UN DIA EN VILLALENGUA
No hay nada mas atractivo
para mi que conocer desconocidos lugares de España, tal vez de ahí
el que no haya mostrado demasiado interés en pisar otras del
extranjero, considerando que aún me quedaban por descubrir muchas de
las maravillas que atesora nuestra patria.
Y fue así que
aprovechando la invitación de uno de mis familiares cercanos que
hace poco mas de cuatro o cinco años, llegó a la villa de
Villalengua casualmente al descubrir que estaba en venta uno de los
molinos de la localidad, fui a esta tierra de maños.
Se trataba del Molino
maquilero de Arriba que se encontraba en estado ruinoso, comprándolo
y restaurando la vivienda en estos años y proponiéndose en un
futuro próximo, recuperar las piezas y muelas de este antiguo molino
para ponerlo en funcionamiento.
Era aquel día de últimos
del verano, espléndido en la villa zaragozana de Villelngua, lucía
el sol por los cuatro costados y Miguel Puertas había preparado en
la pradera que rodea el edificio de tal manera que sus vecinos
estuvieran cómodos, disfrutando del día y del magnífico cordero
asado con patatas que al horno, sirvió de acicate para que se
convirtiera la jornada en un día entrañable, al que se sumó la
Alcaldesa.
Aprovechando la mañana
mientras preparaban el ágape, me dediqué a conocer por medio de uno
de los invitados y vecino de la localidad a saber de aquella villa y
de aquel valle que se ofrecía a mi vista.
Me contaron que había
otro molino mas cerca del río y que en el valle y montañas aledañas
era lugar y hábitat de cérvidos, jabalís, conejos, perdices,
zorros e incluso más allá, se podían ver de vez en cuando una
familia de buitres volando en busca de sus presas.
Un trasiego de tractores
remolcando cajas de madera repletas de peras, camino de los
almacenes, indicaban la feracidad de la huerta que rodeaba esta
antigua localidad.
Pero quise saber más
sobre ella, buscando en los archivos e incluso recabé en la
hemeroteca, algunos datos que me ayudaran a confeccionar este
artículo que le había prometido a Miguel.
Supe así que que la
fecha más antigua por la que se conoce y se nombra al poblado de
Villalengua, es de 1139, fecha en que enumera a la localidad el papa
Lucio II. Unos años después, en 1181, aparece su nombre en un
documento que dice: "el obispo de Tarazona, llegó a un acuerdo
en relación con los de Calatayud, Cetina, Talamente, Villalonga y
Campillo, lugares pertenecientes a la encomienda sanjuanista de
Calatayud." Fue la villa de hidalgos e infanzones, en la Edad
Media.
Se sabe que hubo un
antigua iglesia de estilo gótico que se construyó en 1370.
Derruida sobre ella se construyó la actual del Siglo XVI, donde
veneran los villalenguinos o camuesos, a sus santos patronos San
Gervasio y San Protasio.
No se pueden dejar de
mencionar que en distintos lugares del pueblo, los vecinos levantaron
ornacinas, con imágenes de la virgen o de santos, siendo el más
antiguo el de santas Lucía y nombrados el resto con los nombres de:
el del Pilar, San José, Inmaculada, San Leonardo y el de los Santos.
Villalengua, situada en
la zona más alta de un cerro, situado a la margen izquierda del río
Manuble, afluente del Jalón, contempla el valle del Manuble, donde
antaño presenció el paso de musulmanes y a buen seguro cabalgó
con sus mesnadas el Cid.
Fue Villalengua una
recinto fortificado, quizás unas veces en manos de moros y otras de
cristianos, pues fue el rió Manuble linea frontera de unos y otros y
como todas los poblados de la comarca de Calatayud, estuvieron
fortificados, aunque en la actualidad solo se conoce la existencia de
aquella fortaleza por contadas referencias.
La antigüedad tanto del molino de abajo como este de arriba, probablemente se remonte a los mismos años. Los molinos eran imprescindibles en las economías en base a los cereales, de tal manera que cuanto más se extendía el trigo, más necesidad había de aumentar el número de estos ingenios y esto sucedió a lo largo del siglo XIX. Hasta aquellos momentos habían sido suficientes los establecidos por los señores feudales, pero a partir de esta época el aumento constante de la demanda de molienda, serán insuficientes propiciando que se instalarán otros.
El aumento en el número de molinos se verá favorecido,en primer lugar por las necesidades que tenia la monarquía que procuraban obtener toda clase de ingresos e intenta sustraer de los señores feudales todas las regalías que pudiera. Es decir todo aquellos que eran privilegios del rey pero que estaba en la práctica en manos de aquellos: el monopolio de establecer molinos en sitios de su reino y la potestad de conceder permiso para su establecimiento.
Debido a estas circunstancias y después de casi seis siglos de la reconquista cristiana, se va a romper el monopolio de la época feudal que había estado en manos de los señoríos, desde el siglo XIII.
