Thursday, October 28, 2010


REAL BOSQUE DE EL PARDO
Introducción
De esta manera describe Mesoneros Romanos el bosque de El Pardo, cuando habla del Sitio real de invierno que se encuentra a dos leguas N. O. de Madrid, a la izquierda del río Manzanares: “ El gran bosque que rodea la población tiene 15 leguas de circunferencia, siendo su puerta principal la de Hierro, situada en el camino de Madrid. En toda su extensión hay buenos montes de encina, fresno, bardaguera, retama y pastos. El bosque está dividido en varios cuarteles con sus correspondientes guardas. Le atraviesa de N. a S. el río Manzanares, y más de 20 arroyos que le fertilizan, cruzándole 17 caminos. [..] A la media legua por S. E. está el palacio y posesión de la Real Quinta, y a las dos leguas la de la Zarzuela”, residencia que fue del Duque del Arco”.
Es evidente que muchos avatares por los que han pasado las tierras que hoy se conocen por el bosque del Pardo, seguirán ocultos para el resto de la eternidad, en la noche de los tiempos. La curiosidad por descubrir quienes fueron los que llevaron a cabo las obras que han llegado hasta nosotros, me llevó a recorrer los lugares donde aquellos dejaron constancia de lo que iban realizando en cada momento hasta completar El Cordón, así como las circunstancias que llevaron a uno y a otros a ceder de sus derechos y las obligaciones que contrajeron los reyes para con sus vasallos, como consecuencia de los perjuicios que les ocasionaron y los castigos impuestos a estos, por contravenir las normas en épocas en que la supervivencia y el hambre estaban a la orden del día.
La obra por excelencia en el bosque fue El Cordón o cerramiento, en ella intervinieron muchos hombre venidos de muchos sitios de España, pero principalmente eran gentes de Madrid y de la provincias mas cercanas que trabajaron a jornal, ejercían funciones de guardianes de las obras, en cuidar redes, al mismo tiempo que otros se emplearon en cuidar sitios de crianza de faisanes o las norias existentes en los cuarteles, por citar algunas. Las obras generaron muchos gastos creándose una oficina específica mientras duraron las mismas.
El material que llegaba hasta las obras procedía de lugares dispares, así el riscal lo hacía de la mano de un vecino de Colmenar de Oreja, que lo trasportaba desde Alcobendas. Las tejas y el material cerámico (ladrillos, etc) procedía de los tejares de Sotillo de La Granja. La piedra de pedernal era suministrado por Pedro de Arecha y Francisco de Abelleyra. La cal era suministrada por Joseph Ortega. La piedra blanca con la que se construyó la portada de Castilla, se extrajo de las canteras de Colmenar de Oreja, pertenecientes a Antonio Solán y Josdeph Garsoli,y transportada por conductores de carretas,etc.
Para tener una referencia citaremos el dato que desde 21 de julio 1751 en adelante y hasta fin de 1754, se habían librado un total 5.555.933 rs. Vn, y 26 mrs., por todos los conceptos, es decir gastos de mantenimiento de Bosque, mantenimiento de la caza, pago de indemnizaciones, alquileres de personal encargado de la seguridad, aportaciones de material para El Cordón, mano de obra, pago de jornales etc.
Datos de su antigüedad.
La referencia escrita más antigua del Real Sitio de El Pardo data de 1312, siendo rey de Castilla y León Alfonso XI. el justiciero. A principios del Siglo XV, Enrique III de Castilla había mandado construir un pabellón de caza en el frondoso bosque de encinas que poblaba el monte de El Pardo, ya cazadero real desde tiempos de Alfonso X el Sabio y situado a pocas leguas del Alcázar que se levantaba sobre el cerro de la Almudaina en Madrid. Consideró aquel Monarca que era una necesidad disponer de este alojamiento, para facilitar su estancia y la de sus servidores, cuando pasaba la jornada en el montes; se trataba de una sencilla edificación militar.
Pese a no existir ningún mapa de la época que nos presenten por donde discurría el camino que unía ambas residencias reales, podemos suponer que el mismo en su primer tramo, teniendo su punto inicial en el Alcázar llegaría hasta la Puerta de la Vega y por la actual Cuesta de San Vicente, llegaba y seguía por el margen izquierdo del río Manzanares, para llegar hasta el “corazón del encinar real, refugio de osos, zorros, jabalíes y demás fieras que atemorizaban a las gentes de la época”. Ciertos acotamientos para el disfrute de la caza de cuyo conocimiento se tiene noticia escrita, aparecen en tiempos de Felipe II en el año 1572. Los gamos siempre tuvieron especial predilección de los cazadores tanto oficiales como furtivos que se arriesgaban a sufrir el correspondiente castigo, aunque a veces la muerte de alguno de los venados era inevitable, producida por los perros de los pastores. Este fue uno de los primeros acotamientos:
”El primer mojon pone como se va de Madrid al Pardo por la parte del molino que dizen de Somontes junto a una Cruz Verde a donde se apartan los caminos enfrente de Vadillo por donde pasan el Rio para ir a Arabaca viniendo de la Cruz Real del Pardo y desde alli por el camino que va a Quesada arriva hasta el Camino que vaja de Peñarrubia y desde alli como van por el valle arriba de Quesada, hasta la Voca de Pesadilla y desde alli como van hasta el Carril del Goloso y desde allí a la Cabezada del Prado de Nabalasmuelas y desde allí camino derecho hasta el arroyo de Tejada que es le Charco de los Anadinos. Y desde allí tejada abajo por la mojonera Vieja yendo hacia el Rio grande junto a la hermita de Nuestra Srª del Torneo y pasando el Rio desde el atarvesando por los mojones que alli estan hasta el Camino que llevan los leñadores la Vega abajo de Valdelatas ( oy se dice Valdetablas) y desde alli y desde alli por el camino que van puestos mojones hasta el arroyo de la Fuenseca adonde dejan el dicho camino y desde alli por los dichos mojones por medio de la vega de Valdelatas, hasta el paraje de la Voca de Valdeyamarza donde toman los otros mojones a tomar el otro camino, y van por el hasta el valle de Valdelaspeñas, y desde alli por el otro camino hasta el Valle de Vallelobrego y desde alli hsta la cerca del Valle de las Dos Hermanas y de alli dejando el otro camino van derecho al Vadillo de Arabaca y acaban en el Rio enfrente del primer mojon a donde comenzaron”.1
Bien es cierto que en aquellas fechas no era esta, la caza, la principal preocupación, el acotamiento se hizo con el fin de evitar que se sacara leña de los sitios reales, por medio carros, mulas u otras bestias. La práctica del carboneo estaba en pleno auge. El valor ecológico, entonces no valorado como en la actualidad era verdaderamente importante puesto que la gran profusión de encinas o carrascas, álamos, fresnos, chopos, sauces, y árboles centenarios que existían en la ribera del río, era grande. Con ello se trataba de evitar también la saca de bellotas, de hierbas y se manda que “ ninguna persona enzienda fuego en el campo desde primero de junio hasta fin de septiembre de cada un año”, antecedente prematuro de los actuales planes de prevención de incendios forestales, siendo las penas que se imponían a los pirómanos bastantes duras. Se castigaba con cien azotes a quien provocase algún fuego. Perros, hurones y perdigones de reclamo y aves con las que cazaban se remataban. Los arcabuces, escopetas, y ballestas se entregaban al Alcayde del Pardo.
La penas a los cazadores furtivos llevaba consigo la requisa de todos aquellos instrumentos que llevaran para cazar; aparte de pagar una multa considerable, se les desterraba por tiempo de dos años de la Real Casa y Bosque del Pardo y sus límites, tres leguas alrededor del lugar y de los lugares de donde fueran vecinos. Si reincidían se les doblaba la pena, se le quitaban los instrumentos y además se le daban cien azotes públicamente y tenían que servir como galeotes y sin sueldo durante seis años. También incurrían en las mismas penas quienes encubriesen, acogieran a los cazadores y a los que vendiesen la caza o se hallaran en su poder en todo o en parte dentro de los límites. Parecidas penas se aplicaban por la caza menor, estando por las reincidencias mas a criterio de los jueces, aunque se descartaba el envío a galeras.
En esta época estaba terminantemente prohibido la introducción de toda clase de perros dentro del acotamiento, especialmente lebreles, galgos, podencos, perdigueros, conejeros, nocharniegos,2 excepto los que llevaban los pastores que “andubieren en ellos con sus ganados los quales habian de poner a los perros que trajesen para guarda de ella un palo de media vara de largo en el pesquezo el qual habian de traer desde primero de mayo hasta fin de agosto” Si alguno era sorprendido no cumpliendo estas normas se le imponía una multa de 200 mrvs., y se confiscaban los canes.
Asimismo eran cuantiosas las penas a que eran acreedores quienes practicaban la pesca mas “aya de la puente segoviana” Como norma se requisaba todas las artes de pesca: redes, lazos, cañas de pescar y otros armadijos3 y se quemaban.
No deja de llamar la atención que una cédula real de 19 de septiembre de 1624 por la que se concedía “ a los Dueños de los Sotos comprendidos en los límites del Pardo, a tener urones, con algunas circunstancias”
En tiempos de FelipeIV se vuelve a plantear dar nuevos límites al Real Sitio, proyecto que se lleva a cabo mediante la promulgación de una cédula fechada en Madrid a 1º de Junio de 1648, en la que se señalan los nuevos límites para la Caza Mayor y Menor de los Bosques y Monte de El Pardo que comenzaban: ”desde la Villa de Colmenar Viejo a San Agustin camino y Cuerda derecho de un lugar a otro y desde San Agustin a Pesadilla camino derecho por orilla del rio Guadalix y desde Pesadilla a la Venta de Jarama y desde alli a la Moraleja y desde la Moraleja a Ortaleza, desde Ortaleza a Bicalbaro, desde Bicalbaro camino derecho, desde Villaberde a Carabanchel de Arriba, desde Carabanchel de Arriba a Umera camino derecho de la Umera a Pazuelo de Alarcon, desde Pozuelo a Maxadaonda al molino de la Oz, del Molino de la Oz a la Torre Lodones, desde la Torre del oyo y del Oyo a Colmenar, donde empezó este límite” Y en esta cédula aparecían nuevas penas para los infractores. A los infractores por primera vez se les imponía una multa en dinero, cuatro años de destierro del lugar donde fuese vecino y diez leguas en contorno de estos bosques. Por la segunda se doblaba la pena y por la tercera a cuatro años de prisión y en caso de que fuesen acompañados y en cuadrilla con redes, hurones, arcabuces u otros instrumentos por la primera vez, aparte de la multa, cuatro años de Campaña donde fuesen enviados y por la segunda a cuatro años de presidio, con la advertencia de que quien lo quebrantase era condenado a galeras. Por la tercera vez era condenado a seis años de presidio.
Durante el reinado de Carlos II, aparece una cédula fechada en 30 de junio de 1648 por la que “se permite a los dueños de las heredades comprendidas en los lugares de San Sebastian, Colmenar Viejo, Fuencarral, Fuente del Fresno, Pesadilla, Rozas, Maxadaonda, Pozuelo y Arabaca el que con los perros propios y tres personas puedan ahuientar y matar la caza que entrase en sus heredades, siendo los que habian de gozar de esta gracia personas que tengan 600 a mil ducados de hacienda”.
En esta fecha los lugares que “hacían de linde del Cordón, para Caza Maior y Menor eran Colmenar Viejo, San Agustin, Pesadilla, Moraleja, Hortaleza, Bicalbaro, Vallecas, Villaverde, Caravanchel de Arriba, Humera, Pozuelo, Maxadaonda, Molino de la Hoz, Torre de Lodones, el Oyo, hasta bolber a Colomenar”.
A mediados del Siglo XVIII, se dieron los primeros pasos para agregar territorios al Real Bosque de El Pardo, así se disponía mediante resolución que las heredades de “ la Granja de Casanoba, propia del Monasterio Real de San Gerónimo de esta Corte, la del Bosque Soto, e isla de Battuecas del señor Duque de Huescar; la viña y territorio de D. Andrés González de Barcia, la de D. Carlos Martinez de Medina; y la llamada de Bañales perteneciente a D. Domingo Garcia.” así como que quedasen agregadas las posesiones de particulares y comunales que se hallaren en el terreno designado para formar el sitio del Pardo. Según un informe firmado en Madrid 13 de marzo de 1751, por D. Francisco Palomares.
El Cordón o La Cerca.
