Monday, January 09, 2012


BASE MILITAR "EL GOLOSO" 
EL CIPRÉS Y LA LOMA DEL ARBOLITO.

Sucedió una mañana de primavera, cuando, como cada día, salía de mi unidad para hacer una hora reglamentaria de footing por el campo de maniobra de El Goloso, manera con la que me mantenía en forma y cual si fuera un rito hice mi primera parada en la loma del arbolito.
Y es que con este nombre se quedo, desde que un pequeño arbolito se plantó en tan señalado lugar. Ahora de arbolíto no tenía nada, pues se trataba de un viejo y majestuoso pino piñonero que presidiendo el altozano dominante, cobijaba con su amplia y fresca sombra, a cuantos llegaban hasta la loma.
Solamente se encontraba el arbolito, a todo lo largo y ancho del campo, de ahí que a mi entender, fuera el árbol mas respetado de aquel contorno; se ahí su frondosidad y vegetal señorío, testigo mudo en tal lugar de observación de reyes, príncipes y autoridades civiles y militares.
Era para todos un referente oficial y particular castrense: lugar de encuentro, puesto de mando, puesto de control, punto de contacto, punto de reunión, lugar de paso de marchas diurnas y nocturnas . Allí siempre estaba la figura, destacándose en el horizonte de aquella criatura de Dios.
Sin embargo aquel día, algo me llamó la atención. Parte de su corteza, en una franja de tres palmos alrededor del grueso tronco, había desaparecido, entonces me di cuenta que habían atentado gravemente contra su vida, atacándole por donde mas daño podían hacerle.
Alguno de mala intención, pues no cabía pensar de otra manera, había hecho un buen trabajo de exterminio del último amigo vegetal que tan buenos servicios había ofrecido, a los innumerables soldados que habían acudido a refugiarse bajo sus ramas y donde a veces, bajo su sombra deje volar mis ilusiones..
Emprendí de nuevo mi carrera sin dejar de pensar en la perversidad de alguno de nuestra especie, cavilaba la forma de restañar su herida, aunque finalmente no hubo forma de salvar a mi viejo amigo.
No tardó mucho en morir y nunca mas volví a parar en aque lugar sin sombras, sin refugio, sin frescor, ni poder dejar de pensar en aquella maldad. Quizás por ello, germinó en mi la idea de desagraviar a mi viejo amigo el arbolito y plantar un ciprés, el árbol que señala a todas las criaturas de este mundo el lugar donde está Dios.
Mi propuesta fue aceptada y hoy luce el ciprés en la entrada de la puerta principal del la Base del Goloso, testigo mudo del paso de sus soldados que aun siguen nombrando, a aquel lugar de campo de maniobras, la loma del arbolito. 

No comments: