Felipe VI. Rey de España.
Desde hoy a las doce de la noche, hasta que os deje, cuando Dios quiera, este será mi Rey
y esta será mi Bandera.
Marcos
Wednesday, June 18, 2014
Sunday, June 01, 2014
LA BATALLA DE MARGALEF
Durante la Guerra de Independencia, el mariscal Souchet, como jefe del
ejército napoleónico que operaba en Aragón,
recibía la orden de tomar la plaza de Lérida, llegando a sus inmediaciones
del día el día 13 de abril de 1810, al
mando de 13.000 franceses, para iniciar inmediatamente su asedio, momento en
que la defendían 8.000 hombres al mando del general Jaime García Conde. Souchet
rodeó la ciudad.
Los españoles organizaron una fuerza de socorro; Enrique O´Donell al
mando de sus divisiones, 9000 hombres, desde Tarragona se dirigió hacia el
lugar, para impedir el asedio. Cuando llagaba a Vinaxa el día 22, recibió una
carta del gobernador de Lérida, en el que le participaba que la mayor parte de
la caballería enemiga se había alejado de la plaza, aunque habían dejado frente
a ella unos 300 caballos.
O'Donell resolvió aprovechar
la ocasión que se le ofrecía, por lo que el 23 continuó la marcha con sus
divisiones y 250 caballos de la Maestranza y húsares de Granada, llegando a las
diez de la mañana a Juneda, donde efectuó un alto hasta el mediodía, dejando
una de ellas en este lugar, y adelantándose con la otra hasta las proximidades
de Margalef, donde la desplegó en
orden de combate en tres columnas, la primera en vanguardia, de infantería
ligera, donde se encuadraba el subteniente Ramón Anglés, avanzando por el
camino real; las otras dos constituidas en flacos, lo hacían bastante más
retrasadas.
En un momento determinado, la
vanguardia francesa de Souchet, se replegaba hacía
las inmediaciones de Lérida, al mismo tiempo que se aproximaba a galope,
armando una gran polvareda por el flanco derecho, parte de la caballería
enemiga. O´Donell que había permanecido en una casa cercana observando el
avance, dio la orden de retirada, que se ejecutó de inmediato.
Las dos columnas de flanqueo al avanzar más retrasadas,
efectuaron el movimiento de retirada rápidamente, colocando en sus flacos a la
caballería como protección y en posición dos cañones a derecha e izquierda del
camino real.
Los franceses sufrieron varias descargas de fusilería,
mientras la infantería se veía interceptada con un vivo fuego de artillería.
Llegada aquella con dificultad, formó
una columna de ataque, con su punta de vanguardia hacia el flaco derecho del
camino, pero la caballería francesa atacó con inusual ímpetu a la española que
la puso en completa derrota y en su huida, atropelló a todo el dispositivo de
la columna española, que no pudo resistir la carga de los coraceros franceses,
siendo derrotada completamente, continuando los franceses en su persecución
hasta Juneda, donde fueron contenidos por la división que había dejado O'Donell
allí.
Los españoles perdieron en esta acción tres cañones,
una bandera, tres estandartes y en poder de los vencedores quedaron 5.617
prisioneros. De esta manera tan aciaga, finalizaba aquella jornada del día 23,
dejando una lamentable visión de cuerpos inertes.
O’Donell, repuesto en parte de tal contratiempo, pudo juntar parte de su gente,
y antes de que se hiciera de noche, retirarse camino Borges Blanques y
Montblanch.
Subscribe to:
Posts (Atom)