De manera definitiva, en tiempos del rey Fernando VI, se abordó llevar a cabo el cierre material de esta posesión real, por medio de una cerca que garantizara la seguridad, independencia y el respeto de la caza por parte de los furtivos, favoreciendo la intimidad y el crecimiento productivo del Real Sitio de El Pardo como propiedad de la Corona. El cierre del cazadero era un proyecto ambicioso y costoso, pero era imprescindible. Existían muchos problemas derivados de la serie de cacerías a la que estaban habituados los reyes y sus egregios invitados. Las consecuencias para los pueblos vecinos eran muy graves, ya que la caza, por el empuje de los ojeadores con su podencos, recorrían grandes distancias fuera de los límites y los destrozos que producían en los cultivos eran considerables y gravosos para los agricultores que tenían en sus tierras sus modo de subsistencia. La Corona se gastaban cuantiosas cantidades de dinero en adquirir el material necesario para tratar de paliar la salida de la caza y en pagar los jornales de los mesequeros guarda redes, encargados de que las empalizadas de esparto permaneciesen levantadas durante todo el año, además de pagar los gastos que se generaban por las indemnizaciones de los daños ocasionados a los vecinos en sus campos de cultivo de trigo, cebada, centeno, avena, algarroba, guisantes comunes, guisantes flamencos, garbanzos, uva común, uva de moscatel habas y melones, así como en huertas. “En 18 de marzo de 1752, se despachó abono formal de doscientos cinquenta y tres mil ciento cinquenta y tres reales y diez y seis mrvs. de vellón que entregó los doscientos trece mil ochocientos once reales y tres maravedis de ellos con asistencia del Sr. D. Vicente de los Párrocos, Alcaldes y Escrivanos respectivos a los vecinos hacendados de Los Caravancheles, Alcorcón, Humera, Pozuelo de Alarcón, Aravaca, Bohadilla, Hodon, Majadaonda, Las Rozas, Torrelodones, El Hoyo, Manzanares, Galapagar, Colllado Villaba, Moral Zarzal, Zerceda, Colmenar Viejo, S, Agustín, El Molar, Pedrezuela. Algete, Fuente el Saz, Coveña, Pesadilla, Fuente El Fresno, San Sebastián de los Reyes, Alcovendas, Fuencarral y Hortaleza, por los daños que hizo la caza mayor y menor de los Reales Bosques del Pardo y Casa de Campo en sus haciendas y frutos del año pasado de 1751. 10.285 reales y 10 mrvs a los Hortelanos de las huertas de los Cipreses, Padres Gerónimos de Madrid, Conde de Noblejas, el de Sta Ulla (sic) religiosas de Jesús Nazareno, situada en el Camino del Pardo por lo experimentado en ellas; 89 reales y 20 mrvs pagados por el que hizo en algunos melonares plantados en varias tierras contiguas a dichas huertas; 25.131 reales y 17 mrvs. A los mayordomos de rentas decimales de esta villa, la de Talamanca, Alcalá y Chozas de Canales, por diezmos de los referidos daños pertenecientes a los Pontificales de sus Mayordomías; y los 1836 reales restantes al Mayordomo de las religiosas Recoletas Bernardas de Alcalá de Nares por el daño que tubo su heredad de Salomón incluso el diezmo que les es privativo según todo resulta por menos de las relaciones formadas para la expresada paga y cartas de pago otorgadas por los mencionados mayordomos...” La solución a tantos problemas estaba en el cercado de los límites del cazadero, y que la obra permaneciera en el tiempo. El rey, se propuso llevar a feliz término el complicado trabajo que requería una gran cantidad de mano de obra y la intervención de destacados especialistas de la época. En este proyecto va intervenir inicialmente el ingeniero jefe Francisco Nangle, teniente de Infantería al que sustituirá, a su muerte Marcos de Viezma a quien Fernando VI le concedió el grado de Comisario de Guerra, en atención a sus servicios. Se abordó como una obra perdurable y se decidió que las tapias fueran de buenos materiales: ladrillo pinto y colorado, de piedra berroqueña coronada con albardilla4. La solidez de la estructura ha permitido que llegue en buen estado de conservación hasta nuestros días. La obra del Cordón, así se llamó el cerramiento en principio, con su configuración definitiva, comenzó en 1751 y finalizó en 1758, es decir bajo la administración y gobierno del expresado rey. “Los acontecimientos ocurridos en nuestra obra de Puente de Rastrillos y de Portadas han sido tantos como resultan y deven inferirse sabiendo que acordada esta obra con Don Francisco Nangle se fue sin darla curso formal, a los vaños de Francia donde murio. Que haviendo sustituido su acción y facultades en los Ingenieros Don Antonio Mosterin y Don Agustin de Herrera, tubo este ultisimo real orden para distinto nuevo encargo a que marchó luego; el Mosterin ha enfermado de tal suerte que le sacramentaron aier: Y que Don Thomas O´Deli ingeniero puesto para suplir a Don Agustin de Herrera se halla tambien enfermo aunque se esfuerza en ir algunos dias a la obra.” Mediante lo cual hallandose suspendidas muchas de las providencias de dicha obra, constarme que entrara mañana en el real Sitio el Ingeniero Don Silvester de Albarca y ser este por su notoriabilidad y circunstancias el que pueda sacarnos con lucimiento de nuestro actual cuidado”.5
Mosterín falleció el 29 de octubre de 1951. Al poco tiempo también falleció Thomás O´Deli. Fue un periodo en aquellos comienzos en que parte de las obras se paralizaron para nombrar a Silvestre de Albarca como ingeniero del real Sitio. El nombramiento de maestro mayor y sobrestante recayó en el arquitecto Joseph Briz , y en el Teniente Don Pedro Chadinoti con un sueldo de doce reales, Así mismo también recayó en la persona de Antonio Taveras el cargo de sobrestante. “ El ingeniero Agustín de Herrera, era Subteniente de Infantería y Delineador de las Plazas y fronteras de S.M. Otros ingenieros fueron, en aquella primera época, el coronel Enrique Stillingnerf, Vicente del Campo y los arquitectos Francisco Moradillo y Vicente Padierna. A lo largo de los años que duraron las obras la responsabilidad de tesorería de los caudales en cuanto a obras y gastos del nuevo Cordón del Real Bosque del Pardo, recayó en Juan Fernández de Mora. Al Marqués de la Ensenada rendía cuentas Vicente Manuel del Campo, como Director de las obras de la cerca.
Como ya se ha dicho, una de las preocupaciones de este monarca respecto al Bosque Real de El Pardo era cómo evitar que la caza saliese de los límites del bosque y penetrara en las tierras de los labradores con las consecuentes pérdidas de sus cosechas. Entre sus objetivos estaba también, la ampliación del coto de caza y para ellos la gestión con los poseedores de tierras próximas era muy laboriosa. Hubo protestas por las indemnizaciones por pérdidas de cosechas con las que no estaban de acuerdo y llegaban incluso a reunirse los labradores en forma tumultuosa para reclamar las que consideraban en justicia.
Don Cayetano de Obregón responsable de sitio Real de Viñuelas, consideraba que las actuaciones de estas obras debían de comprender también este lugar. De igual modo, era necesario su cerramiento a causa de los destrozos que hacía la caza en las cosechas, siguiendo igualmente los desos del rey. “siendo del Real agrado de S.M. que D. g. el que se cerquen sus bosques de caza y al presente el de Real sitio de Biñuelas desde la casa de Tres Cantos caminando por la falda o colina de los puertos de San Agustín, Pesadilla Fuentefresno y todo lo demás [..] hasta encontrarse otra vez con la dicha casa de Tres Cantos y desde ella hasta las tapias de ladrillo y tierra que finca junto a la Casa que dicen de El Goloso”6.
Puesto que se iba a llevar a cabo el cerramiento de la dehesa de Viñuelas había que habilitar el castillo que por entonces se encontraba muy abandonado, por ello se llevó a cabo una reforma del mismo a fin de facilitar la estancia del rey durante las jornadas de caza. Las obras de reformas se llevaron a acabo por el contratista Nicolas Corral y Cia, requerido por el arquitecto Don Manuel Lopez Corona, el mismo que llevó a cabo el levantamiento de buena parte de la Cerca y en concreto la correspondiente a la gavia que cerraba esta finca. Se efectuaron obras de albañilería, carpintería y en los jardines, así mismo se pintaron techos y paredes y se arreglaron la cristalería de las ventanas, así como la reconstrucción de una chimenea de mármol de granada con su cornisa y plataband de lo mismo para el cuarto principal del castillo destinado a SSMM.
“Los daños que ocasiona la misma caza en los sembrados contiguos a la Dehesa de la Villa y cuesta de Amaniel y San Bernardino por donde sale y se introduce en las viñas y heredades del término de Fuencarral, que por esta línea del río y la del centro del monte de,l Pardo no puede salir ni perjudicar respecto la nueva gabia que cierra y defiende las heredades de dicho lugar de Fuencarral desde el cerro de las Cabezuelas del cuartel del Goloso y Caños Quebrados unida y seguidamente hasta la punta de la Venta del Regidor. Era preocupación el minimizar los daños que se causaban y “cortar la reclamación que podría ser deseada tener franca, para quejarse tumultuosamente después de alzado sus frutos, cuando no se podían averiguar de que es bastante prueba”.
El proyecto del nuevo coto se puso en manos del ingeniero Don Francisco Nangle. Había tapias de antiguo por ciertos lugares que lo delimitaban, pero eran insuficientes y mal guardadas, por lo que había que acometer, cuanto antes, el cercado de todo el recinto, en sustitución de las redes de esparto que en grandes cantidades, se colocaba en los límite para evitar de alguna forma la huida de la caza. “Consistirá esta obra en una pared de cal y canto coronada con albardilla a dos aguas segun plantilla de losas de piedra barroqueña de tres cuartos de pie de grueso, fortificandose los angulos de esta pared desde los simientos con sillares de la misma piedra de maior y menor, como tambien los pies derechos y arcos en los parajes que conbenga para el transito de los arroyos, con rexas de fierro que puedan abrir y cerrarse”.” Las dimensiones de la expresda cerca son a saber sus cimientos de dos pies y tres cuartos de ancho y dos de profundo o mas si lo pidiese le terreno y las pared de dos pies de grueso y diez de alto inclusa dicha albardilla.”
Sin embargo a pesar de las medidas que se fueron tomando para cerrar los límites que se consideraban problemáticos, las quejas seguían por los mismos derroteros, sobre todo los primeros años. Hay que darse cuenta que el cerramiento con redes de esparto iba por delante de la adquisición y compra de tierras, con lo que se quedaban dentro del cerco tierras de propietarios particulares que tenían en ella sus sembrados, y a estos había que indemnizarlos por sus pérdidas que fueron cuantiosas en los inicios de la cerca.
Se entregaron “a Don Feliphe Medrano, Don Joseph Gutierrez de Carriazo y a Don Francisco de Salzedo, mayordomos de la Rentas decimales de la Dignidad Arzobispal de Toledo en esta villa la de Talamanca y partido de Canales, por Diezmos de los daños que hizo la Caza de los reales Bosques del Pardo y Casa de Campo, en las heredades y frutos de la cosecha del año proximo pasado de 1753 según acreditan los recados presentados en la oficina del Proyecto. 2.216 rs. vn.”
En el Estado General de Daños presentados a S. M. y que llevaba la firma de Don Cayetano Juan de Obregón administrador de la dehesa de Viñuelas y por Don Vicente Manuel del Campo, se constata lineas arriba que todos los pueblos y lugares próximos al Bosque sufrieron las consecuencias de la caza. En 1752 los daños que se hicieron a los propietarios en sus plantaciones de trigo, cebada, centeno avena, algarroba, guisantes, garbanzos, melones, uvas y huertas supuso un monto de 15.637,19 rs. vn. Todos ellos eran vecinos de Los Carabancheles, Humera, Pozuelo, Aravaca, Mahadahonda, Las Rozas, Torrelodones, El Hoyo, Galapagar, Collado Villaba, Morazarzal, Cerceda, Heredad de Salomón, Fuente del Saz, Pesadilla, San Sebastián de los Reyes, Fuencarral y Alcobendas.
Hubo ese año otras cantidades respetables como la de 53.602 rs. y 19 mrvs. vn., que se destinaron a pagar los frutos de las tierras que habían quedado dentro de la Cerca y que por tanto no estaban dentro del computo general de daños. Los propietarios no podían disponer de sus propias tierras con las pérdidas que ello suponía. Eran cantidades destinadas a indemnizaciones en tanto se formalizaba la compra a los citados campesinos de sus tierras. Pese a todo, el proyecto de la Cerca, nombre con el que se empezaba a mencionar el cerramiento en sustitución del inicial Cordón, estaba dando resultados satisfactorios, los problemas se iban paliando e iban a menos. Los Comisarios de red eran los encargados del control de daños, apoyados por labradores inteligentes contratados como apreciadores; estaba previsto en años sucesivos continuar con estos menesteres e incluso llegar a prescindir de ellos a medida que La Cerca fuera avanzando. Sus opiniones e informes se hacían llegar a marqués de la Ensenada.
En los primeros momentos, las redes de esparto cumplieron el principal papel del cerco que se había establecido en aquellos tramos donde no había ninguna tapia y que eran los mas numerosos y extensos. El septiembre de 1753 se terminaba de limitar con redes de esparto el término de Colmenar Viejo. Fueron estas redes el principal medio de sustento para muchas familias de los pueblos vecinos que las transportaban hasta los mismos lugares donde se habían de colocar. Muchas de ellas se fabricaron en Villarejo de Salvanés y Fuentidueña. Se sujetaban por medio de maramas, generalmente gruesas y delgadas que se confeccionaban principalmente en Fuenteidueña y que suministraba Bernave de Mora.
Diversos esparteros de Madrid como el madrileño Manuel Martínez, fabricaban rollos de estera y soguillas, algunos de estos rollos fueron empleados en la red del cuartel de Juan del Hoyo Roderiguez. Uno de los pedidos en 1752 se recibía en la casa de Nava Roldan. Se necesitaban estacas apropiadas para mantenerlas erguidas sobre el terreno, se hacían con la poda de fresno y muchas de ellas fueron transportadas en carretas dirigidas por un mayoral, llamado Juan Gordo. Estacas y redes se remitían a todos los cuarteles del Bosque, como el pedido entregado para el Monte de Pesadilla. Se conocen transportes efectuados desde El Escorial en 1752; una partida de 4000 estacas llegaba hasta la casa del El Goloso. Cuando fueron talados 1137 álamo en el paseo de Atocha, la madera que pesó en total 1.720 arrobas, fue comprada a Pedro Martínez para hacer con ella 1140 estacas comprados para fijar la nueva red al precio de 36 mrs., la arroba que fueron acarreada por Custodio Davila vecino de Carabanchel bajo, desde el paseo de la Puerta de Atocha según certifica el comisario Albarez Barrio. Los peones se ocupaban de cortar estacas a cargo del fabriquero. Manuel Muñoz, maestro espartero confeccionaba las maromas y redes que se utilizaban en el arroyo de Manina.
Desde la Corte también eran suministraba las estacas, así como maromas y redes para el tramo de La Cerca, a un lado y a otro del arroyo de Manina hasta el monte del Hoyo; Isabel Rufo espartera, suministraba “ espuertas, maromillas y astoiles de piquetas para la obra de la Portada del Pardo” pedidos que eran certificados por Francisco Moradillo arquitecto la obra. Igualmente suministraba de su espartería, “tomizas a real y medio; tiras de esparto a 4 rs y esportones grandes para pesar pedernal a 6 rs. vn.” Jornaleros o peones de los pueblos aledaños al Bosque eran empleados continuamente para extender, fijando con estacas hincadas en el suelo utilizando gradillas, las redes de esparto en los lugares por donde escapaban del coto la caza. Un asiento del libro de contaduría expresa que el arquitecto López Corona libró 55 rs. vn., “importe del jornal de onze peones que hicieron la cotería por donde debía de ir la Red en las Rayas de los Quarteles de Velada, Valeleganar y del Águila”. Transportistas de redes y maromas fueron Sánchez Carralero y otros de Villarejo de Salvanes y Fuentidueña del Tajo.
No cabe duda que la Cerca trajo prosperidad a la Corte, muchos madrileños fueron empleados en estas labores con el esparto como materia prima y los maestros esparteros que se agrupaban en el Gremio de esparteros y estereros, tuvieron en estos iniciales años de La Cerca unos ingresos extras, pues sus principales ventas fue la de esteras para cubrir los suelos de los hogares madrileños, aunque eran muy diversos los objetos que se fabricaban con este material, zapatillas, soplillos para las cocinas, etc. Sus esparterías se encontraban en la que hoy conocemos como calle de Esparteros, cerca de la Puerta del Sol7.
A pesar de la vigilancia sobre las mismas no surtía los efectos apetecidos. Las redes sufrían continuos deterioros y era necesaria su reparación a base nuevos pedidos de redes que se unían o se reparaban por medio de lías y maromillas “ 16 dozenas de lías de Villarejo para hacer redes en Alcobendas, maromillas a 3rs y medio; 18 sogas para reparación de redes del Quartel de Alvarez Barrio”. Las partidas de reales que se destinaban a este método de cerramiento eran cuantiosas y sería prolijo anotar las cantidades que se destinaban al pago de los fabricantes que debían llevar con sus carros de bueyes hasta la misma zona o lugar donde debían de ser instaladas. Desde el primer momento, todas las cantidades de dinero eran rigurosamente anotadas en los libros de contaduría que comenzó Don Juan Fernández de Mora, que fue nombrado Oficial Mayor del Oficio distinguido de Furrier de La Caballería del Rey y tesorero de los caudales de Obras y Gastos para la nueva cerca del Real Bosque de El Pardo. De su trabajo ha quedado testimonio y sus cuentas depositadas en el Archivo de Palacio, iniciadas el 20 de julio de 1751 en su primera parte hasta abril de 1754. Una segunda que comprende desde finales de este año hasta finales del mismo. La tercera hasta finales de 1757 y la cuarta hasta el 14 de noviembre de 1758 en que falleció, tomando las riendas de las cuentas su hija Doña Margarita Arredondo como tesorera interina, desde dicho momento hasta finales de 1759. El primer asiento data del 4 de agosto de 1751: ” 400.000 rs. vn., como parte de los 7.808.631 rs. vn., en que se remató la obra de la cerca y portadas, desde que había de construirse desde la venta del Regidor hasta la de Hoyos. Se le entrega a Don Nicolás de Francia.”
