marmol, con estatua y epitafio en latin Anno MCLXXXXVII Die XXV Octobris.Procrearon un Hijo y una Hija que fueron: Don Pedro de Mayorga sucedió en su casa, que caso con Doña Antonia de Leyva, Hija de Juan de Leyva i de su Muger Doña Beatriz Carrafa su Muger. Don Fernando de Mayorga su Hijo que murio en 1609 y esta sepultdo junto a sus padres i de su Muger Doña Iuana de Castilla, con su busto y epitafio en latin Anno MVCIX.Don Fernando de Mayorga y Leyva fue Primer Duque de Bañuelos y Señor de la Ciudad de Poliñano. Caso con Doña Sancha de Mendoza i Luna. No tuvo sucesion.
(Caballero del Hábito de Santiago; este titulo está en las pruebas de D. Francisco Vaca, Prior y Canónigo de León, que se compulsaron cuando se hicieron las del pretendiente a la Orden D. Manuel de Auletia Cabeza de Vaca, cuyo Hábito se despachó el 9 de febrero de l629. En el documento consta que Diego de Mayorga, casado con Catalina López fue el quinto abuelo de D.Manuel).
Doña Beatriz de Mayorga Hija de Don Fernando de Mayorga y de Doña Porcia Coello, caso con Don Francisco Bernardo de Quiros Regente de Napoles. De este Matrimonio nacio Don Diego Bernardo de Quiros y Mayorga Suffesor en el Ducado de Bañuelo, Señor de Poliñano”.
ESCRITOS DE ASTURQUIN
El Conde de Beaufort
A través de la historiadora Doña Mariona Ibars Puga, conocemos muchos aspectos de este miembro de la realeza navarra. Del Principe de Viana, Don Carlos de Evreux y Trastámara, hijo primogénito de Doña Blanca y reina de Navarra y de Don Juan II de Aragón, nos hace interesantes puntualizaciones para este artículo.
Don Carlos, tras enviudar de su única mujer, la princesa Inés de Cleves, hija de Duque de Cleves, después de nueve años de matrimonio, y de la que no tuvo descendientes, se enamoró de Doña María de Armendariz con la que tuvo una hija, Doña Ana de Navarra.
En Sicilia se enamora de una doncella, conocida por Capa, con la que tuvo un hijo, Don Juan Alfonso de Navarra y Aragón, que luego sería abad de San Juan de la Peña, y Obispo de Huesca.
También se enamoró de Doña Guiomar de Sayas, una gentil damisela, que estuvo a su servicio, parece que se le conocen ningún hijo con ella.
Cuando estuvo en Mallorca, tuvo amores con Margarita Colom, amante de la que no solía hablar, y que dejó embarazada, pues cuenta Jaime de Burgo, en la obra: "Historia general de Navarra, t II, pág. 56, Rialp, que según el historiador mallorquín, Gabriel Verd Martorell, alumbraría a Cristobal Colom, descubridor de América. Margarita era hija de Juan Colom, que había estado al servicio de Renato de Anjou, residía en el Munucipio de Felanitx, en una finca llamada Alquería Roja, actualmente San Ramonet. Podía haber nacido en la primavera del año 1460.
Parece que Carlos ocultaba muy celosamente esta relación, debido según este historiador mallorquín, a que fuese el origen chueta (judio) de Doña Margarita la razón ya, que para un principe tan cristiano como era Don Carlos, sería todo un descrédito; tener en aquellos tiempos, un hijo medio judio, hubiera sido todo un problema.
Pero esto nos crearía todo un problema histórico, pués si las cosas hubiesen sido de ester modo, Colom hubiese sido nada menos que sobrino del Fernando el Católico, y que todos los esfuerzos por el Descubridor por ocultar su origen, podían explicarse de esta manera. Complicada genealogía, sólo de posible resolución con el cotejo del ADN entre Don Carlos y Don Cristobal. En estas mismas fechas, se estan realizando estas pruebas.
Como curiosidad histórica esta muy bien, el caso es que cuando murió Don Carlos, el 23 de Septiembre de 1461, dejó expuesto en el testamento las herencias para su padre, para su hermana Blanca y para los tres hijos naturales que tuvo, a partes iguales la herencia que tenía de su madre.
Pero hay más pues cuando Don Carlos estuvo en Nápoles, se enamoró de Doña Brianda Vaca, una hermosa mujer de calidad, y que le iba a acompañar hasta su muerte en Barcelona. Brianda, era hija de Don Fernando Alfonso Cabeza de Vaca y de Doña Juana Fernandez de Mayorga, Señores de Vallecillo. En el año 1442, a Brianda le dejó su padre en su testamento, los alvalaes de las cantidades que el rey le debía. Además doscientos florines de oro, del cuño de Aragón. Tuvo el Principe de Viana con Doña Brianda a un hijo: Don Felipe de Aragón y Navarra, Conde de Beaufort, Arzobispo de Palermo y Maestre de Montes, que murió en el año 1488, sirviendo al Rey Don Fernando El Católico su primo, en la Conquista de Granada, peleando en la Tala de Baza.
Pellicer y Tovar, en la pág 57, de su obra, Genealogía de la Noble y Antigua casa de Cabeza de Vaca, nos relata: BUENA MEMORIA del Excelentisimo Señor Don Felipe de Aragon i Navarra, Conde de Beaufort, Arçobispo de Palermo, y Maestre de Montefa, Hijo Natural del Serenisimo Principe Don Carlos de Viana, y de Doña Brianda Vaca.
"Doña Brianda Vaca de Mayorga, dio a esta Familia tan real Nieto, como el Excelentisimo Don Felipe de Aragon i Navarra. En ella le tuvo el Serenissimo Don Carlos Principe de Viana, Primogenito Heredero de las Coronas de Aragon i Navarra. Hijo Mayor del Rey Don Iuan el Segundo de Aragón.
Quien fueffe Doña Brianda, o de qual de las Lineas Referidas, no mefera facil desajustar. Solo he hallado una Brianda Hija de Fernan Alfonfo Cabeza de Vaca, i de Doña Iuana Fernandez de Mayorga, Señores de Vallecillo; A la qual el Año 1442 dexa fu Padre en fu testamento los Alvalaes de las cantidades que el Rey debe; i Mas Doscientos Florines de Oro del Cuño de Aragon como queda dicho en el Folio Treinta i Ocho.
El Nombre y el Tiempo en que vivía no defa duda a la conjetura de que fueffe la Madre de Don Felipe. Mas como quiera que sea, Ella fue de esta Familia, i estuvo bien cerca de Ilustrarla mas. Síganse las palabras de Geronimo de Zurita, en el Libro Veinte i Siete, Capitulo Veinte i Quatro de fus Anales, que fon Eftas, hablando de la Muerte del Principe Don Carlos:
Tuvofe en aquellos tiempos por muy cierto, que viéndose los Privados de efte Principe, Desamparados de fu favor, i viendo ellos deseado tanto, que Reynara por tan Peligroso Camino, i que eftava fin ninguna Esperanza de Vida, procuraron de Amancillar con Doña Brianda Vaca, que eftaba en Poder de Don Hugo de Cardona Señor de Belpuch, porque hicieffe legitimo a Don Felipe fu Hijo que fe llamava Conde de Beufort, i el Principe no quiso dar lugar a ello.
Nació Don Felipe Año 1448 como escribe Don Roque Pirro Abad de Netti, Cronifta de Su Magestad de Sicilia, en el Tomo Primero de las Noticias de las Iglesias de Aquel Reyno, en la de Palermo. El Principe Carlos fue Padre, en fu testamento que Otorgo a 23 de Septiembre del Año 1461, Refiere Zurita, que mando que la Hazienda Libre, que le pertenecia de la Reyna Doña Blanca de Navarra fu madre, se dividieffe en tres partes, i se dieffe la Una a Don Felipe Conde de Beufort, fu Hijo.
Luego, el Año 1474 el Rey Don Iuan de Aragón fu Abuelo, le eligió Arçobispo de Palermo, por muerte de fu Anteceffor Fray Paulo Vifconde, del Orden de los Carmelitas; Confirmolo el Pontifice Sixto Quarto. Despues del Año 1477, aviendo Muerto, Don Artal de Cardona Conde de Colifano, fue creado Gran Canciller de Sicilia.
El Año 1484 fue Electo Maestre de la Esclarecida Orden Militar de Nuestra Señora de Montesa, i renuncio al Arçobispado, en el qual le sucedió Don Pedro de Fox fu Primo, Infante de Navarra, i en la Dignidad de Gran Canciller, Don Alfonso de Requesens. Murio el Maester Don Felipe el Año 1488 sirviendo al Rey Don Fernando El Catolico fu Primo Hermano, en la Conquista de Granada i acabo peleando en la Tala de Baça, con gran sentimiento del rey como escribe Hernando del Pulgar. Don Pedro Martir de Angleria en el Libro Primero de fus Epistolas, afirma que murio Sagirta ex Manibus Tranfmiffa Percufus, i de Temprana Muerte habla Geronimo de Zurita en el Libro Veinte i capitulo Veinte i seis de los Annales”.
Gerónimo Zurita y Castro, Historiador español, nacido en Zaragoza en 1512, falleció en 1580. En 1547 fue designado por el Rey Don Felipe II cronista del reino de Aragón, mereciendo su confianza, y a quien asistió como Secretario. Para llevar a cabo esta labor recorrió todo Aragón e incluso paso a Italia y a Sicilia con el fin de estudiar los Archivos oficiales y particulares, en sus Anales de la Corona de Aragón en el s. VIII hasta la muerte de Fernando El Católico en el año 1516, apreciándose constantemente la seriedad y rigor de su obra, apartándose de las corrientes de las viejas crónicas, aspirando a escribir la Historia en base de documentos, visitando los propios lugares, abtuviéndose de añadir nada de su invención, y mostrándose ecuánime e imparcial en sus juicios.
Resumiendo el Principe de Viana, a tenor de todo ello, tuvo, al menos, los siguientes hijos, todos ellos naturales:
Doña Ana de Navarra, casó con Don Luis de la Cerda, Conde de Medinacelli.
Don Felipe de Navarra y Aragón.Conde de Beaufort
Don Juan Alfonso de Navarra y Aragón.

(F)
CONQUISTADORES
APELLIDOS ESPAÑOLES
DE EXTREMADURA
A INDIAS EN LOS SIGLOS XV Y XVI
Fadrique, Doña Ana (de Badajoz). De la casa de D. Pedro de Alvarado. Pasó con éste a Guatemala en 1538.
Figueroa, Juan (de Alange). Hijo de Juan Figueroa y María Gutierrez. Obtuvo licencia para pasar a Santo Domingo el 14 de Enero de 1539.
Felipe, Sebastan (de Jerez de los Caballeros). Pasó a Costa Rica en la expedición de Diego de Artieda en 1575. De 28 años.
Feria, Alonso de (de Feria). Fue compañero de Almagro en el Perú y falleció en 1538 en el Cuzco.
Feria, Catalina de (de Feria). Probablemente casada con Juan de la Torre y con él pasó a Santo Domingo antes de 1519, después a Tierra Firme y Perú, donde estaba en 1535.
Vivía en 1552 y falleció antes de 1547.
Feria, Francisco de (de Feria). Era minero y estaba en Méjico en 1527.
Feria, Fr. Francisco de (de Feria). Nació en 1533. Pasó a Méjico donde tomó el hábito dominicano en 1573. En 1603 estaba en el convento de la Piedad. Fue cuatro veces prior y definidor en el capitulo General. Sabiendo lengua mejicana y misteca.
Feria, Juan de ( de Feria). Estaba en Puerto Rico en 1512 a 1517.
Feria, Pedro de (de Feria).Pasó al Perú en 1534.
Feria, Rvdmo. Fr. Pedro de (de Feria). Hijo de Gonzalo Martinez y Juana Hernández. Tomó el hábito en el convento de San Esteban de Salamanca y profesó el 5 de Febrero de 1545 en manos del Maestro Fray Domingo de Soto. Prior y vicario de Coro en 1551 y predicador General. Pasó a Méjico, estuvo en Oaxaca y después fue prior del convento de Santo Domingo de la C. de Méjico y luego provincial en 1558. Vino a España como procurador General y el General le nombró visitador. Vuelto a Salamanca fue Maestro de novicios. Fue presentado como Obispo de Chiapas el 30 de Abril de 1572 y confirmado el nombramiento por el Papa el 8 de Eneo de 1584, consagrandose el 14 de Marzo del mismo año. Gobernó la diocesis por espacio de 14 años, muriendo en 1588, siendo enterrado en su convento de Santo Domingo de Chiapas.
Feria, Rodrigo de (de Feria). Estaba en cuzco en 1535.
Fernandez, Alonso (de Medina de las Torres). Hijo de Juan Alonso Hera y Juana García de Albrija. Pasó a Méjico en 1534
Fernandez. Alonso (de Alange). Hijo de Alonso Fernandez Marruquil y Francisca García. Obtuvo licencia para pasar al Perú el 25 de Julio de 1539.
Fernandez, Juan (de Alburquerque). Hijo de Francisco Perez y Catalina Martín. Se enroló en la expedición de H. de Soto a la Florida el 26 de Enero de 1538.
Fernandez de Alburquerque, Juan (de Alburquerque). Participó en la conquista de Perú en 1531.
Fernandez, Gonzalo (de Alcantara). Pasó a Venezuela como soldado y murió ahogado en 1536.
Fernandez, Pedro (de Aldea Nueva del Camino). Hijo de Pedro Fernandez y María Díaz. Obtuvo licencia para pasar a Santo Domingo el 5 de Septiembre de 1538.
Fernandez, Gomez (de Almendral). Hijo de Bartolomé Román y María García. Se enroló en la expedición de H. de Soto a La Florida el 8 de Marzo de 1538.
Fernandez, Gonzalo (de Almendral). Hijo de Juan Fernandez y Juana Guisado. Obtuvo licencia para pasar a Indias el 1 de Abril de 1527.
Fernandez del Hoyo, Isabel (de Berzocana). Esposa de Juan de Orellana de Meneses, con quien pasó a Méjico y residía en Puebla de los Angeles en 1587.
Fernandez Mellado, Juan (de la Morera). Hijo de Andrés y Juana González Mellado. Pasó a Méjico como criado de Gonzalo Méndez de Tordoya en 1554.
Ferrefino, Esteban (de Cabeza de Buey). Hijo de Anmtón Ferrefino y María Sánchez la Morilla. Soltero y mercader. Pasó a Méjico en 1557.
Florez de Lizaur, Gutierrez Palomeque, Pedro (de Brozas). Hijo de Alonso Florez de Lizaur y Doña Elvira Palomeque. Nació en 1570. Pasó a La Habana (Cuba) en los galeones de D. Francisco del Corral Toledo. Allí fue Alferez de una Compañía. Casó en Sevilla en 1597 con Doña Ana de Lumbreras, natural de Lima. Otorgó testamento en Brozas el 13 de Julio de 1608 muriendo a los pocos días. Dejó descendencia Florez Gutierrez, Pedro (de Brozas). Hijo de Francisco Gutierrez Florez y Francisca Garrido Ordoñez. Vistió el hábito de Alcantara en 1576 y fue miembro del consejo de Indias, Presidente del teribunal de la Casa de Contratación de Sevilla en 1593 y posteriormente visitador del Perú en los siglos XVI XVII. Muriendo en Brozas y allí fundó una capellanía con cargas de 200 misas anuales. Por el testamento de su hermano D. Alonso, Prior de Magacela. Podemos saber que a principios de 1603 llevaba bastante tiempo en el Perú.
Franco, Diego (de Almendralejo). Asó a Méjico a finales del siglo XVI, siendo allí capitán.
Franco Rangel, Juan (de Almendralejo). Labrador. Hijo de Gonzalo Franco y Catalina Rangel. Obtuvo licencia para pasar a Méjico el 26 de Diciembre de 1559.
Franco, Gonzalo (de Almendralejo). Pasó a Indias, donde murió. Por su testamento del 7 de Marzo de 1623 ante Alonso Ortíz Cabezas, escribano de Almendralejo dejó 56 misas cantadas y otras tantas r4ezadas, a decir cada año, según consta en el libro de fundaciones de misas de dicha parroquia.
Fernandez de la Vella, Pedro ( de Azuaga). Hijo der Martín Hernández de la Vella y Constanza Fernandez. Obtuvo licencia para pasar a Méjico el 5 de Marzo de 1536.
Fernandez, Rodrigo (de Badajoz). Pariente de Juan Nuñez de Prado fue procurador de la ciudad del Barco de la Sierra desde su fundación en 1550. Regidor de Santo Domingo del Estero en 1556, donde vivía en 1569. Asistió a la fundación de Córdoba en 1573; de nuevo era capitular de Santiago del Estero en 1575.
