HISTORIA DE DOS CAMPANAS
Hoy quiero hablar de apellidos. Como es al mío al que más tiempo he dedicado, quiero distraer vuestro preciado tiempo con una de las curiosidades que he encontrado a lo largo de mis investigaciones genealógicas.
Establecer lazos entre los mismos apellidos que aparecen en distintas partes geográficas, entrañan no pocas dificultades. Los documentos escritos, nos obligan a perder infinidad de horas, buscando entre papeles de archivos y muchas veces esta búsqueda resulta infructuosa.
Otras veces, indicios que nos hablan de entronques, vienen de manera insospechada, este es el caso que trato en este artículo; las campanas son testigo de vinculo familiar de un apellido leonés, en que alguno de los miembros de sus ramas vivieron en Extremadura, concretamente en Plasencia. Indudablemente hay otras vías de investigación para tratar de relacionar estos enlaces familiares pero, este no es el caso que ahora me ocupa.
Un personaje llamado Juan Alfonso de Mayorga, en su tiempo fue Gran Privado del rey Don Pedro, Canciller Mayor del sello de Puridad, por los años de 1360, su Embajador y Consejero.
Años mas tarde aparece en escena, el Capitán Diego de Mayorga, que estuvo al servicio del Rey D. Juan II. Participó en la batalla de la Higuera o Higueruela, dada el 27 de Junio de 1431, contra el rey musulmán de Granada Muley Baudeli Alaycar, Muhammad VIII, cayendo mortalmente herido.
Tiempo después, Alfonso Vaca de Mayorga, dispuso en su testamento, fechado en ocho de Julio de 1493, que diez mil maravedís de su legado, fuesen para pagar la forja de una campana, para la iglesia de San Lorenzo, en Sahagún. Las armas de linaje de este apellido, las vamos a encontrar precisamente en la capital leonesa, labradas en piedra. Conozco las armas de dos ramas familiares pero, nos vamos a fijar en el que para este trabajo nos interesa; una casa blasonada en la calle Arco de las Ánimas, de la capital leonesa, hoy desaparecida por una construcción moderna.
Dos puntas de lanzas, realzadas, en cada uno de los dos campos, delimitados por una barra transversal engolada con dos cabezas de dragones; la bordura, con ocho aspas realzadas. Un pelicano con dos crías, sobre el yelmo, nos está indicando que el personaje fue un hombre caritativo y piadoso, pues en heráldica, este símbolo así lo significa.
Vayamos a la segunda parte de esta historia y nos vamos hasta Plasencia. Establecer el tiempo de llegada de algún miembro de estas familias leonesas, a las provincias extremeñas, resulta obviamente imposible, pero sabemos que el asentamiento estable de los cristianos, en la Transierra Occidental, como así se las llamaba, y cuya ocupación cristiana resultaba necesaria para consolidar su dominio definitivo sobre la Meseta meridional, comenzó con la conquista de Coria, de la mano de Alfonso VII, en el año 1143, determinando los primeros establecimientos cristianos en el valle del Alagón.
La Transierra Occidental, quedó como zona de expansión leonesa y a ello dedicarán atención los nuevos monarcas, Fernando II y Alfonso IX. Como consecuencia entre los años 1185 y 1186, se funda, de nueva planta, una población importante con rango de ciudad: Plasencia. (Foto).
Pues bien, en la plaza de su Ayuntamiento, todo el mundo tiene ocasión de observar que en una de sus torres, se encuentra un curioso templete y la figura del abuelo Mayorga, que hace sonar una campana mediante su maza, marcando de esta forma las horas del reloj. Un figura simbólica para la ciudad.
Esta campana, de elegantes formas de bello diseño, en letras renacentistas, nos muestra la leyenda: “se hizo esta obra por mandato de los señores justicia y en el año del Señor de mil quinientos y cuarenta y seis. Diego de Bárcena, el autor de ella”. En escritura gótica y latín florido: breves dies hominis sunt (los días del hombre son breves) y ut placeat fortuna suo mute ferenda (destruir la mudez de la fortuna).
La denominación, campana de Mayorga, sin duda proviene del personaje que la hizo construir o que contribuyó en gran medida a su financiación. a tenor de lo siguiente: La firma bellísima mediante dos sellos, nos habla de este personaje relacionado con la familia leonesa. En uno de ellos se reproduce un león rampante de larga cabellera, orlado mediante la leyenda: Vincit leo de tribu iuda, radix david (venció el león de la tribu de Judá, estirpe de David). El otro que muestra un pelicano dando de comer a sus crías, con la inscripción: pellicanus solitudinis similis factus sum (fui hecho de modo semejante al pelicano de la soledad). Mucha coincidencia nos muestran, para no relacionar las dos campanas con personajes de un mismo apellido. Algún ascendiente de otro miembro de esta estirpe, Fray Diego de Mayorga, de la Orden de San Francisco de Asís, que fue Embajador del Rey D. Juan II, y sobre los años 1450 Obispo de Badajoz y de Plasencia, tendría en su tiempo, mucho que decir de todo esto. Las campanas, La Iordana de Sahagún y la de Mayorga en Plasencia, vinculan de manera muy estrecha, la historia de estas dos ciudades. FIN
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