En su equipo, no solamente el personal era destinado a controlar y gestionar, cobrar y pagar los dineros que generaban a medida que se realizaban las obras, de la nueva Cerca, sino que también realizaba todas las transacciones que derivaban de los trabajos en las puertas, portillos, portilleras, y el pago a los guardias, comisarios de los cuarteles en que se dividía el Bosque, transportistas guardabosques, escultores, ojeadores, partidas de caza, acarreo y venta de leñas, canteros, mesequeros guarda-redes., etc.
Hombres principales del Sitio. De los años que duraron los trabajos de La Cerca, conocemos el nombre de muchas de las personas relevantes que tuvieron participación en el devenir del Real Sitio. En el año 1754 figuraban los siguientes cargos: El Excmo Sr. Alcayde Duque de Arco, que cobraba unos emolumentos de 490 ducados vn. al año. Dª. Bernarda Perez de la Serna, viuda de D. Vicente Manuel del Campo, con 300 escudos de vn al año, ejercía las veces de Veedor y Contador, por fallecimiento de su marido y herencia del cargo. D. Cristóbal García de Salmerón por el manejo de la contaduría y veeduría 100 escudos de vn., al año. D. Bernardo Fernández Marinas como Pagador de las Reales Alcaydias, con 400 escudos vn., al año. D. Sebastián del Castillo, Conserje propietario del Rea Sitio del Pardo 200 escudos al año. D. Mathias de San Clemente conserje interino del citado real sitio, 2550 rs. vn., al año. D. Phelipe Guerra y Noriega, conserje del Real Sitio de la Zarzuerla, 200 escudos vn al año. Dª Maria Francisca Solorzano viuda de D. Diego Antonio Colmenero y Salazar que sirvió el empleo de conserje en la Torre de la Parada, 200 escudos. D. Thomas López médico del Real Sitio de el Pardo, 600 Ducados vn., al año. D. Domingo Antonio de Rivera, Cirujano y Sangrador del mismo sitio 219. escudos. Don Manuel Lopez Corona arquitecto y Maestro de Obras 182 escudos y medio. Antonio Montes destinado para ayuda del jardín del foso del Pardo 146 escudos vn. Joseph Fernandez jardinero principal de la Zarzulea 365 escudos. Manuel Martinez ayudante de este sitio 146 escudos. Antonio Marttinez Salazar escribano del juzgado 146 escudos. Don Cristibal Cortes de Solís teniente de alcayde del Pardo 700 escudos.
Sanidad. El personal del Real, en aquellos primeros años integrado por mas de cien personas entre criados del rey y los guardas de los cuarteles, no gozaban de las garantía suficientes en caso de enfermedad grave, ya que las distancia a la Corte era grande y los medios con que se contaban en el Pardo era tan solo el de una botica, con los remedios elementales para curas y asistida por un medico cirujano.
El momento de corregir esta anomalía y que hizo dotar de un Botiquín con los medios necesarios para atender al citado personal, surgió cuando hubo necesidad de atender a uno de los guardas del real Sitio, Bernardo Romero y no pudo llagar a tiempo las asistencias desde la Corte dando lugar a su fallecimiento. Preocupación que hizo llegar hasta el Rey el Duque del Arco en julio de 1751.
De los oratorios. Dentro del recinto había varios oratorios, entre ellos el de la Zarzuela, Navachescas, capilla del El Pardo, Viñuelas o de la Granja, para asistir las necesidades espirituales de todo el personal. Eran responsables de ellos padres Gerónimos, capellanes y sacristanes.
D. Bernardo Gonzalez capellán principal de la capilla del Real Sitio del Pardo 300 ducados de vellón al año. D. Nicolas Sanz capellán segundo de la dicha capilla, con 146 escudos de vn al año. D. Pablo Aparicio capellán que dice la misa en el oratorio de la Zarzuela, 109 escudos y medio vn al año. Francisco Martin, capellán que dice misa en el oratorio de Navachescas, 109 escudos y medio al año. D. Joseph Aparicio era el Sacristán de la capilla del Pardo, y cobraba 1071 rs. vn., un mrv., y por el separado encargo de cuidar el reloj del mismo sitio, 1.100 rs. El Oratorio de la Granja que fue de los padres Gerónimos.
De los apreciadores de daños. El Apreciador, fue un cargo nombrado por la parte de S.M., tenía la misión de hacerse cargo de la tasación de los daños que se producían, con motivo de haberse realizado alguna montería en los reales Bosques, tanto de el Pardo como de la Casa de Campo. Los apreciadores, entraban en contacto con las autoridades correspondientes a los lugares donde se habían producido deterioros de cosechas, cultivos etc, tales como Párrocos, Alcaldes; Mayordomos a quienes los vecinos pasaban anualmente las relaciones a que se creían con derecho a ser retribuidos. Como en toda tasación la dificultad de estipular un justiprecio traía como consecuencia que se produjeran altercados y manifestaciones de los perjudicados. Entre los apreciadores se encontraban Francisco Lorenzo Barquez; Dionisio Pérez de Aravaca: Andrés Sevillamo; Manuel de Olisa y Milla ; Manuel Martín Gutiérrez ; Eugenio Escolar; Joseph Uzeda; Diego López; Francisco Álvarez Barrio; Francisco del Peral; Antonio Dávila; Manuel Perucho, Juan Vizcaino. Diego López, Manuel Herranz. Su sueldo, al menos en 1751 estaba estipulado en 400 ducados al año que solían cobrar de la administración en varios plazos. Andres Rubio y Juan Belasco, apreciadores nombrado por parte del lugar de las Rozas, de tierras de vecinos que quedaron entro del cercado con red e incorporadas al Real Bosque y compradas por S.M. Los apreciadores tenían distintos cometidos o por decirlo de algún modo eran elegidos según sus especialidades, así había apreciadores de huertas, rtc.
De los comisarios. La totalidad del Bosque, en los primeros años de su constitución estaba dividido en cuarteles cuya responsabilidad directa de un comisario. El comisario entregaba el sueldo al celador y los guardabosques. Los guardabosques estaban encargados de la vigilancia de las zonas que se le asignaban y los celadores del mantenimiento y vigilancia de las redes contra la fuga de la caza, contra la infiltración de furtivos. Los comisarios eran nombrados por el rey por un periodo de dos años al menos así se desprende puesto que “ se despacho abono al tesoreros de quatro mill ciento y quarenta rs de vn que pagó a los tres comisarios nombrados por S.M para la aberiguación de daños Dn Joseph Ibañez Dn Vizente y Dn Melchor Fernandez de Soto” Recibían del tesorero general los emolumentos, tanto suyos como del personal bajo su autoridad.
Algunas referencias respecto a ellos son: Don Joseph Arnedo como celador de la red del Cuartel del Comisario Diego López, recibía 2352 rs vn, en julio de 1752, importe de su sueldo y el de 38 guarda bosques. Con esta misma fecha el comisario Francisco Álvarez Barrio pagaba a tres celadores y 37 guardas y Juan López a dos celadores y 38 guardas, 2.940 rs. vn. El comisario Juan del Hoyo Rodriguez, vecino que era de Colmenar, recibe 1752, 6000 rs. vn., para pagar los gastos del mesequero guarda redes del Cuarto de su cargo, también pagaba los gastos de la conducción y apresto de estacas. El comisario Agustín de Yepes. El Comisario Vicente Fernandez cobraba 15 rs. vn al día de sueldo. Juan López era Comisario de Cuartel y a su cargo 38 guardas y 2 celadores. “Al Diezmo eclesiástico 8.293 rs.vn., que se evaluó conjuntamente por los comisarios Diego López y Francisco Álvarez Barrio como tasadores de S.M., y los nombrados por los pueblos de Aravaca, Majadahonda y las Rozas, respecto al trigo, cebada, centeno y abena que tienen sembrado en sus respectivos territorios algunos vecinos de estos territorios” Francisco Alvarez Barrio tenía bajo su responsabilidad 52 guardas y 3 celadores. Juan del Hoyo Rodriguez, comisario 38 guardas y 3 celadores. El celador Joseph Gallego pagaba los salarios a los mesequeros guarda redes de su cuartel. Joseph Ibañez. Pagaba los jornales de mesequeros guarda redes del cuartel de su cargo.Melchor Fernandez de Soto, disponía en su Cuartel, para el cuidado de los podencos, cuatro hombres en 1752. Los perros podencos se adquirían en Colmenar Viejo, San Agustín de Guadalix y Bobadilla, entre otros pueblos anexos. Christobal Cortes de Solis disponía al mes para pagar la manutención de podencos al mes de 206 rs., aproximadamente. El Comisario de labranza Vicente Hernandez, se ocupaba de la supervisión de los jornaleros y recibía las cantidades necesarias para satisfacer los gastos de labranza y otros. Los Comisarios de daños de caza, cobraban 15 rs diarios. Fueron comisarios de daños de caza: Melchor Fernández der Soto. Vicente Hernández. Joseph Pingarrón. También existían los Comisarios de red.
De los mayordomos de labor. Mencionaremos algunos de ellos: Sebastian Iñiguez comprando de apeos de labranza. Otros: Julián Francisco ó García Gallego Los animales de labranza eran comprados en los distintos mercados de ganado. En el mercado de Almagro compró el Mayordomo de Labranza, Antonio Caballero. 24 muletas de labor.
De los guardas u sobreguardas de cuartel. Había guardas encargados específicamente de ejercer vigilancia en los puentes, denominándose, Guardas de pontón. Principales eran los Guardas de Cuartel.
He aquí la dotación y repartimiento de Guardas para el real Sito del Pardo, sus Cuarteles y lugares de sus límites “para que sirban en ellos desde 1 de junio de este año de 1751 en adelante por el tiempo de mi voluntad:
Cuartel del Pardo, con dos Guardas: Francisco Garcia y Jacinto Herrero y un Cebador Manuel de Cordoba. Cuartel de Batuecas, con dos Guardas: Pedro García y Antonio Ximeno. Cuartel de Somontes con un Guarda: Franco Uzeda. Cuartel de Balpalomero, con un Guarda: Francisco Santamaría. Cuartel de Quexada, con un Guarda: Manuel Romero. Cuartel de Torre de la Parada, con un Guarda: Juan Lopez y un cebador: Casimiro Rodriguez. Cuartel de El Aguila, con un Guarda: Bernardo Romero. Cuartel de Baldeleganar, con un Guarda: Juan Gonzalez.
Cuartel de La Angorrilla, con un Guarda: Juan Anglarill y un cebador: Joseph Lopez.Cuartel de Belada, con un Guarda: Joseph Hernandez. Cuartel de El Crimio, con dos Guardas:Francisco Milano y Gergorio Herrero. Cuartel de Navachescas, con dos Guardas: Gabriel Gonzalez y Nicolas de Córdoba. Cuartel de Castrejón, con un Guarda: Diego de la Vega. Cuartel de Valdelapeña, con un Guarda: Bruno de Torres. Cuartel de Trofas con un Guardas: Julian Fajardo. Cuartel de la Zarzuela, con dos Guardas Joseph Ibañez y Bentura Gimenez y un Cebador: Jualian Aguado. Cuartel de Baldelatas, con un Guarda Francisco del Pozo. Cuartel de El Castillo de Viñuelas, con un guarda: el Subteniente Vicente Aguado. Cuartel de Nueva Roldan, con dos Guardas Francisco Sosa y Andres Rodriguez.Cuartel de Tres Cantos, con un Guarda: Agustin Palencia. Lugar de Fuencarral, con un Guarda: Pedro Arellano. Lugar de Alcovendas, con un Guarda Claudio Gimenez. Lugar de Fuente del Fresno, con un Guarda: Luis Yangues. Lugar de Pesadilla, con un Guardia: Ignacio Prosa. Lugar de El Molar, con un Guarda: Santiago Carbonera. Lugar de Colmenar Viejo, con dos Guardas: Manuel Texo, Luis Sanchez y el Sobreguarda: Joseph Lopez. Lugar de El Hoyo, con un Guarda: Lucas Aguado. Lugar de Torrelodones con un Guarda Dionisio Oliva y el Sobreguarda Jopseph Matharranz. Lugar de Boadilla, con un Guarda: Antonio Crepis.
“ Todos ellos han de serbir y asistir el mando de mi theniente del Pardo D. Cristobal Cortes de Solis.” Firmado: Don Cristobal de Salmeron. “Asi observara El Duque del Arco.”
Los emolumentos que cobraban los diferentes guardas eran los siguientes: Guardas de a 9 reales: Juan Lopez, Francisco del Pozo, Francisco Milano, Juan Gonzalez, Agustín Palencia, Santiago Carbonera, Lucas Aguado, Bentura Ximenez, Ignacio Vrosa, Manuel Romero, Antonio Ximeno, cada uno de ellos 328 escudos al año.
Guardas de a 8 reales: Gabriel Gonzalez, Agustin Palencia, Santiago Carboneras, Francisco Uzeda, Lucas Aguado, Bruno de Torres, Ignaco Urosa, Manuel Romero, Antono Ximeno. Jacinto Herrero, Joseph lopez. Así como Josep Hernandez, Manuel de Cordova, Francisco Garcia, Bruno de Torres, Miguel Hurtado,Casimiro Rodriguez, Nicolas Cordoba y Juan Gonzalez, cada uno con 292 escudos al año.
Guardas de a 7 reales: Jacinto Herrero, Francisco García, Nicolas de Córdoba, Claudio Ximenez, Bruno de Torres, Joseph Hernandez, Diego de la Vega, Casimiro Rodriguez, Manuel de Córdova, Joseph Lopez, Francisco Santa Maria, Juan Anglarill, Antonio Crepis, Luis Sanchez, Santos de Oliva, Manuel Tejo, Dionisio Oliva, Pedro Vigueras, Diego Urban, Antonio Muruillo, Manuel Moreno, Luis Urban, y Miguel Hurtado, con un haber de 255 escudos y medio de vn al año. Luis Sanchez, Juan Anglarill, Antonio Crespo, Santos de Oliva, Manuel Tejo, Pedro Vigueras, Diego Urban, Manuel Moreno, Luis Urban, Joseph Rejon, Manuel Hurtado, Julian Aguado y Vicente Garcia, 14 a 255 excudos y medio al año.
Los Cebadores: Joseph Rejon, Juan Santos, Jualian Aguado y Manuel Hurtado, cobraban 182 escudos y medio de vn al año.
De los guardas mesequeros. Los mesequeros vivían generalmente en las localidades cercanas al Bosque, como Galapagar. Eran cargos puestos por los comisarios en sus respectivos cuarteles para defender de la caza los sembrados y viñas en sus territorio.