Figueroa, Fulano de (de Cáceres). Capitán muy amigo del tesorero Alonso de Estrada. Pasó a Méjico en 1526 y actuó en Oaxaca en 1527. Al poco, al volver a España murió ahogado en el viaje.
Figueroa, Antón de (de Cáceres). Hijo de Francisco de Ávila y Ana Tellez de Figueroa.Era alcalde ordinario de Trujillo (Honduras) en 1526. Desde el Perú estuvo en La frontera de Cáceres y Salvatierra en 1537. Era encomendero y Alcalde Ordinario de Salvatierra en 1548.
Figueroa, Diego de (de Cáceres). Hijo de Franciasco de Figueroa e Inés Muñoz. Obtuvo licencia para poasar a Veragua en la nao de Fernando López el 15 de Marzo de 1535, posteriormente pasó a Chile y en 1558 era alguacil mayor de Santiago.
Figueroa, Gonzalo de (de Cáceres). Hijo de Hernando de Paredes y Catalina de Villalobos. Obtuvo licencia para pasar a Indias en la nao de Juan Genovés el 5 de Mayo de 1526. Era marido de Elvira Gutierrez.
Figueroa, Gonzalo de (de Cáceres) Hijo de Francisco Picón y Elvira de Figueroa. Obtuvo licencia para pasar a Santo Domingo con su hermano Francisco Picón el 15 de Marzo de 1535.
Figueroa, Juan de (de Cáceres). Clérigo. Pasó a Chile en 1579.
Figueroa, Juan de (de Cáceres). Pasó a Chile en 1577.
Figueroa, Juan de (de Cáceres). Hijo de Diego Rodriguez de Figueroa e Inés de Cueva. El 25 de Noviembre de 1543 estaba en el Cuzco y firmaba una carta de poder a favor de su madre y varios hermanos y parientes para que le administraran sus bienes dejados en Cáceres o en Sevilla. Vivía en 1596. Pasó a Chile con Francisco de Villagra llevando refuerzo a Valdivia. Participó en la batralla que se dio junto a Osorno el 1 de Marzo de 1580, de donde sería vecino ya anciano.
Figueroa Sancho, Gil de (de Cáceres). Estaba en Santiago de Chile en 1553 y era encomendro de Angol y vecino de allí, factor real de la Concepción en 1554. Huyó con los demás habitantes de esa ciudad. Fue herido por Fernando de Ibarra cuando iba a repoblar la Concepción. En 1557 estaba en Atacama (Perú); dejó descendencia en el Alto Perú. Su hija Mari de Figueroa natural de La Plata casó allí en 1602 con el Adelantado del Río de la Plata D. Alonso de Vera y Zarate. El padre casó con Juana de Almendras Holguín hija del placentino Martín de Almendras y Doña Constanza Holguín de Orellana.
Fuigueroa y Villalobos, Juan de (de Cáceres). Nació en 1523. Hijo de Hernando de Robles y Catalina Gutierrez, hermano de Hernando de Robles señor de Mayorazgo. Pasó a Chile y en 1543 era encomendero de Valdivia y Osorno. Fue muchas veces regidor y alcaide. Vivía en Valdivia en 1589. Casó con Inés de Mendoza y Cimbrón hija del General Alvaro de Mendoza. Vino a Chile en 1543 y regresó al Perú con Antonio de Ulloa, tres años después peleando contra G. Pizarro cayó prisionero en Guarina y logró huir y volver al campo real antes de la batalla de Jaquijaguana, a la cual asistió. Volvió a Chile en la expedición al Mar del Norte, a la conquista de la provincia del Lago y a combatir en el alzamiento de los indios de Arauco. Vecino y encomendro de Valdivia y de Osorno desde la fundación de esas ciudades, ejerció en la última el empleo de oficial de Real Hacienda y regidor del cabildo, en los años de 1560, 1564 y 1571. Tuvo 8 hijos
y algunos de ellos Generales.
Figueroa, Sancho de (de Cáceres). Conquistador y fundador de Salvatierra (Guatemala) 1525, de donde fue alcalde ordinario y era encomendero en 1548.
Figueroa, Sancho de (de Cáceres). Hijo de Gonzalo de Figueroa y María de Figueroa. Obtuvo licencia para pasar a Indias el 5 de Septiembre de 1527. Estuvo en el Perú hasta 1548, participando en las guerras civiles al lado de Gonzalo Pizarro, después pasó a Chile donde fue factor real de la Concepción en 1554.
Figueroa, Doña Catalina de (de Burguillos del Cerro). Estaba en Santo Domingo hacia 1590, casando allí con D. Pedro de Quero y Lobado natural de Andujar.
Figueroa, Alonso de (de Badajoz). Hijo de Alonso de Mendoza y Doña Isabel de Mendoza. Obtuvo licencia para pasar a Indias con su mujer Doña Constanza de Moscoso y su criada Ana Hernández el 27 de Agosto de 1540.
Figueroa, Francisco de (de Badajoz). Hijo de D. Critobal de Xesar y Doña Francisca deVargas. Pasó al Perú en 1555.
Figueroa o Alvarado, Miguel de (de Badajoz). Hijo de García de Alvarado, comendador de Montijo y Doña Elvira de Figueroa. Obtuvo licencia para pasar al Perú el 15 de Febrero de 1537. Después de varios años de estancia allí volvió a España y profesó en la orden de San Asgustín, muriendo cuando era prior de Badajoz.
Figueroa y Tinoco, Leonor de (de Jerez de los Caballeros). Pasó al Perú y casó en Lima con Don Jerónimo de Aliaga y Ramirez, secretario de la Audiencia de Lima, que testó el 14 de mayo de 1569. Ella lo hizo el 2 de Agosto de 1580.
Figueroa y Tinoco, María de (de Jerez de los Caballeros). Hermana de Leonor de Figueroa y Tinoco. Casó en Lima con el capitán Don Juan Sotomayor y Mosquera y testó allí en 1607.
Figueroa, Juan de (de Mérida). Hijo de Juian de Belloso y María Sánchez. Pasó a Tierra Firme y probablemente desde Nicaragua pasó al Perú en 1534. En 1540 era alcalde ordinario y encomendero en Cuzco por nombramiento de Francisco de Pizarro.
En 1541 era encomendero en Lima, testando aquí y mandando a cobrar algunas deudas en Nicaragua. En 1558 casó con Ana de Chaves.
Figueroa, Francisco de (de Zalamea de la Serena). Hijo de Lorenzo Suarez de Figueroa y Catalina Ortíz de Gaete. Asistió al repueblo de Concepción en 1555.Encomendero de Cañete. Murió de una apostema siendo capitán de la Casa de Arauco en 1562.
Figueroa, Lorenzo de (de Zalamea de la Serena). Hermano de Francisco de Figueroa. Asistió al repueblo de Concepción y pereció en la derrota de Lincoya en Enero de 1563.
Figueroa, Juan de (de Trujillo). Hijo de Gómez de Figueroa y Catalina González. Se enroló en la expedición a Yucatán con Francisco de Montejo el 2 de Junio de 1527.
Figueroa, Hernando de (de Zafra). Hijo de Rodrigo Alvarez e Isabel Rodriguez. Se enroló en la expedición de H. de Soto a La Florida el 19 de Febrero de 1538. Murió de un flechazo en el fuerte de Alibamo
Figueroica (de Badajoz). De la casa de D. Pedro de Alvarado. Pasó con él a Guatemala obteniendo licencia el 17 de Octubre de 1538.
Flores, Elena (de Trujillo). Sobrina de Mateo Casillas. Pasó con él al Perú en 1592.
Flores, Juan de (de Lobón). Hijo de Juan de Flores e Isabel Alonso. Se enroló en la expedición de H. de Soto a La Florida el 26 de Enero de 1538.
Flores, Antonio (de Zalamea de la Serena). Hijo de diego Flores. Nació en 1522. Pasó Al Río de la Plata en la expedición de Ortíz de Zarate en 1573 en compañía de su mujer María Alonso y sus hijos Beatriz, Constanza, Hernando, Juan,, Diego y Maria Flores.