La instalación de los molinos se va a facilitar por las leyes de libertad de industria y de comercio que se promulgaron en el régimen liberal, tras la abolición definitiva del antiguo régimen, a la muerte del rey Fernando VII en 1833.
Posibilitó entonces que proliferasen los molinos a todo lo largo donde eran necesarios y se levantaron donde podían aprovecharse las corrientes de agua.
Cosa que sucedía en este terreno accidentado, donde destacan los cerros de san Gregorio, Hinojosa y Varona, de naturaleza arcillosa pudiéndose apreciar esta característica en las cárcavas de color rojizo, desde la villa. Un valle regado por el Manuble y también por los arroyos de Carcabantes y Monegrillo, así como por las aguas que aportan los barrancos de Escalones, Canaleja y Morata.
El aumento en el número de molinos se verá favorecido,en primer lugar por las necesidades que tenia la monarquía que procuraban obtener toda clase de ingresos e intenta sustraer de los señores feudales todas las regalías que pudiera. Es decir todo aquellos que eran privilegios del rey pero que estaba en la práctica en manos de aquellos: el monopolio de establecer molinos en sitios de su reino y la potestad de conceder permiso para su establecimiento.
Debido a estas circunstancias y después de casi seis siglos de la reconquista cristiana, se va a romper el monopolio de la época feudal que había estado en manos de los señoríos, desde el siglo XIII.
La instalación de los molinos se va a facilitar por las leyes de libertad de industria y de comercio que se promulgaron en el régimen liberal, tras la abolición definitiva del antiguo régimen, a la muerte del rey Fernando VII en 1833.
Posibilitó entonces que proliferasen los molinos a todo lo largo donde eran necesarios y se levantaron donde podían aprovecharse las corrientes de agua.
Cosa que sucedía en este terreno accidentado, donde destacan los cerros de san Gregorio, Hinojosa y Varona, de naturaleza arcillosa pudiéndose apreciar esta característica en las cárcavas de color rojizo, desde la villa. Un valle regado por el Manuble y también por los arroyos de Carcabantes y Monegrillo, así como por las aguas que aportan los barrancos de Escalones, Canaleja y Morata.
Crece en sus tierras la
carrasca, el romero y la aliaga y es una maravilla ver correr el agua
por las acequias procedentes del Manuble, y la velocidad de la
corriente patrocinada por las distintas alturas y que se construyeron
para mover las aspas de los molinos que como el de Abajo, disponían
de un gran depósito de este apreciable elemento.
En las huertas se cultiva
el frutal, la alfalfa, remolacha, judías, patatas y distintas
hortalizas. En las tierras de secano los cereales, cada dos años.
Así mismo es de estacar las tierras dedicadas al cultivo de la vid.
Forman parte del ganado, al que se dedica las tierras de pastos, el
de cerda, lanar, y cabrío.
Hay canteras de pizarra y
algunas minas que están sin explotar actualmente. Cerca de los
arroyos se levantan los zarzales que en esta época se encuentran
repletos de zarzamoras y que tuve la ocasión de recolectar,
confeccionando mi mujer Soledad, una excelente mermelada.
En la actualidad son muy
renombradas las bodegas de San Gervasio y San Protasio, donde se
preparan vinos de excelente calidad. En el verano de 1884, una nota
en un periódico de Calatayud decía:" Nos escriben de
Villalengua dándonos cuenta del lisonjero aspecto que presentan las
cosechas de aquel rico pueblo, privilegiado por su suelo y por su
cielo. Respecto a transacciones en vino, nos dice el corresponsal que
se nota alguna animación, en el importante mercado de la villa que
nos ocupa, con tendencia a la exportación para Castilla que
seguramente se acentuará, por el buen estado de las cosechas de
aquella zona. Al presente los precios oscilan entre 23 y 24 pesetas
el alquez."
Sobre su historia
escribieron el Rvdo Don Ignacio Mendoza Aragón en su obra:
"Historia de Villalengua". Francisco Zaragoza Ayarza en su
artículo: "Villalengua" en Archivos Municipales de la
provincia de Zarazoza. María Luisa Lesdesma Rubio en "Templarios
y Hospitalarios de Aragón". Germán López Sanpedro en
"Calatayud y su comarca" y Madoz en su Diccionario
geográfico estadístico. FIN
1 comment:
¡Magnifico! Como camues me ha encantado el cariño con que describes mi pueblo, te lo agradezco y te invito (si te interesa conocer más de Villalengua) a que visites nuestra página de Facebook: “Villalengua, (Cultura Camuesa)”, no es una gran página pero en el apartado “Notas” encontraras artículos de Crispín Mínguez, el cual ha escrito un nuevo libro sobre el pueblo: “Villalengua. Encomienda y señorío de la Orden de San Juan de Jerusalén” que puede descargarse gratuitamente de la red; también encontraras en la nota titulada “Algunos topónimos” (La cual aún está en construcción) un enlace al “Diccionario Camueso” y también en este apartado de “Notas” hay algunas anécdotas recogidas por aquí y por allá. Saludos cordiales.
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