De los directivos y operarios de obras. La relación de personas que estaban en estas tareas y sus lugares fueron numerosas, muchas de ellas se nombran en este trabajo, para no quedar olvidados entre los viejos legajos de los archivos. Transportistas de piedra de pedernal: Francisco Abelleyra. Pedro Arecha. Antonio Nino. Transportista de cal: Joseph Ortega. Antonio Rodriguez. En la Gavia de Fuencarral, trabajaron varios destajistas, entre ellos Manuel García Perdiguero, que lo hicieron bajo la dirección de los arquitectos Don Nicolás Serrano y de Don Manuel López Corona, éste recibía de sueldo diario 25 rs. vn., a tenor de la orden real de 12 de marzo de 1750 y durante el tiempo que fue nombrado Director de Real Sitio de El Pardo y su Cordón. A Manuel Navarro le fue concedido el 4º tramo de la la misma Gavia de Fuencarral y se encargaron de levantar a destajo la cerca por la parte de Fuencarral así como de levantar la portada. Manuel de Santiago y Cia destajistas del 4º tramo de Gavia de Fuencarral, bajo las ordenes de los arquitectos Don Nicolas Serrano y Don Manuel Lopez Corona: 1198 pies y medio de albañilería mamposteria y tapias de tierra azeradas que construyeron en ella. 27.200, 11 rs vn. Lorenzo del Rio y Cia 27.768 por 1.054 pies lineales que construyeron en la misma Gavia de Fuencarral. A Morato y Cia 6503 y 15 mrvs., por 1054 pies lineales en la misma gavia. A Manuel Sánchez y Cia 7256 rs. 25 mrvs., por 1.549 pies lineales. Juan de Ocaña y Nicolas del Corral destajistas de este 4º tramo. Los asentistas fueron: Don Miguel Batelu y Don Juan de la Calle. Don Angel Valiña Maestro fontanero realizó en 1751 obras según contrata de 15 abril de 1750 en el “Cerro de Caños Quebrados Quartel del Goloso y 7 vañiles del Águila y valle de las Infantas del Real Bosque, por valor de 26.606 rs y 18 mrvs. vn. A favor de Pedro Tol, Maestro cantero “481 rs. vn., importe que se ajusta con el arquitecto Manuel López Corona por un escudo de piedra berroqueña que ha puesto en el arco principal del registro del viaje de agua hecho en el Quartel del El Goloso en Caños Quebrados”.
La obra de La Cerca se puso en marcha en 1751 bajo la dirección y proyecto del arquitecto Don Francisco Nangle, de él consta que dirigió las que debían de levantarse “desde la Venta del Cerezo y esquina de Castilla”y dieron trabajo a mucha gente, pronto comenzaron a trabajar los canteros, areneros, carreteros que con sus bueyes transportaban el riscal de Colmenar y material de canterías, esparteros ya mencionados que veían como a medida que avanzaban las obras a loa largo de siete años iban perdiendo pedidos, albañiles, tejeros, etc. La obra de la cerca se contrató con los asentistas por tramos en que se dividía las distintas gavias que debían completar el cerramiento.
En los primeros cálculos del coste de un tramo de la obra, presentados por Nangle para levantar la cerca correspondiente desde la Venta del Cerezo hasta la del Regidor, se incluía el importe de “las dos puertas que se precisan para dejar libres los Caminos de Castilla y el Pardo, y el de las casillas para la abitación de los porteros de ellas”. Hubo un tiempo en que todos los portillos de las tapias tenían su correspondiente portero. Se incluían igualmente la piedra de pedernal, cal y arena que era necesario para los 331.938 píes cúbicos de mamposterías” y se incluían los arcos de ladrillo que “deven construirse en todos los arroyos”. En el mismo presupuesto se habla del coste de la excavación de tierra para “abrir los cimientos de la expresada Muralla”. En los arroyos se llevaron a cabo innumerables plantíos.
“La obra consistiría en una pared de cal y canto, coronada con albardilla a dos aguas, según plantilla, de losas de piedra berroqueña de tres cuartos de pie de grueso, fortificándose los ángulos de dicha pared desde los cimientos con sillares de la misma piedra de mayor y menor, como también los pies derechos y arcos en las partes que convenga para el transito de los arroyos con rejas de yerro que puedan abrirse y cerrarse [..] sus cimientos de dos pies y tres quartos de ancho y dos de profundo [..] y la pared de dos pies de grueso y diez de alto incluida la dicha albardilla”. Los materiales habían de extraerse de las canteras de Vicálvaro y Vallecas; la cal de Torres y la arena no se podía extraer de los arroyos, sino había de ser bien granada y picada en firme. “La mampostería había de ser ejecutada atizonada, travada y ripiada, sentando las piedras a golpe de martillo.” El total del presupuesto por todos los conceptos, incluidas las casillas para los porteros presentado por Francisco Nangle el 20 de abril de 1751 fue de 832.990 rs. vn.
En 1754 se llegaba a concluir el embellecimiento del principal acceso a El Pardo. Los jardineros encargados de hacer la plantación de álamos negros sobre el Camino de El Pardo bajo la dirección del arquitecto Francisco Moradillo fueron Juan de Llamas, Domingo Revuelta y Francisco Ubao, los tres vecinos de Madrid. Solamente desde el interior de la Portada se plantaron doscientos de estos árboles. Para adecentar los terrenos tuvieron que hacer los trabajos de movimiento de tierras para efectuar el plantío, Juan de Llamas y cia por el “desmonte, terraplén y plantío que se ejecuta en el Real del Pardo junto a la nueva Porteda”, recibía en 1753. 3000 rs. vn
El jardinero de la Zarzuela en 1754 llevó a cabo la plantación de álamos negros que se compraron en Valdetorres, realizando tanto la operación de arranque como su conducción hasta la “ plaza interior de la portada de arquitectura de la entrada del Real Sitio del Pardo”.
Otro de los tramos a levantar era el que correspondía al frente de Fuencarral. El 8 de septiembre de 1751 los arquitectos ya mencionados Don Nicolás Serrano y Don Manuel López Corona presentaban a Don Vicente Manuel del Campo las cuentas, de haber concluido las obras de la cerca y puertas desde “el Camino alto de Colmenar Viejo sobre el cerro de las Cabezuelas y Caños Quebrados avistando las casa nueva del cuartel del Goloso hasta la Venta del Regidor del Camino Real que va desde la Corte al Sitio de El Pardo haciendo frente y defensa al lugar de Fuencarral y abrazando las viñas y heredades de Batuecas, Bañales, Berzia y Medina y ya propios de S.M. agregadas al territorio de dicho real Bosque de El Pardo.” Y con la obra se tapiaron portillos ya existentes como es el caso de los que cerraron en la antigua tapia de la viña de Medina.
Antonio Lopez y Francisco Dejado fueron destajistas del cuarto tramo de la Gavia de Fuencarral. El destajista Manuel Navarro lo fue de un corte del 4º tramo de esta gavia, por el que se le pagó 58.903 rs. y 17 mvs. vn. Suministra la piedra a esta gavia Antonio Nino, Francisco Abiyeira, Pedro Arecha. La cal Joseph Ortega, Antonio Rodriguez.
Un asiento de tesorería, de 4 de agosto de 1751, señala el remate de 780.631 rs. vn., con el que se cerró la obra de la cerca y portadas comprendida entre la venta del Regidor hasta la Venta de Hoyos, adjudica la obra a Nicolás de Francia. “58.727 rs y 14 mrvs fue lo que importó la obra de cantería y terrería de las cuatro portadas con rejas de hierro labrado construidas en la dimensión de esta nueva gavia, para uso de los caminos que comprende y servidumbre del coche de S.M. cuando transitara por ellos, señaladamente la que hay cercana a Batuecas y casa de Bañales; la de Valderrodrigo junto a la Real Quinta; la de la portilla sobre el camino que va desde el Pardo a Fuencarral y la que ay en Caños Quebrados para ir al convento de Nuestra Señora de Valverde desde dicho Real Sitio de El Pardo”.
Los abonos que se hicieron por parte de la tesorería testifican en los asientos contables las circunstancias y vicisitudes referidas a la Cerca y al Real Bosque. Señalemos los mas significativos y que nos transportan a la realidad de aquellos años.
En 1752: Se pagaron a Martinez Gomez 181 rs. vn., por jornales en el cultivo de la alfalfa; era necesaria para alimentar las caballería. Alfalfa se cultivaba en la huerta de Barcia, integrada en la Cerca y donde fuera antiguo propietario Don Andres Gonzalez de Barcia Eran cuidadores de la huerta: Mathias Gómez y Vicente Garcia, entre otros. Se encargaban además de realizar todas las labores de cultivo, tales como la preparación de la tierra, la siembra del grano, o la siega en la que se empleaban hoces o corbellas, y su recolección, algunos jornaleros venían de lugares tan lejanos como Murcia y permanecían en la huerta muchos días del año. Partidas de centeno, en grano, se compraban a un vecino de Majadahonda, Francisco Alvarez Barrio, “encargado de acopiar para la siembra y cebos de la caza”. El estiercol era el abono que se utilizaba en dicha huerta, dirigida por Juan de Lorenzo como Director de Labranza. La abundante caza había que cebarla, para ello se necesitaban grandes cantidades de grano de centeno que se compraba en distintos lugares de la geografía castellana. A favor del celador Joseph Gallego se dispusieron “para el pago de la conducción de 800 fanegas de centeno que se habían comprado en las cercanía de Segovia para cebos de la caza”. A favor de Joseph Gallego se libraron quinientos rs. vn., para los gastos que” le ofrezcan desde Madrid a la villa de Sepulveda, acompañado de dos soldados que le ban conboyando para resguardo de los 20 doblones de a 60 rs que lleva a Juan de Andrade que se halla en aquella villa comisionado del Acopio de granos para este años”. Los granos se transportaban en espuertas y a favor de “Juan Martinez Alarcon mayoral de las dos cabañas mulares que traen granos de Sepùlveda al Pardo” se libraron 200 rs. vn. Estos viajes se aprovechaban para encargos puntuales y vemos como en uno de ellos “dos botes de tabaco de dos libras se remitieron con el mayoral de la cabañas Juan Martinez Alarcon de regalo al señor Corregidor de Pedraza Don Manuerl Severino Baez y Llerena, de cuenta del comisario Juan de Andrade”a quien se le cargaron en su haber de 15 rs.vn. La conducción de granos implicaba el pago de los portazgos correspondientes y se transportaba también grabanzo y cebada de los campos de Castilla. Las viñas que se encontraban dentro del cerramiento como eran las de dos viñas de Medina y Barcia así como la de Bañales, eran podadas anualmente por Manuel Hernanz y sus consortes vecinos, todos ellos de Pozuelo. Cuando las encinas estaban cargadas de fruto, se bareaban las beyotas, facilitando a la caza el alimento, con el mismo fin eran frecuentes las aportaciones de paja.
Otra cuestión importante eran los pagos que se realizaban por la cuestión de los pastos, vemos como “ a favor de Gabriel García y Pedro Garmarra alcaldes del lugar de Fuencarral y Matheos Bustillo su Procurador Sindico general” se libraron 3.400 rs. vn., por el “arrendamiento de pastos de las yerbas de la parte de las dehesa de Valdelatas que pertenece al referido lugar”, desde el 1 julio de 1752 hasta fin junio de 1753 por el mismo periodo de tiempo se libraron 750 rs. vn., cnantidad que fue evaluada “por los peritos de S.M., y este pueblo, en que evaluaron el fruto de bellota que hubo en la expresada parte de la dehesa y monte de Valdelatas” y de que no se valieron sus vecinos, como en los años anteriores, años por haberse reservado para pasto de la caza del real Bosque del Pardo. La tapia de la huerta que fue de Medina, disponía de varios Portillos.
Fuera de las redes se procuraba que no proliferasen los conejos, asi que se pagaban jornales a las cuadrillas dedicadas a destruir los vivares, así vemos como a favor de de Francisco Álvarez Barrio se libraban 120 rs. vn., “para pagar 24 jornales que se causaron en cavar las bocas de los conejos fuera de la red en el cuartel de Castrejón”.
De las ampliaciones. Al mismo tiempo que se iba levantado la cerca por los lugares que estaban definidos los límites de nuevo coto real se iban incorporando al patrimonio nuevas dehesas, tierras, huertas y terre3nos de labranza que se compraban de los pueblos adyacentes. En estos primeros años se anotan cantidades por la compra de tierras. En 1752 se compran las tierras de dos colmenas pertenecientes a Don Manuel Marínez de Quexada y que habían quedado dentro del nuevo demarcado. Una estaba situada en el valle de Navalasmuelas en el Cuartel llamado de El Águila, la otra en el Cuartel del Vaso de San Jorge, llamado también Navarredondilla, en las inmediaciones del arroyo de Tejada. Con fecha de 29 de noviembre de 1752, se pagaba 185 985 rs. vn., por la compra de tierras con la finalidad de agregarlas al Bosque, a terreteros de los pueblos de Humera, Aravaca, Pozuelo, Rozas y Majadahonda. Con fecha 29 de agosto de este mimo año se “despachó abono de mil setecientos y setenta y dos reales de vellón que entregó a Dª Isabel Martínez de Texada, viuda de Don Rovertino Conventino vecino del lugar de Fuencarral, por valor a justa tasación de Peritos de un colmenar que la pertenecía en el valle de Quesada, cercado de tapias y en el interior un cubierto que sirve de casa; 19 almendros grandes y tres encinas y se compró por estar dentro del nuevo demarcado Cordón del Real Bosque del Pardo, según escriptura de venta y carta de pago de su importe otorgado en 29 de agosto próximo antecedente ante Dn Juan Manuel Miñón de Reynosa Secretario de S.M. y Escrivano de número de esta villa que queda en esta oficina...”
Se gastaba cantidades de dinero en jornales -3 rs. vn. - para remeter la caza en el interior de la Cerca. Para evitar muchos de estos problemas de la caza y con el objeto de ampliar el Bosque hubo negociaciones con fincas vecinas para adquirirlas mediante compra. En marzo de 1751 una escritura de venta a favor de S.M. e incorporación a la cerca del Real Sitio de El Pardo dice: “En este día se despacho abono de doscientos cinco mil ochocientos cincuenta y nueve rls y un mvs de vn que entregó a Don Domingo García, Dª Mauela Bañal, Dn Joseph Gutierrez y Dª Lorenza Bañal sus mujeres Dueñas de la viña llamada de Bañales por valor a justa tasación del Perito de la citada viña cercada toda de tapia, una casa abitable con seis oficios, otra que es bodega con su ante bodega, tinajas y pertrechos correspondientes, olibos, arboles frutales y diferentes tierras dentro y fuera de las misma cerca situada en el paraje llamado Merchan y Beacos entre el Bosque de Batueca y la huerta y viña que fue de Dn Andres Gonzalez de Barcias, cuio total terreno según la mensura hecha tiene de cavida 67 fanegas 3 celemines y medio dde a 400 estadales cada una. Las 47 fanegas un celemin y un quartillo de tierra que compone la planimetria de viña y dos suertes de tierra de la cerca con inclusion de tres fanegas 9 celemines y un quartillo que ocupa un pedazo de viña con 239 cepas; y una tierra de una fanega y celemin y medio a la capellanía que en la parroquial del lugar de Fuencarral fundo Paula Lopez; y la otra tierra de una fanega y 10 celemines y medio a los herederos de Lorenzo Rufel vecino del propio lugar que no entranba en al venta y los 20 fanegas 2 celemines y un quartillo restantes; seis tierras que en distintos parajes se hallan fuera de la Cerca cuya propiedad con todas sus entradas y salidas, usos, costumbres, derechos y servidumbres vendieron a S. M., en el mencionado precio para incorporarla al heredamiento del Real del Pardo libre de toda carga, tributo, censo perpetuo y algun vinculo, Mayorazgo, Capellanía o tributacion finanza o ipoteca y de todo otro cualquier genero de gravamen por escriptura otorgada en esta villa de 9 de noviembre del año proximo pasado ante Dn Juan Manuel Miñon de Reynoso secretario de S.M., escrivano del número y de los reales Bosques de la casa de campo y demarcado Cordón del Pardo; según resulta de certificación a que en 4 del corriente mes dio Dn AntonioLopez Salzes contador general de valores de la Real Hacienda mediante haberse archivado en aquella Contaduria la referida escriptura con los titulos de pertenencia de la expresada posesion en conformidad con real Orden de 23 de junio de otro año proximo pasado antecedente.”