Flores, Fray Antonio (de Extremadura). Lego agustino. Soldado en Flandes, tomó parte en la batalla de Lepanto, cayendo cautivo de los turcos y así estuvo durante 20 años. Recobrada la libertad pasó a Filipinas, donde tomaría el hábito en el convento de San Agustín de Manila. Tomó parte activa en la defensa de manila en 1603 y según el Gobernador Pedro de acuña en carta al Rey, mató el solo a 3000 enemigos
Flores, Juan (de Badajoz). Hijo de Alonso Flores y Catalina Alonso. Se enroló en la expedición de H. de Soto a La Florida el 15 de Febrero de 1538.
Flores, Pedro (de Badajoz). De la casa de D. Pedro de Alvarado. Pasó con él a Guatemala obteniendo licencia el 17 de Octubre de 1538.
Flores, Francisco de (de Medellín). Hijo de Diego de Flores e Isabel Gonzalez. Obtuvo licencia para pasar a Indias el 9 de Mayo de 1517.
Flores Lopez, Juan de (de Medellín). Hijo de Luis de Flores. Pasó con él al Perú en 1554.
Flores, Luis de (de Medellín). Hijo de Luis de Flores y María Torres. Pasó al Perú con su mujer Inés López y sus hijos Juan Luis y María en 1554
Flores Lopez, Luis de (de Medellín). Hijo de Luis de Flores. Pasó con él al Perú en 1554.
Flores Lopez, María de (de Medellín). Hija de Luis de Flores. Pasó con él al Perú en 1554.
Fonseca, Juan (de Badajoz). Soltero. Pasó a la conquista de la Florida con Lucas Vázquez de Ayllón en 1563.
Fonseca, Lope de (de Badajoz). Hijo de Juan Fonseca y Leonor González. Obtuvo licencia para pasar a Méjico el 27 de Marzo de 1528.
Fonseca, Cristobal de (de Cheles). Hijo de Gaspar de Fonseca y Leonor López.Obtuvo licencia para pasar al Perú con su hermano Gaspar de Fonseca el 27 de Marzo de 1538.
Fonseca, Antonio de (de Jerez de los Caballeros). Hijo de Juan de Torres y María de Silva. Obtuvo licencia para pasar a Nombre de Dios con su hermano Francisco de Torres el 19 de marzo de 1535.
Fraile, Juan (de la Nava de Santiago, antes del Membrillo). Hijo de Francisco fraile Velasco y Catalina de Molinedo. Soltero. Pasó al Perú como factor de Pedro Molinedo en 1555.
Franca, María (de Badajoz). Pasó con su marido Alonso Amado y sus hijos ya citados a Méjico en 1539.
Francés, Gonzalo (de Llerena). Hijo de Gonzalo Francés y Leonor Ramos. Obtuvo licencia para pasar a Cartagena de Indias con Juan de Junco el 8 de Abril de 1535.
Franco, Francisco (de Hoyos). Hijo de Martín Fraco y Teresa Hernández. Obtuvo licencia para pasar a Indias el 27 de mayo de 1528.
Franco, Pedro (de Fuente del Maestre). Pasó al Perú y allí participó en las guerras civiles en el bando de Gonzalo de Pizarro. En 1548, tras la batalla de Jaquijaguana, fue procesado y condenado a destierro perpetuo del Perú.
Franco, Cristobal (de Freguenal de la Sierra). Soltero. Pasó a tierra Firme. Se desconoce la fecha.
Franco, Juan (de Badajoz). Hijo de Juan Franco y Catalina García. Obtuvo licencia para pasar a Méjico en 1534.
Franco, Doña Elena (de Santos de Maimona). Casó en santo Domingo con Francisco de Quero, natural de Andujar y alguacil mayor de la Asudiencia de Santo Domingo por el 1580.
Freguenal, Fr. Francisco de (de Freguenal de la Sierra). De rica familia, tomó el hábito franciscano de lego en Salamanca y pasó a Chile, donde murió por el 1548.
Freguenal, Juan de (de Freguenal de la Sierra). Pasó a Santo Domingo en 1506.
Freguenal, Juan de (de Freguenal de la Sierra). Cuchillero. Hijo de Juan Martinez Cuchillero e Isabel González. Obtuvo licencia para pasar a Indias el 26 de Abril de 1510.
Freyre, Anton (de Mérida). Según B. Moreno de Vargas fue capitán de las islas Filipinas.
