Monday, March 28, 2016

Una carta desde aquí..

 Querido amigo y compañero  JOSÉ DANIÉL GARCÍA URÍA
Has de saber amigo que aún estas en mi recuerdo, allá donde te encuentres. Tú joven guerrillero que en aquella noche de triste y terrenal, tan lejana  y cercana para nuestro efímero tiempo. por causas que se me antojan extrañas, nos dejabas cuando cumpliendo con el deber para con la Patria, en nuestras queridas tierras asturianas.
Humilde y servicial como eras, en aquellos tiempos donde tu como voluntario de estas Unidades de Boinas verdes, no tenías mayor y mas noble objetivo que cumplir con la promesa de vivir como buen ciudadano. En aquel tiempo realizabas una noble tarea: disponer las viandas para a los mandos de aquella unidad en tiempos de campaña, por eso te conocía tu manera de hacer.
Y fue allí en la Providencia, en lo que hoy es parque disfrutado por todos los gijoneses, donde aún existe tapiado el búnker de hormigón, que habíamos adaptado como dormitorio provisional de nuestras maniobras, donde la fatalidad en una noche oscura, hizo que el cuchillo de combate seccionara tu femoral y se escapara por ella tu vida.
Y en el cuartel vi ya tu cuerpo inerte y estuve velándote y la día siguiente ya en tu casa, fuimos a recogerte y te llevamos en hombros por las calles. Eran los Boinas Verdes de la 72 al completo, compañeros disputándose el tener un lugar bajo el féretro, en aquel emotivo recorrido hasta llegar a la Iglesia.
Y en el Campo Santo de Ceares, depositamos tu cuerpo y en mi oración de íntima despedida, no pude evitar que se me saltarán lágrimas de emoción.

Gracias por tu imagen de noble comportamiento. Si cuando yo muera te parece bien, quedamos donde tu digas José Daniél, para darte un abrazo en compensación al que aquí en la tierra no pude llegar a darte, porque aquella noche ya te habías ido.