Por aquel entonces la Venta del Regidor pertenecía a Doña Josepha Adan de Iarza, residente en Valladolid. Parte de las tapias que delimitaban su propiedad eran aledañas a la Puerta del Camino de El Pardo, se necesitaba adquirir parte del terreno de esta propiedad para acometer el levantamiento de las tapias a un lado y a otro de la Puerta. Si embargo en principio no se llegó a acuerdos puesto que la señora no deseaba desembarazarse de la citada propiedad. Finalmente se llegó a considerar que era una buena inversión comprarla puesto que serían terrenos a añadir al Real Coto de caza, por sus buenas fuentes y además se podían ahorrar el levantamiento de la cerca por la parte que la delimitaba. Con fecha 30 de marzo de 1753 el tesorero Don Manuel Antonio de Horcasitas pagaba a Doña Josepha Adan de Iarza por la Venta del Regidor la cantidad de 123 759 rs. vn., e incorporada al Real Bosque de El Pardo.
Con fecha 29 de noviembre de 1753 se pagaban 185. 985 rs. vn. Por la compra de tierras que se agregaban al Real Bosque, a terreteros de Humera, Aravaca, Pozuelo, Rozas y Majadahonda. En 1753 eran cerca de las 25 leguas, la medida de la circunferencia del nuevo Cordón.
De los sobrestantes. Eran los capataces de las obras. El nombramiento de maestro mayor y sobrestante de la magna Cerca, recayó en el arquitecto Joseph Briz, con un sueldo de veinte y dos reales “para que pueda mantener caballo” y en la persona del teniente Pedro Chadinoti con un sueldo de doce reales, “ para asistir y cuidar que las mezclas se efectúen al tenor de la contrata. Así mismo también recayó en la persona de Antonio Taveras el cargo de sobrestante, encargado de realizar las mediciones pertinentes sobre el terreno y daba testimonio por escrito, de las vicisitudes que ocurrían durante el levantamiento de la obra.. “para llevar a cabo las mediciones y escribir lo que ocurra durante la obra” con un sueldo de doce reales diarios. Estos nombramientos se llevaron a cabo a últimos de junio de este año de 1751.
El 21 de febrero “se despachó abono de 1000 rs. vn a don Joseph Briz sobrestante del puente de Rastrillos para ir pagando la saca y conducción de las piedras para la portada de Castilla y las de la testera de este puente”. Pedro de Sagada fue encargado como Sobrestante de la composición de caminos, como el de Fuencarral o Real Quinta.
En el Archivo del Palacio Real de Madrid se encuentra un dibujo de cómo debía quedar la puerta de Madrid: Un dibujo realizado con motivo de un presupuesto para picarla y revocarla, revocar con cal a un lado y a otro de la puerta la cerca y al mismo tiempo pintar la verja de hierro. Llevaba la firma del sobrestante facultativo Don Ángel Hurtado y fecha de 5 de septiembre de 1921.
Mathias Gomez cobraba de jornal como capataz 6 rs. al día, en el nuevo plantío que se realizaba en los barrancos del sitio de las Batuecas.
De los carabineros. Los Carabineros se integraban en su tiempo a las tropas españolas por lo que no hay que confundir a sus miembros como soldados del ejército. Aunque en 1770 se promulgó la Ordenanza de S.M. Para el servicio de la Brigada de Carabineros en cuartel y campaña, y aunque su misión fue la de proteger al Rey en campaña y se le asignaron también otros cometidos como los relacionados con el oreden público, estas tropas se abolieron en 1748. Por lo tanto los Carabineros que llevaban también este nombre, son agentes de seguridad rural tal como los conocemos hoy en día a los agentes forestales.
Normalmente ocupaban los piquetes de carabineros, al igual que los guardas, casas alquiladas en lugares inmediatos al Real Bosque. En Colmenarejo y Torrelodones esistían estas casas, así como en Fuente del Fresno. “A favor de Pedro Ruiz de Luzurriaga 1280 rs. vn., para jornales de oficiales, peones y empedradores que se emplearon en lacomposición de la casa que han de ocupar los caravineros reales en Fuente del Fresno”.
“A favor de Joseph Rey, vecino de Colmenras Viejo 136 rs., por la trabajos hechos en las caballeriza y casa que ocupaba Don Alonso Mandia, Capitan Comandante de la Brigada de caravineros en dicho lugar.”
Al Teniente de Alcayde a Don Cristobal Cortes de Solis, para “pagar los alquileres de Casa que ocupaban los caravineros Reales y Guardas de S.M., en los lugares de la circunferencia del Pardo por los seis primeros meses de este año de 1753, 1783 rs y 2 mrvs.vn.
De los herreros, herradores y albeytares. Fueron varios los profesionales de estos oficios los que trabajaron a lo largo de estos para bastecer los pedidos que los capataces de las obras les requerían, así como en el mantenimiento de los animales. Algunos tenían cercano el lugar del trabajo como es el caso del herrero de Aravaca que tenía una fragua en el Pardo.
Las mulas requerían periódicamente el cambio de sus herraduras. “A favor de Bernardo Marquinez Parayso, Maestro herrador y albeytar 392 rs. vn., por herrajes y curación de 49 mulas de labor en el mes de septiembre (8 rs. vn., cada mula al mes)”
A veces los que llevaban estos oficios eran también los que proveían de ganado para las distintas faenas que se realizaban y asi vemos como “a Bernardo Marquinez maestro herrador y Albeytear se le compraron 6 mulas para la labor. Las conseguían en las ferias de ganado. Los sobrestantes Diego Lopez de Alcovendas y Francisco Alvarez barrio de Majadahonda pagaron por 14 mulas que se adquirieron en la feria de Illescas, 332268 rs vn.
De los remetidos de caza. Una de la labores principales era el remetido de la caza. La caza por propio instinto de conservación, salía fuera de los límites siendo imprescindible reintroducirla al centro del Bosque del Real Sitio, por lo que se necesitaba la intervención de gentes de los pueblos limítrofes a los que se pagaba por jornales. Consecuentemente en esta operación, volvían a producir nuevos daños en los cultivos.
Eran muchos los hombres que intervenían en estas operaciones , ayudados con los perros. “ En 2 de otro mes de marzo se libraron a favor de Dn Manuel Martinez de Tejada 3240 rs.vn para pagar jornalers de 1080 hombres a 3 rs que remetieron la caza al Monte de Viñuelas que estava en las afueras de la Red en terminos de Colmenar, San Sebastian, San Agustin, El Molar y Algete.” A Manuel Martinez de Tejada 330 rs., para el pago de jornales de los 110 hombres que se ocuparon de remeter la caza en el cerro de San Pedro y termino de Manzanares.
Gastos de jornales de guarda redes, de remetidas y ojeos. “ A favor de Don Juan Manuel Hermoso Secretario de S.M., y Mayordomo de Rentas Décimas de la Dignidad Arzobispal de toledo en la Corte y su palacio, 5309 rs.vn. Y 12 mrvs., por los mismos que importa el Diezmo de varios sembrados de trigo, avena, centeno y cevada que se comprendieron dentro del cerramiento de este Coto hecho con red de esparto en este año, desde la venta de Alcorcón al vado de las Liebres, las cuales se dejaron a beneficio de la caza pagando su importe a los diferentes vecinos Aravaca,Las Rozas y majadahonda de cuya cantidad ha otorgado carta de pago Antonio Xavier Aragonés, Notario Apostólico por autoridad pontificia de Madrid.”
Este años se pagaron indemnizaciones a los vecinos de 18 pueblos,próximos a el Pardo, por los daños de caza. También era necesario hacer trabajos de limpieza y mantenimiento de los distintos abrevaderos para la caza, para los que se contrataban a jornaleros de los alrededores del recinto real. “ Para pagar jornales de dos peones que se ocupan en hacer charcas y limpiezas de Minas en Batuecas para abrevaderos de caza mayor y menor, a 5 rs., cada uno en los diez días.”
Francisco Barranco también hizo la obra de cerrajería en la venta del Rexidor. Al pocero Federico López se le abonaron “96 rs., por la obra de dos pozos hechos en la casa del Portillo y Aulagas”.
Se empleaba una calesa que se alquilaba para llevar a los encargados de pagar las indemnizaciones a los vecinos de los pueblos donde se causaban los daños. A veces empleaban mas de seis día en efectuar dichos pagos por los que iban socorridos con los gastos de manutención y de hospedaje.
“A favor de Don Antonio Faveras 6.000 rs., por la saca y conducción de piedra para la portada del camino de El Pardo, desde que dejó la obra D. Domingo Olivieri”. Para pagar a Porteros y Guardas de su cargo 217 rs vn., del 17 a 23 del mes de Junio de 1753. “A favor de Francisco Ximenez, 3000 rs, por cuenta de los murallones que estan a su cargo en el camino de subida al convento por el de Quebrataherraduras.”
En noviembre, los días 17, 24 y 25, se efectuaron remetidas de la casa de campo a las que asistieron 183 hombres de Los Carabancheles y Aravaca, a los que se pagaba 3 rs. vn., a cada uno, Otros 64 rs. vn., fue el importe de la pólvora que se utilizó y que portaban los guardas. Jacinto herrero era uno de los guardas.
A Juan de zapatero , vecino de Getafe se compró una galera para la servidumbre en la labor de El Pardo por valor de 1.800 rs vn. Joseph Sierra era el encargado de los bañiles y y viajes nuevos de cañerías y fuentes en los valles de Navachescas, y de la Fuente de la Reina. “A favor de Manuel Herrero maestro hderrero, 5o6 rs. vn., por cuñas de hierro. Compra de una piedra y caja para amolar dicha herramienta para la corta en el Monte de el Pardo”
De los puentes. Puentes de Rastrillos. Eran necesarios rastrillos de hierro para colocarse en los ojos del puente verde madera y en todos los arroyos que atravesasen la cerca ”para impedir la salida de la caza”. Al color verde de la pintura sobre la madera para evitar el paso del tiempo, se debía el nombre con que se les conocía, el más próximo a la puerta de Hierro, disponía de unos cierres con maromas tirantes, tornapuntas y pies derechos para que no saliese la caza Enlazaba la venta del Cerezo en la margen izquierdo con la Venta del Rexidor en la opuesta. Posteriormente en su lugar se construyó en piedra con el nombre de San Fernando. “A favor de Francisco Manzano Mño, herrero, 148 rs.vn., importe de una rexa que hizo para muestra de las del Puente de Rastrillos, peso de 54 libras a 2 rs y ¾, según lo certifica el Maestro Maior Don Joseph Briz” “ el otro 1 de diciembre de 1751 se dio libramiento a favor de Manuel de Haedo y Bringas de ochocientos diez rs y veinte y cuatro mrs vn importe de distintas maderas ajustadas que constan de memoria y dio para el Ponton de rastrillos construido de madera sobre el río de Manzanares frente a la venta del Rexidor”.
Se libraron “ por la demolicion del Puente Verde de Madera que tenia esta villa sobre el rio Manzanares y se ha reedificado por cuente de la Real Hacienda con sus rastrillos para impedir la salida de la caza, presentado los gastos en la oficina de la administración para pagar a Don Vicente del Campo y certificado por Don Antonio Fernandez Mosterin y Don Agustin Herrera y del arquitecto Francisco de Moradillo que han corrido con la dirección de esta obra y la de la cerca y Portada que enrte la venta del Cerezo y la del Regidor, correspondientes desde el 23 de Julio de 1751 a septiembre de 1753. 227.991 rs 15 mrs vn.”
Los rastrillos de hierro para el puente verde de madera ”para impedir la salida de la caza” se realizaron en los talleres de Francisco Barranco. Se colocaron en todos los arroyos que atravesasen la Cerca. Esta obra fue adjudicada mediante subasta, siendo el mejor postor Joseph de Fresnedo profesor de arquitectura y maestro de obras.
Es decir como se desprende o al menos interpreto por que este puente de Rastrillos era el mismo que se denominaba puente verde de madera y posteriormente, una vez reconstruido en piedra denominado definitivamente: puente de San Fernando en honor al Fernando VI. Juan de Mieres era el guarda encargado de cuidar el puente verde de madera, en 1752, y se le entregaron por guardar el Puente de Rastrillos durante una semana, 35 rs. vn.
A las rejas de los arcos de los puentes se las daba una mano de pintura. Francisco Barranco era Maestro herrero y cerrajero al que se abonaron “16.933 rs. y 12 mrvs., mas 80 rs. componiendo en total 24. 933 rs y 12 mrvs., por el valor de la obra de herrería que hizo para el nuevo puente de Rastrillos, seis ojas de fierro para la portada del camino de castilla y todas las rejas de los desaguadaeros que la nueva cerca situados desde la venta de Hoyos hasta la del rexidor.”
“Se libraron a favor de Juan Albarez maestro Cabestrero en esta Corte 1232 rs.vn., por valor de 308 libras de cuerdas de cáñamo que dio de su tienda para lebantar las compuertas del puente de rastrillos a 4 rs cada libra según testifica Dn Agustin de Herrera Ingeniero encargado de la dirección de esta obra”
En construcción el puente de Navalasmuelas, intervin Francisco Ximenez. El Puente de Navalasmuelas se construye en 1752.
“Alquiler de trócolas, trono y cabrillas y otras herramientas que se utilizaron para los puentes del camino de Castilla desde el 25 de marzo hasta el 12 de agosto”.
Puente de Valdeculebras. Puente de las Viudas. Se encargaron 10 Rejas de medio punto “todas de dos medias de quicio con sus pasapores y candados que se hicieron para los dos puentes de los arroyos de Valdeculebras y las Viudas asi como grapas engastadas en la cantería cadenas y cañones de palastro para baynas a los pasadores”.
Citamos el Puente de las Viudas. Los escultores tuvieron con sus obras una participación especial con sus trabajos en puertas y puentes.
“A favor de Pedro Anguita, Maestro Dorador 379 rs.vn., por el dado de verde de las puertas, argotante y antepecho del arroyo de Andriquina, la rexa de la portada del vado y los cerrojos de las puertas de madera de enfrente de las Batuecas”. El puente sobre el arroyo llevaba su nombre: Puente de Andriquina, al que ya en estos primeros años se le sometió a reparaciones, como la de su albardilla.