Freyre, Francisco (de Mérida). Hijo de Pedro Freyre y Catalina Gómez. Obtuvo licencia para pasar a Santo Domingo el 27 de Noviembre de 1511. Se conoce una carta suya llena de datos de interás sobre asuntos de su tiempo.
Frias, Juana de (Villanueva de la Serena). Mujer de Pedro Díaz. Pasó con él y sus hijos al Nuevo Reino de Granada en 1579.
Frias, Manuel (de Puebla de Alcocer). Hijo de Manuel Frias y Beatriz Hernández de Valverde. Pasó al Río de La Plata a finales del siglo XVI y en 1607 fue nombrado seceretario del tribunal del Santo Oficio en Buenos Aires. A primeros de 1608 se le eligió alcalde Ordinario y el 8 de Julio del mismo año Teneinete General de la Gobernación. En 1612, se le otorgó poder de procurador General de esta provincia en España con el cometido principal de gestionar la división del reino del Paraguay y Plata en dos jurisdicciones. Obtenida la aprobación real, se le designó Gobernador del Paraguay, cuyo cargo juró en Asunción el 21 de Octubre de 1621. Estaba casado con Doña Leonor Martel de Guzmán. Viose conferir la encomienda de los indios Charruas, sin que lograra ejercerla, dada la indole bravía de aquellos y en la cual le sucedió en 1635 su hijo Manuel frias Martel alcalde ordinario de Buenos Aires.
Frias Carvajal, Diego de (de Plasencia). Soltero. Pasó al Perú en 1584.
Fruto, Miguel (de Don Benito). Hijo de Diego fruto e Inés Cortés. Obtuvo licencia para pasar a tierra Firme con su hermano Miguel Martín el 12 de Agosto de 1539.
Fuente, Pedro de la (de Jerez de los Caballeros). Pasó al Perú en 1592. Era hijo de Isabel Pérez con la que pasó.
Fuente, Francisco de la (de Badajoz). Hijo de Juan de la Fuente y Mayor Rodriguez. Era escribano y obtuvo licencia para pasar a Cartegena de Indias el 27 de Marzo de 1535.
Fuente del Arco, Juan de la (de Fuente del Arco). Hijo de Juan Muñoz y Juana González. Obtuvo licencia para opasar a Indias el 9 de Marzo de 1513.
Fuente de Cantos, Rodrigo (de Fuente de Cantos). Hijo de Francisco Pérez e Isabel Pérez. Obtuvo licencia para pasar a Tierra firme en 1534.
Fuente, Diego de la (de Fuente del Maestre). Pasó a la Isla de Santo Domingo en 1498.
Fuente, Francisco de la (de Llerena). Soltero. Pasó a vivir a Méjico con unos deudos en 1576.
Fuente, Gonzalo de la (de Llerena). Hijo de Aslonso Rodriguez de la Fuente y Leonor Sánchez de Engorilla. Obtuvo licencia para pasar a Santo Domingo el 3 de Abril de 1535.
Fuente, Juan de la (de Llerena). Hijo de Francisco de la Fuente y María de la Fuente. Obtuvo licencia para pasar con Juan de Junco a Cartagena de Indias el 22 de Marzo de 1535.
Fuentes, Francisco de (de Calzadilla de los Barrios). Hijo de Alonso González Hidalgo y Constanza de Fuentes. Soltero. Pasó al Perú en 1555.
Fuentes, Pedro de (de Jerez de los Caballeros). Expedicionario con Cabeza de Vaca. Hidalgo. Hijo de Pedro de Fuente, primo de Hernando Riquelme. En 1524, pasó al Río de La Plata y participó en los hechos acaecidos en la costa oriental, asistió a la fundación de San Juan en 1524 y subió hasta la Asunción. Fue en la expedición que llevó al norte el Adelantado y recibió efectos en el reparto hecho en el Puerto de los Reyes en 1544. Hirió a Juan Ortíz, mató a Londoño. Acató al capitán Juan de Salazar de Espinosa como Teniente de Gobernador en 1545. Anduvo entre los indios a causa de las alteraciones levantadas, pero regresó por ser amigo de los yernos del Gobernador Irala.
Fuentes, Diego de (de Zafra). Hijo de Pedro de Fuentes y María Gutierrez. Pasó al Nuevo reino de Granada con su hermano Francisco de Morales en 1554.