De las Puertas y portillos. La construcción de la tapia que rodea hoy en día el Monte del Pardo se llevó a cabo entre 1751 y 1758. “El Sito del Pardo está allá en medio del bosque [..] tiene varias entradas para la comunicación del pueblo y de los pueblos vecinos; de estas algunas son principales y las que deben estar abiertas a todo transeúnte son: la Puerta de Hierro, la de Castilla. La que sale a las Rozas, la de Fuencarral, la del Goloso a Alcobendas, la del Hito para los vecino del Hoyo; las demás son portillos o puertas pequeñas, y se abren a proposición de la necesidad de los transeúntes” Pág. 13 (Real Sitio del Pardo. Madrid 1892. Biblioteca Digital Madrid. Internet). Algunas de ellas han desaparecido, como la de San Bernardino, Tejada, San Jorge, Velada, del Reloj. Casa Torres, Manina, Las Rozas, Angulagas, Castilla, Bercia, Bañales, Tres Cantos, Batuecas, Del Llano de las Liebres.
De la Puerta de Barcia, conocemos que en 1754 se libraron a favor de Francisco Ximenez 4.358 rs. vn., por el importe de “la Puerta que hizo y puso en la tapia de Barcia”.
De la del Vado, o Portillera del Vado de la Granja, que en ella intervino el escultor y marmolista Antonio Solan Mño,siendo Director de las obras Francisco de Moradillo, e intervinieron los canteros Miguel de Gorostidi e Isidro de Villa.
De la Portada de las Batuecas que Francisco Barranco trabajo en esta puerta; por la “obra de cerrajería para la nueva puerta de madera de enfrente de las Batuecas, en la tapia antigua que se construyó en aquel paraje.”se le abonaron 562 rs. 2 mrvs.
Algunas fueron proyectadas con un valor artístico y monumental, tal es el caso de la Puerta de Hierro situada en el Camino Real de El Pardo, otras fueron levantadas a base de bloques labrados de pie, o con ladrillos de tejar y las cuales se describen a continuación:
Puerta de Madrid y Puerta de San Antonio de la Quinta. En 1717 fue el año en que compró la Quinta el Duque de Arco Don Alonso Manrique de Lara, Caballerizo Mayor del rey Felipe V. En 1745 Felipe V la incorporó al Real Sitio de El Pardo por haberla cedido la viuda del Duque tras la muerte de éste ocurrida en 1737. Tuvo el recinto cuatro accesos: la puerta que comunicaba directamente con el palacio de El Pardo, posiblemente fuera la llamada de Valpalomero; otra que se encontraba en sentido opuesto y que en algunos mapas figura como de Madrid, en otros como de Fuencarral. Las otras: La Puerta de Madrid como hoy se la conoce aunque posiblemente también se la conoció llamada de Valderrodrigo y la Puerta de San Antonio.
Un plano levantado, por el arquitecto Francisco Cartier, nos permite conocer estos accesos a la Quinta, algunos identifican con su nombre. Es significativo que no mencione ni señale alguna de las puertas que figuran en planos posteriores, señalando tan solo la de Madrid, la del Pardo y la de San Antonio. El jardín fue diseñado en 1725 por el francés Clauide Truchet y por entonces las dos puertas, la de Madrid y la de San Antonio estaban comunicadas por un camino completamente recto que cruzaba la quinta, a través de los jardines. Hoy los jardines quedan a la izquierda del camino o carretera de circunvalación interior. Cabe pensar que fue en esa fecha de 1725 cuando se levantaran ambas puertas.
En 1921 S.A.R. el Príncipe de Asturias Alfonso, levantó un plano de la Quinta y en él señalaba tanto las puertas de El Pardo y la de Madrid como la de San Antonio y la de Fuencarral. Esto siembra un mar de dudas sobre la denominación original de las puertas. Me inclino a pensar que en un principio, se llamaron estas dos puertas que tratamos, de Valderrodrigo y de San Antonio y que dado que eran salidas naturales hacia Madrid y Fuencarral, fue como adoptaron estos último nombres.
A la puerta de San Antonio, de ladrillo de tejar, se accede desde el exterior de la Quinta siguiendo la cerca del Real Sitio, por una senda estrechas hasta llegar a una zona del arroyo de Valderrodrigo completamente enmarañada, por lo que son pocos los que han podido llegar a ella aún menos si se tiene en cuenta la falta de información sobre este antiguo acceso. Aunque si desviamos la vista hacia la derecha saliendo hacia Fuencarral por la portillera del Tambor, podemos ver la parte superior de ella sobresaliendo de entre las copas de la arboleda. Se encuentra muy deteriorada por esta parte de las tapias y los ladrillos desgastados. No así la parte interior por donde se llega siguiendo el antiguo camino muy arreglado hasta poder ver la puerta restaurada en parte y donde se puede apreciar restos del antiguo anclaje de su verja. El vano es de unos tres metros y medio de ancho por unos cuatro de alto, en el punto medio del arco, dimensiones muy similares a la puerta opuesta de Madrid. En 1921 el Príncipe Alfonso la identificaba ya tapiada hasta una altura de un metro con ladrillo de tejar, (detalle que se aprecia en la fotografía). Ambas puertas debieron estar presididas por imágenes religiosas, debido a que la de Madrid presenta una hornacina en la parte superior e interior de la Quinta, siendo lógico pensar que en la de San Antonio figurase una pequeña imagen de este santo.
Portillera de Navalcarro. Siguiendo las tapia del Real Sitio nos encontramos después de pasar la portillera del Goloso hacia el norte la portillera de Navalcarro. La entrada hacia la casa del Guarada se ha salvado por haberse efectuado para las vía del ferrocarril un túnel, quedando encima de él la denominada carretera de Navalcarro.
De esta portillera solamente cabe destacar de su antigua estructura los dos pilares de sillares puesto que el resto de los componentes se han ido añadiendo a lo largo de los años así como los farolillos que los rematan, en sustitución, cabe suponer, de los antiguos sillares remate que configuran muchos de estos portillos.
Como nota curiosa se encuentra una garita de tiempos pasados aunque posterior a este acceso que se asoma peligrosamente a las vía del tren y que le da un colorido histórico a esta entrada, evocando la infinidad de horas que debieron pasar en otros tiempos los que hicieron en ella su servicio.
Portillera del Tambor. Después de la factura de la Puerta de Hierro es una de las entradas de mejor labra, al menos así parece ser por los pilares que aún conserva en pie. Los dos interiores fijaron la puerta principal de verja de hierro forjado que muy posiblemente a juzgar por la anchura del paso podía haber estado constituido de cuatro piezas. Entre estos dos pilares y los dos laterales se fijaba una verja, también de hierro forjado de las cuales aún existe una en su lugar.
En el año 2007, el 13 de Julio, debido a un impacto brutal de un vehículo, de cuyas consecuencias el conductor perdió la vida, los sillares de uno de los pilares cayeron al suelo y como consecuencia la verja desapareció.
No hay noticia de la fecha de construcción de esta portillera, al menos yo no tengo datos al respecto aunque a juzgar por la traza parece razonable pensar que se levantó con fecha posterior a los demás pasos.
Se encuentra situada en el kilómetro 4 de la carretera de El Pardo a Fuencarral y sus coordenadas son: 40º 30´48.00´´ N.; 3º 44´21.82´´ W.
Puerta de Castilla. Se encontraba situada aproximadamente a una distancia de dos kilómetros, 1600m, si consideramos la escala 1/40.000 del plano de referencia, tomando las distancia desde el extremo W del puente de piedra de San Fernando. Si tenemos en cuenta la salida de la actual carretera de Castilla a la carretera de La Coruña, unos pocos metros más al norte de los 1600 m citados, las coordenadas de su emplazamientos debieron ser aproximadamente: Latitud: 40º 21´43.04´´ N. Longitud: 3º 46´19.00´´W.
La carretera de Castilla entraba en el Real Sitio de El Pardo por esta puerta y a través por el paraje denominado Cuesta de las Perdices conectaba con el puente de San Fernando y tomar la margen izquierda del río Manzanares, camino de la Puerta de Hierro.“La portillera de Castilla, con una casa a cada lado; dos casa juntas de peones camineros” Pág 370. (Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal. Tomo VII. 1827 ”Una vez concluidas las puertas principales de entrada a la cerca se constituyeron porteros.
Tanto la puerta de Castilla como la del Camino del Pardo o de Rastrillos, eran cuidadas por un portero apoyados por 4 guardas que cuidaban de la red en los distritos correspondientes. El importe de las dos casillas para los porteros en las puertas de Castilla y del Pardo fue de 24.000 rs. vn. “Aviendose de construir al lado de las Puertas de arquitectura dos casas de las dimensiones que representan los planos y perfiles, se advierte que el asentista devera arreglado a ellos para lo que el Ingeniero Director tubiese por conbeniente construirlas ejecutando la mampòsteria de las cuatro paredes principales al mismo precio que la de la cerca, pues tiene el mismo grueso. LaS Divisiones interiores han de ser de tabiques de ladrillo y cal, de medio pie de grueso entramados de madera de ocho, entomizadas y todas dadas de mano o revocados de yesso negro, el techo de revocado de este material y sus maderas que sirvieran de tirantes rematados por encima de yeso negro. La cubierta construida de madera de a seis a dos agusa con su alero de canecillos de un pie de vuelo texado con barro y el caballete con cal recibiendo las bocas de los canales de este alero con yeso.”
En ella intervino como escultor y marmolista Antonio Solan Mño, y por el “importe de la obra de los remates de piedra blanca que hizo para las Portadas del camino de Castilla y la del Vado, certificado por el Director de estas obras Francisco de Moradillo”, se libraron 3000 rs. vn. Antonio Faveras, como empleado en las oficinas del detalle de la obra de la nueva Cerca” a su favor se libraron 1500 rs vn. “para ir pagando la saca y conducción de piedra” para esta portada. En ella intervinieron los canteros Miguel de Gorostidi e Isidro de Villa.
Francisco Barranco Maestro herrero y cerrajero se encargó de realizar las seis “ojas de fierro para la portada del camino de Castilla y todas las rejas de los desaguaderos que la nueva cerca situados desde la venta de Hoyos hasta la del rexidor.”
Puerta de Almaján. Podemos decir que su nombre proviene del antiguo almayal, almajar 'arriero', que recuerda el comercio musulmán.
Sabemos de su situación por estar contemplada en el plano de referencia del Real Sitio del Pardo y Viñuelas, levantado por la sección de los Trabajos Geográficos de la Junta General de Estadística, anteriormente mencionado.
Situada en la encrucijada de los límites de los términos de Colmenar Viejo y de Hoyo de Manzanares con la tapia del Monte, a ella van a para dos caminos del mismo nombre: de la Fuente de Almaján que provienen del lugar llamado: Casa del Doblado.
Sus coordenadas aproximadas: Latitud, 40º35´32.70´´N; Longitud, 3º50´34.80´´W
Puerta de Hierro o Puerta del camino de El Pardo. La obra fue realizada entre 1751 y en sus aledaños simultáneamente se levantó sobre le río Manzanares el puente de San Fernando, Esta puerta a la que terminó por llamarse Puerta de Hierro, es de granito y piedra blanca de Colmenar, de estilo barroco tardío con línea clásica francesa y motivos puramente italianos. Fue proyectada por Nangle en 832.000 reales de vellón, se ajustó con el escultor Juan Domingo Olivieri en 100.000 reales y pasa por ser una de las obras más destacadas en su género del siglo XVIII.
En una carta enviada por Francisco Nangle8 a Don Vicente Manuel del Campo, con fecha 23 de junio de 1751, dice sobre la Puerta de Hierro: “Muy Sr. Mío. Ha venido aprobado por su S. M. que la Portada de Arquitectura que se debe ejecutar en el camino Real de El Pardo no supusiese al pregón para darse por asiento con las demás obras, por los motivos que representé [..] he pasado a formar ajuste con Don Domingo Olivieri maestro Maior de escultura de S.M. en el precio de cien mil rs de Vn para la total construcción de la expresada portada a excepción de las verjas....” 9
Un asiento contable de fecha 23 de Diciembre de 1752 atestigua que a Don Juan Domingo Olivieri, Maestro Escultor para “la Portada del Real Camino del Pardo y que estaba a cargo de Juan Moradillo” se le pagaron 103121 rs. Asentistas contratados por Moradillo fueron Francisco Cuevas y Francisco Martin y Cia. Oficiales canteros para las piedras labradas de la portada del Pardo. Antoni Solan escultor contratado por Domingo Olivieri para la portada del Pardo. Don Domingo Olibieri contrato para la Puerta canteros especializados en la talla de la piedra, que hicieron los trofeos que la rematan. De igual modo empleo al pintor Pedro Anguita para el dorado y pintado de sus las Puertas, cobrando por ello 1000 rs.vn. A favor de Antonio Faveras se libraron 441rs 6 mrs vn., por el importe de 300 libras de plomo “para sentar las cuatro hojas de fierro de los lados de la Portada del Pardo al precio de 50 mrvs libra y según certificado por Francisco de Moradillo”.“A la entrada del bosque se halla una magnífica puerta con tres entradas con verjas de hierro perfectamente trabajadas, toma el nombre de Puerta de Hierro y esta como media legua de Madrid, cuyo pasaje se nombraba antiguamente la Venta del Regidor, la hizo fabricar Fernando VI “.
Francisco Nangle en 1751 presentó al Monarca, según nota manuscrita de 20 de abril dos ideas para ejecutar este proyecto “para la entrada de la cerca del camino de El Pardo se proponen dos ideas de Puertas y el cálculo que aquí va comprendido es de la de hierro, pero si fuere del agrado de S.M. se ejecute la de sillería, se contempla sera su costo igual a la de yerro”
Fernando VI se iba a decantar por la de hierro, quería que le acceso al Pardo desde la Corte tuviera la lucidez que requería, al mismo tiempo que fuese la entrada a El Pardo, sobrepasada dicha puerta un paseo agradable para los madrileños. Para la entonces llamada Portada del Camino del Pardo se fijaría un presupuesto especial estando prácticamente concluida, a falta de algunos remates como era la escultura de Olivieri, en Diciembre de 1752. Con fecha de 17 de junio Joseph de Briz daba cuenta a D. Baltasar de Izqueta Vigil del estado de la obra: “el cimiento está enrasado hasta la superficie y falta que levantar para completar la altura, para sentar la losa de elección tres pies y medio en el todo de su extensión [..] de Piedras de cantería de las que tiene tomadas Montesomo [..] pertenecientes a Manuel González; se hallan en todo o en parte labradas; y ocho piezas blancas de clase de Bassas, Cornisas, Pilastras, Almohadillas y astriadas, que juntas componen medidas para su mayor vuelo [..] doze piezas que componen los cuatro jarrones y estos pertenecen en todo a D. Domingo Olivieri”.
“Para la Puerta que se propone inmediata a la Benta del Cerezo” se necesitaba: sillería de la mejor piedra. Cuatro guarda-ruedas de siete pies de largo. Herraje para ella con adornos y escudo, dada “en color verde bronceado”. Además de ocho arrobas de plomo necesarios para fijar y sentar los herrajes. Para la Puerta que se propone inmediata a la Venta del Regidor, era necesario: 1704 pies cúbicos de sillería. Cuatro guarda-ruedas. 96 pies cúbicos de piedras para sentar las riostras de los batientes. Herrajes con adornos y escudo y 16 arrobas de plomo, para sentar y fijar los herrajes.
En el mes de septiembre de este mismo año de 1752 don Vicente Manuel del Campo, comunicaba al Marqués de la Ensenada que se podía dar por concluida la Puerta del Camino de le Pardo. Sin embargo “consecuente de la dexacción que hizo D. Juan Domingo Olivieri de la obra” tuvo que hacerse cargo de su conclusión Moradillo. En los trabajos del levantamiento de la Portada y sus aledaños intervinieron los asentistas Don Miguel de Bateliu y Don Juan de la Calle. Siguiendo los deseos del Monarca en 1752, don Francisco Mangle le expuso que “para el mayor lucimiento de la suntuosa Portada del Camino del Pardo, el formar una alameda de cuatro líneas de árboles, tres calles, tres plazas exterior y una interior, comprendidas desde la esquina de la huerta del Marqués Guerra hasta la referida Portada”.
Luis Sanchez era el portero que cuidaba de la Portada de el camino de El Pardo. Cinco guardas cuidaban de la red inmediata y de la Puerta de Castilla.
Las fotografías antiguas nos muestran que era un lugar de paso de todo género de vehículos a través de la puerta principal y de sus pórticos laterales. Hoy esta puerta se encuentra situada en otro lugar, una isleta en la encrucijada de la autovía de la Coruña, a escasa distancia de donde se levantó originariamente, donde había quedado desviada de la vista general y acondicionado el lugar ofrece una vista magnífica, después de ser desmontada pieza a pieza, en 1991 y trasladada a dicha isleta con el fin de facilitar la ampliación de las comunicaciones en esta entrada de Madrid. Destacan en ella los ornamentos realizados por el escultor Olivieri y el arquitecto Francisco Moradillo, así como distintos relieves y esculturas, entre los que sobresalen dos esfinges, el escudo real instalado en el frontón, bajorrelieves de trofeos de los contrafuertes y los remates con jarrones de los que brotan un penacho en llamas, los mismos motivos que coronan las dos pilastras laterales y el frontón presidido por un escudo real, que dan esplendor al conjunto.
Portillera de Valdeleganar. Sus coordenadas, Latitud: 40º 36´´1.71´´ N. Longitud: 3º 46´28.05´´ W, la sitúan en el límite norte del Real Sitio del Monte de El Pardo.
La portillera de Valdelaganar, en otro tiempo muy transitada, pues a través de ella se realizaba el paso del camino que sensiblemente paralelo a la margen izquierda del río Manzanares, cruzaba dirección sur norte el bosque del Pardo, hoy apenas tiene transito por haber quedado debajo de las aguas del pantano del Pardo parte de este camino que comunicaba El Pardo con Colmenar Viejo. Toda clase de carros, carretas, semovientes y personas tomaban este camino desde Madrid después de pasar por las puertas y portillas de la principal, la puerta de Hierro. La casa del guarda en este punto posiblemente se construyera en las misma fechas. Dos pilares a cada lado de sillares de piedra granítica, rematadas por dos grandes bolas con pedestal en la encimera de cada una de ellas, junto a la elaborada verja de dos hojas, en hierro forjado, conforman la imagen robusta y austera de una obra hecha para perdurar en el tiempo. Desde el exterior del Monte del Pardo, se llega a ella tomando el antiguo camino a partir del polígono industrial en la zona Oeste del Municipio de Colmenar Viejo que en el tramo próximo a la portillera pertenece al de Tres Cantos, desde cuyo centro urbano también se puede llegar a ella, siguiendo sensiblemente la tapia del Monte que se construyó en los mismos años del siglo XVIII que se construyó la portillera.
Puerta de los Capuchinos. Los capuchinos andaban por estos caminos mucho antes de que se construyera La Cerca, desde que Felipe III construyó para ellos su primer convento10, de manera provisional que data de 1612. El 21 de noviembre de 1614, tuvo lugar la inauguración de la primera iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Ángelas. La puerta llamada de los capuchinos por el tránsito que a través de ella hacían los religiosos de esta Orden, camino entre Hoyo de Manzanares y su convento donde se venera el Cristo del Pardo, en los aledaños de esta localidad. Esta puerta se encuentra a orillas del arroyo de Trofa.
Parece ser que fuera el camino natural de los capuchinos hacia El Hoyo. Hoy se encuentra anulada, formando parte de la cerca, pero conserva embutida en ella los dos pilares, de características semejante a la de la Portillera del Hito y con una separación que nos permite suponer que al igual que ella se había abierto para dar paso a todo género de carruajes.
Solamente se observa a simple vista los dos pilares,en parte ocultos entre frondosas encinas e inaccesible por encontrarse dentro del recinto de la depuradora de Isabel II de las Matas.
Por otra parte, siguiendo sensiblemente la tapia en dirección a Madrid, encontramos un portillo, al que denominaré de Las Matas, de aproximadamente un metro y veinte centímetros de ancho, de las mismas características del que se encuentra en las proximidades de la Puerta de Madrid. Conserva su verja original y los restos de la antigua cerradura, aunque el cerrojo ha desaparecido. Parece ser, a juzgar por sus dimensiones que era utilizado normalmente por personal a pie, paso natural hacia Las Matas y Torrelodones, después de atravesar por el interior de la cerca el arroyo de Trofa.
Puerta de Valdeconejos. Levantada en ladrillo de tejar. Permanece olvidada y desgastados sus materiales por el paso del tiempo, conserva sin embargo la auténtica verja, también con serios desperfectos.
Hoy se encuentra en desuso, cerrada ambas hojas de hierro forjado con una cadena y candado con herrumbre de muchos años. Es el límite de la calle de Colmenarejo y cierra la antigua tapia del Real Sito del Pardo a los campos del Real Club de Golf Puerta Hierro.
Su anchura de cinco metros permitía el paso de todo genero de carruajes; en sus laterales se abren dos vanos con las verjas correspondientes que daban a la puerta la categoría de principal y que unía en su tiempo el Real Palacio del Buen Retiro con el del Pardo a través de la vereda de los Carabineros que Carlos III ordenó adecentar para este menester y que transcurría por la calle de Francos Rodríguez.
Puerta de Valderrodrigo. Se trata de la puerta de la Quinta del Duque del Arco, ubicada en el interior de El Real Sitio de El Pardo. Puerta principal a la que se accede por una carretera asfaltado que parte de la de Madrid - El Pardo y que discurre por la margen derecha del arroyo de Valderrodrigo que atraviesa la finca y que el plano que estamos utilizando de referencia señala como arroyo de la Quinta.
Es un magnífico arco que da paso a un ambiente que recuerda al de la Zarzuela. Su construcción es debida al Duque de Arco, comenzando sus obras en 1.717. El que fuera Caballerizo Mayor del rey Felipe V, Manrique de Lara, duque del Arco, se la había comprado a Juana Romero, denominada entonces la finca de “Valderrodrigo” debido al nombre del arroyo que la atraviesa. Cuando años más tarde falleció el Duque, la quinta se integró en el Real Sitio de El Pardo, por la donación que hizo su viuda al rey.
Su recubrimiento impide ver los sillares que guarda en su interior, fijémonos en las bolas de piedra característica de muchas de las puertas del Monte del Pardo, así mismo los pináculos de piedra que dan a la puerta un carácter señorial. Completa la obra una verja, a doble hoja, de hierro forjado
Son sus coordenadas magnéticas: Latitud. 40º 30´13.06´´ N; Longitud. 3º 44´15.93´´ W.
Puerta de Valpalomero. Es uno de los tres accesos a la Quinta, A través de esta puerta llega el camino Real de la Quinta y otro que comunicaba con la casa llamada de Valpalomero, nombre significativo y colombófilo. Comunicaba directamente la Quinta del Duque de Arco con los jardines del Palacio de El Pardo y con el palacio.
Al igual que la puerta de Valderrodrigo sus sillares, creo, se encuentran ocultos y embutidos en una obra más moderna como se puede apreciar por estar al descubierto el de su base. Conserva si antigua verja a dos hojas de hierro forjado. Se accede a ella entrando por la carretera de El Pardo a la portillera del Tambor.
Son sus coordenadas: Latitud 40º 30´22.92´´ N. Longitud 3º 44´37.25´´ W.
Puerta de La Columnas. Fue levantada en 1758. Es una de las entradas principales al palacio de la Zarzuela residencia de SS.MM Los Reyes de España, así como de los Príncipes de Asturias. A ella se llega por la carretera de la Zarzuela después de dejar la autovía de La Coruña, a unos tres kilómetros del puente de San Fernando.
Puerta de Madrid. Así se reconoce en el Plano de El Pardo y Viñuelas de referencia. La Puerta de Madrid con unas coordenadas magnéticas: Latitud 40º 30´7.93´´ N. y Longitud. 3º 44´2.87´´ W., pasó desapercibida ante mis ojos en los primeros momentos por estar tapiada.
Descubierta su ubicación exacta enseguida nos damos cuenta que fue una puerta principal de entrada y salida de la finca de la Quinta del Duque de Arco, camino de Madrid. Su anchura de tres metros permitía el paso de todo genero de carruajes, no descarto que en un tiempo existió un portillo lateral para el paso de persona. Los pilares laterales, al contrario que en el resto de las puertas, esta está hecha de ladrillo de tejar, enfoscado que sostenían a buen seguro una verja a doble hoja de hierro forjado.
Una viga de madera completamente podrida se resiste al paso del tiempo que en unión de herrajes que la fortalecían sostuvo un dintel de ladrillo enfoscado a modo de remate de la puerta, por la parte superior. El camino que llevaba a Madrid está en el recuerdo pues aún se le conoce como camino del Portillo.
Portillo de Madrid. Se encuentra situado a unos cuatrocientos metros al Oeste de la Puerta de Madrid. Con este nombre lo he identificado al no existir referencias de él en los planos de consulta, a no ser que ella fuese alguno los pasos nominados a los que no se les ha encontrado ubicación de forma expresa.
Tan solo era apta para la salida y entrada de personas y semovientes, no para carros y otra clase de vehículos dada su anchura. Además adolece de las socorridas piezas guardaruedas en las esquinas, que se colocan con el fin de evitar deterioros en los pilares laterales con las ruedas de los carros.
Hoy se encuentra con algunos de sus sillares fuera de lugar, medio oculta entre el follaje y por haber sido tapiada en algún momento de su historia, con lo que es un tramo más de la tapia que circunda el Monte del El Pardo. Se encuentra situada a escasos metros de la esquina que forma la pared de la Quinta del Duque de Arco con la tapia del Monte.
Permanece en pie uno de los pilares embutido en la pared, rematado con un sillar prismático regular que sobresale del resto; al otro pilar le faltan las dos últimas piezas, una de ellas el remate prismático rectangular piezas que se desmontaron la fecha en que se tapió y colocadas en la base de la puerta. Sus coordenadas son: Latitud.40º 30´5.84´´N.; Longitud. 3º 44´4.92´´ W.
El dibujo ideal que he confeccionado nos da una idea de lo que pudiera haber sido este portillo que debió estar abierto antes de que se llevara acabo la construcción de la Quinta del Duque de Arco y cerrándose a raíz de la abertura por encargo del Duque de la Puerta de Madrid y no tener mucho sentido que abierta la puerta principal de la misma quedaba fuera de lugar para el paso habitual que hasta las citadas fechas se realizaba.
Para conocer algún dato más diremos que su anchura era de 1.58 m. y los cuatro sillares que granito que conforman sus laterales, de arriba abajo son de las medidas siguientes. 1º: 0.63x 0.63x 0.40. 2º: en la base 0.58 x 0.52x 1.18. 3º. 0.58X 0.76X 1.08 y por último el inferior: 0.60x 0.60 , la altura se desconoce por estar medio enterrado.
Portillera del Hito. Se encuentra al final de la antigua carretera de El Pardo, asfaltada, circunvala las urbanizaciones de Torrelodones. La antigua verja, a dos hojas ha sido sustituida pero conserva los dos pilares rematados con la bola de granito que caracteriza las portilleras. Era la salida natural desde El Pardo a El Hoyo, hoy Hoyo de Manzanares que seguía por el interior de la cerca de lo largo de la divisoria entre el arroyo de Trofa y el de Manina. La casa del guarda se encuentra en su inmediaciones. En un paraje de este cuartel se encontraban unas canteras que suministraba piedra para la obra de la Cerca.
Portillera del Terragal y el Portillo del Bodonal. El vocablo que da nombre al arroyo del Bodonal proviene d el latín buda, anea que significa charca o laguna invernal que se seca en verano. De él procede bodonal con dos acepciones: terreno encenagado y juncal.
Ambas entradas de este nombre, se encuentran en las inmediaciones del arroyo de Bodonal, integradas en la tapia que rodea la Dehesa de Viñuelas por su parte norte, el portillo en la margen izquierda del arroyo y la portillera en la margen derecha.
La portillera del Terragal que en la actualidad es el paso principal a la entrada al castillo de Viñuelas. Se levantó siguiendo los mismos criterios que la portillera de El Goloso y de de Valdeleganar y al igual que ellas muy bien conservada, no así la verja original que ha sido sustituida por otra más moderna acorde con los tiempos, aunque también de hierro, ya que en la actualidad el castillo en manos de particulares se dedica entre otro menesteres a bodas y fiestas particulares. Por estos motivos se la ha dotado de focos que partiendo de su base, iluminan los pilares durante las noches de tales eventos.
Sus coordenadas Latitud: 40º 36´50.41´´N. longitud:3º 40´37.08 W.
En cuanto al portillo no tiene mayor atractivo que su permanencia en el tiempo. Se trata de dos pequeños pilares de sillares de granito rematados por otro trabajado a modo de pirámide aplastada por el vértice y que conserva la puerta de hierro cerrada desde hace tiempo. Trato de imaginar que algunas de las llaves de estos cerrojos se puedan conservar en algún lugar como aquellos sefarditas que expulsados de sus casas ha ya muchos siglos, conservan las llaves de sus casas, allá por el Oriente Próximo.
Éstas son sus coordenadas: Latitud: 40º 37´1.51´´ N. Longitud: 3º 40´24.68 W.
Hasta el Portillo llega el camino del castillo a la casa del guarda del Bodonal, situada a la entrada de la puerta.
Portillera de Tres Cantos. El Plano de referencia que se confeccionó del tramo correspondiente al Medianil de Tres Cantos, muestra la zona longitudinal del monte que quedaba libre, ya que la parte del Bosque que hoy se encuentra en el recinto del castillo de Viñuelas, quedaba inmerso en la nueva Cerca que se había de construir. Por ello por esta zona denominada Medianil de Tres Cantos, al mismo tiempo que se cerraba el camino hacia Colmenar Viejo, se abría el que había de sustituirle y que discurría todo a lo largo y junto a la nueva cerca con la que quedaba cerrado la dehesa de Viñuelas.
A tenor del estudio de dicho plano, el camino viejo de Colmenar pasaba por el interior de Viñuleas, desde la Puerta de Tres Cantos por el sur, hoy desaparecida hasta la Puerta del Castillo por el norte, en perfecto estado de conservación. Ambas debían ser idénticas pues en este plano el proyectista o arquitecto las traza iguales y de distinta forma a como dibuja la puerta o portillo norte del nuevo camino, en las proximidades de la casa ya arruinada que denomina: Casa de Tres Cantos.
Puerta de El Goloso. Coordenadas: 40º 33´08.70” N. / 3º 42´44.96” W. Altitud; 755m
La puerta del Goloso del Monte del Pardo, se encuentra situada inmediatamente a espaldas de la colonia militar de la Base del Goloso. Una puerta que presenta una mejestuosa arquitectura, con dos pilares de piedras de sillería de granito colocados a soga y tizón, rematados ambos con una bola del mismo material. Cada una de ellas soporta una de las hojas de la gran verja que cerrada impide la entrada al Monte.
De hierro forjado y artesanalmente trabajado, presenta una gran cerradura del mismo materia con cerrojo, acorde con las dimensiones de aquella. En sus inmediaciones, dentro del Monte, se encuentra la casa del Goloso, o del guarda que protege un área del mismo y preserva el paso.
Confluyen a esta puerta el camino del Águila la vereda de Tres Cantos, la vereda de la Puerta, la vereda de Nava las Muelas, el camino de Los Carros que discurre por el margen izquierdo del barranco de Los Ladrones y el camino de La Torre de la Parada.
El lugar se complementa con una fuente llamada del Goloso y todo lo expuesto en la parte oriental del Monte del pardo cuya tapia hace límite con la carretera de Fuencarral, hoy convertida en una autovía. Esta puerta es punto de paso y referencia del Camino de Santiago en su primera etapa desde Madrid que discurre por este tramo entre la vía del AVE que para salvar esta entrada discurre bajo túnel y la misma tapia del Pardo.
En su tiempo fue una de las más utilizadas, por esta puerta circulaba toda clase de movimiento, procedente de Madrid enlazando con el camino de Fuencarral.
Portillera de Casa Quemada. Saliendo de Madrid en sentido La Coruña, a escasos kilómetros, antes de llegar a Las Rozas encontramos un cartel anunciando el desvío a Casa Quemada, pues bien ese desvío nos llevará precisamente por la avenida del mismo nombre, entre chalet de todo tipo, a la misma puerta levantada en el Siglo XVIII, para controlar el paso por esta zona al Monte del Pardo.
Se trata como otras, de una verja de doble hoja entre dos pilares de sillares de granito terminados ambos con una bola del mismo material integrada en un pedestal, como se aprecia muy bien en la fotografía.
En ella termina la avenida asfaltada y da comienzo en el interior del Monte el camino de tierra. Normalmente esta puerta permanece cerrada. Su estado de conservación es buena siendo sus coordenadas: Latitud: 40º 28´42.66´´ N. Longitud: 3º 49´58.34´´ W.
En ella confluyen por el interior del Monte del Pardo el camino de Casa Quemada entre el arroyo Candeja y el arroyo de Val Hondillo; el camino de casa Quemada, entre el arroyo de Val Hondillo y el arroyo de Sacedilla y por último el camino de Sacedilla que discurre por la margen derecha de este arroyo. Todos confluyen en el palacio de la Zarzuela. El primero pasando el puente de la Zarzuela y los dos restantes a través del denominado puente largo, salvando ambos el arroyo de Val Hondillo.
En sus inmediaciones se encuentra una cuidada edificación, la Casa Quemada propiamente dicha, residencia del Guarda de esta zona del Bosque.
Portillera del Golf. La he llamado así por no tener referencia alguna de ella. Su situación en la parte de la Cerca que limita por occidente el club de Golf en las cercanías del nacimiento del arroyo de Valdeconejos me hizo pensar en un primer momento que se tratara de la Puerta de Valdeconejos.
Después de efectuar los cálculos erróneos y de recorrer los lugares de la posible ubicación de la puerta de Valdeconejos, tropecé de foma inesperada con esta obra y contemplar el trabajo de ladrillo de tejar. Su sola presencia evoca las monumentales puertas romanas, como se puede apreciar en las fotografías.
La parte superior del marco que aún se conserva, parece indicar que originalmente la puerta era de una sola hoja de madera de considerable grosor.
A ella se llega desde la entrada al Real Club de Golf Puerta de Hierro, siguiendo la antigua tapia de El Pardo que se inicia con un esquinazo o pilar cilíndrico de ladrillo de tejar que a su vez es la ruta de la Senda Real GR 124 en la zona denominada “Ramal Dehesa de la Villa”.
Portillera de Caños Quebrados. Puerta que se encuentra inutilizada. Conserva muy deteriorada una de las hojas de la verja doble de hierro que en su tiempo daba paso a toda clase de movimiento, puesto que era una de las puertas por donde podían entrar los carros. Los guarda ruedas que aún conserva en las esquinas confirman este trasiego.
La verja visible cierre por esta parte la tapia de El Real Sitio y la otra mitad está tapiada con ladrillo de tejar. En el interior la bola de piedra característica que se encontraba como remate del sillar lateral derecho, se encuentra adornando el pretil del pequeño arroyo por el que cruza por este lugar y en el interior de la finca el camino que corre paralelo a la tapia y que antaño desembocaba desde la casa de Caños Quebrados por la portillera.
El dibujo ideal nos ilustra como debió ser la portillera en sus mejores tiempos.
Portillo de Cerro del Toro. Situada en las tapia Oeste del Real Sitio del El Pardo y Viñuelas, Hoy en la finca particular del castillo de Viñuelas. Se encuentra fuera de uso y cerrado mediante una verja de hierro que no es la original. Seguramente falten los sillares de características que remataban la parte superior de los dos pilares. Se llega a ella fácilmente aunque después de dar con ella la primera vez pues el hecho de haberse urbanizado sus alrededores dado origen a la urbanización residencial Ciudadcampo, la hace permanecer oculta. Tomando el camino de tierra que sale enfrente al chalet nº 74 del Paseo del Embajador, de esta urbanización del término municipal de Pesadilla, llegamos al hito geodésico del cerro del Toro desde donde se divisa el portillo a pocos metros, así como la antigua casa del guarda hoy en ruinas que vigilaba el acceso en lejanos tiempos.
Cada pilar lo constituyen siete pilares que limitaban una verja de dos hojas que cubría el vano de tres metros y medio aproximadamente, constituyendo un acceso que facilitaba el paso a todo tipo de carruajes. Sus coordenadas: Latitud. 40º 36´37.59´´ N. Longitud. 3º 37´3.57¨¨ W.
Portillo de Valdealcalá. Situada en la tapia Oeste del Real Sitio de El Pardo y Viñuelas, en la finca particular de Viñuelas. Se accede a ella por el interior de la urbanización Fuente el Fresno, al final de la calle Tribuna. Sus sillares eran idénticos a los del portillo del Toro, aunque se encuentran diseminados en el interior de la finca por ser depositados en el lugar después de haber tenido la necesidad de ampliar la abertura de la puerta con motivo de obras y siendo sustituidos por ladrillos que sustentan un cerramiento común. En su tiempo, al igual que la del Toro, presentaba una verja de hierro forjado. La casa del guarda que vigilaba esta zona continua en uso en su proximidad. Sus coordenadas son: Latitud. 40º 35´6.86´´ N. Longitud. 3º 36´22.98¨¨ W.
Portillo del Salto del Lobo. Afortunadamente este portillo conserva intactos los dos pilares, ello nos permite conocer que tanto el de Valdealcalá como el del Toro eran exactamente iguales a él y además debido a que una de las hojas de la puerta de hierro forjado original de ella se ha conservado al servir como refuerzo de la que se colocó en fechas posteriores, nos permite igualmente reconstruir las tres de forma fidedigna.
A este portillo se llega por la cañada pecuaria que sigue a lo largo de la tapia, después de media hora de caminar a buen ritmo desde el puente mesteño de La Parrilla.
Actualmente permanece en desuso, aunque la casa del guarda presenta un buen aspecto. Tanto a un lado como otro del portillo conserva las cuatro piezas guarda ruedad, uno de ellos fuera de su sitio y deformado, debido a un fuerte golpe permite observar su base prismática. Con una anchura de 3.30 m. permitía el paso de toda clase de carruajes. Las puertas se abrían hacia el interior pues el rebaje del sillar inferior no permitía que se abrieran hacia fuera. El rebaje a lo largo de la esquina interior de los pilares estaba destinado a sujetar los soportes de hierro de ambas hojas.
Fue una puerta importante del Real Sitio de El Pardo y Viñuelas, a través de ella pasaba el camino de Burgos que atravesaba también la puerta de Navarrondan. Era la salida natural desde el castillo de Viñuelas hacia el norte atravesando el arroyo de La Parrilla. Sus coordenadas: Latitud 40º 38´13´22´´N. Longitud. 3º 38´12.15´´ W.
Portillo de Navarrondán. Es otro de los pasos de la dehesa de Viñuelas que se encuentra en las proximidades del polideportivo de Alcobendas y en muy buen estado pues conserva intactos tanto los pilares de granitos de ambos sillares como las puertas de hierro originales, lo que permite estudiar con todo detalle tanto la labor de los canteros como los que trabajaron el hierro para la confección de las verjas.
Nos permite comprobar que todos estos portillos de la citada dehesa, es decir el del Toro, de Valdealcalá y del Salto del Lobo, salieron del ingenio de los mismos artífices. Es interesante observar como embutieron los anclajes de las dos hojas de la puerta en las dos piezas de remate de los pilares, así como que estos se sustentan en una base de losetas de granito y que en las otros portillos no se aprecian por estar enterrados.
La anchura de la puerta es también de 3 metros y medio aproximadamente permitiendo el paso de toda clase de carruajes dado que por aquí pasaba el antiguo camino hacia Burgos. También permite apreciar las piezas de granito que se encuentran debajo de la puerta con los rebajes correspondientes al resbalón de los pestillos inferiores. El sillar inferior de los pilares en su dimensión mas larga mide 1.35 m; su ancho es de 0.80 m y su altura de 0.55 m.; la altura del resto de lo sillares es de 0.28 m. En sus proximidades se encuentra la antigua casa del guarda, estando tanto el portillo como esta última en desuso.
Portillo de Valdelamasa. La traza de este portillo es magnífica, los canteros se esmeraron con los sillares de los pilares haciendo de ellos mejores soportes de la verja diferenciándose del resto de los accesos de la dehesa de Viñuelas, aunque seguida muy de cerca por el portillo del Terregal, acceso directo al castillo de Viñuelas por Tres Cantos. En esta ocasión el remate superior, la esfera pétrea, es sustituida por una pieza ovalada pétrea y maciza.
La verja que conserva es la originaria, aunque bastante deteriorada, sin embargo en ella se pueden apreciar los mismas sujeciones que hemos vistos en otros portillos con lo que con toda probabilidad la puerta del Terregal debió tener el mismo tipo de verja que esta puerta.
Para llegar a ella debemos hacerlo caminando a lo largo de las tapia de la finca o bien en bici de montaña puesto que el estado de la cañada no permite el acceso en coche. En su inmediación se encuentra la antigua casa del guardabosques de este cuartel hoy reformada y en apariencia deshabitada.
El valle donde se encuentra Lamasa ya se citaba en tiempos de Alfonso VIII dando nombre a un punto geográfico en línea de demarcación trazada en 1208: «per summum de illis laboribus de Alcovendas, et deinde ad cabegam Lerdaiib .» Existe hoy con el mismo nombre.
Los conejos campean por el mismo así como los reptiles donde pude apreciar en el transcurso de mi investigación el testimonio de ello y que se puede apreciar en la camisa de un buen ejemplar de culebra que dejó su camisa en el intento de atravesar la tapia a través de un agujero.
FIN
Bibliografía
El Real Sitio del Pardo. Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid. Internet.
Diccionario Geográfico Estadístico de España y Portugal. Internet
Ramón Mesoneros Romanos. Manual de Madrid. Descripción de la Corte y de la Villa de. Capitulo XIII. Biblioteca virtual Miguel de Cervantes)
Repoblación de Fuencarral a mediados del Siglo XV. Datos inéditos. Fidel Fita. Pág 360 (3) Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Fuentes
Archivo General de palacio.- Real Sitio del Pardo . Reynado del Sr. Fernando Vi . Archivo General de Palacio caja 9465 exp 3. De los Oficios de remision y la aprobacion de S.M de las relaciones que acompañan, de los sueldos, y gastos causados en las Alcaidias de el Pardo y sus agregados desde Diciembre de 1755 hasta fin de julio de 1759.
Archivo General de Palacio.- Fondo El Pardo. Reinado de Carlos III, Caja 9472 exp 1.
Archivo General de palacio.- Fondo El Pardo. Reinado de FernandoVI, Caja 9440.
Notas de pie de página.
1 Archivo General de Palacio. Caja 9440. Exp.10.
2 Perros especializados en la caza nocturna.
3 Trampas de palos para cazar animales.
4. Caballete o tejadillo que se coloca sobre los muros.
5 Comunicación a don Juan de Obregón en 30 Octubre 1751.
6 Párrafo del proyecto de cercado de Biñuelas del arquitecto Bentura Padierna y fecha de 15 de febrero de 1752.
7 Encyclopedia Metódica de Antonio Carbonell. Tomo I. Pág 233. Madrid 1794. Imprenta de Sancha.
8 Biblioteca Nacional. Los Ingenieros Militares en España de Horacio Capel y otros. Pág.. 346 y 347. Sig: GM.ST/29 sala Goya. Francisco Nangle fue uno de los Ingenieros del Rey, ingresó en el Cuerpo de Ingenieros Militares en 1730, ascendiendo a Teniente en 1733. En 1733 se le encuentra realizando trabajos y obras en Cardona para pasar a la plaza de Gerona en 1739 donde fue destinado. En 1740 es ascendido a Ingeniero Ord., pasando desde 1742 a 1746 a Cuba donde se conoce su estancia por una explicación que realizó sobre el castillo de San Francisco. En 1746 lleva a cabo la construcción de la iglesia del convento de San Francisco en Santiago de Cuba. En 1749 un mapa del puerto de Guadarrama y sus contornos en le que se demuestra la nueva carretera que en 1749 se ha ejecutado por orden de S. M. En 1750 levanta el plano de la parte del recinto de Madrid que mira al en. En que se demuestra el camino nuevo que se proyecta hacer desde la Puerta de San Bernardo hasta Recoletos.
Traza el mapa particular de porción del río Henares y del giro de la acequia que se proyecta desde antes del paso sobre el arroyo de Tejada hasta la casa del Guarda de Tinate afuera de la dehesa de Maluque, campiña de Guadalajara – Alcalá. Mapa y tres planos parciales de las obras de construcción de la acequia de regadío proyectada en la campiña de Guadalajara y Alcalá. En 1784 es Mariscal de Campo e Ing. Dr. Solicita el empleo de Director Comandante del ramo de fortificación cuando ya tiene anotada en su hoja de servicio 46 años, participando en las guerras de Italia, Portugal y forma parte de la expedición a Argel.
9 Archivo General de Palacio. Caja 9440. Ex.24 .
10 Sus primeras noticias datan de 1614, su pequeña iglesia tenía por titular Nuestra Señora de los Angeles. En 1638, se ponía la primera piedra del actual convento, inaugurado el 9 de octubre de 1650, el mismo año en que Francisco Ricci firmaba el grandioso cuadro del altar mayor, que representa a Nuestra Señora de los Ángeles, teniendo a su derecha a San Felipe y a su izquierda a San Francisco. En el se venera el Cristo yacente.