Friday, June 27, 2008

LA VIDA DEL DUQUE DE RIÁNSARES

El ferrocarril La Habana – Güines.
Asturquín
El primer ferrocarril que se construyó en España, fue el correspondiente a la línea de La Habana a Güines en Cuba, siendo también el primero que apareció en Las Antillas y en latinoamérica.
Con aquella línea se daba un paso adelante a la economía de la isla solucionando en gran parte el transporte del azúcar.
La Sociedad Económica de Amigos del País, en sesión celebrada el 22 de abril de 1830, acuerdó formar una Comisión que se debía de encargar de llevar a cabo los estudios encaminados al trazado de la línea de camino de hierro entre La Habana y Gúines. Entre sus componentes se encontraban Francisco Dionisio Vives, Capitán General y Claudio Martínez de Pinillos, conde de Villanueva, a la sazón Consejero del Estado e Intendente del Ejército y Real Hacienda. Este último se destacó en la gestión para poner en marcha el proyecto, dando por terminado el estudio, que solicitó al coronel ingeniero militar Francisco Lemaur, el 14 de noviembre de 1830.
La Junta del Camino de Hierro (JCH) que se creó, en la sesión celebrada el 23 de enero de 1831, acordó dejar en manos de La Real Junta de Fomento, Agricultura y Comercio de la Isla, todas las actividades de este proyecto. En la última sesión estuvo presente en la Habana el señor David F. Waymouth, un constructor de caminos recomendado por el cónsul español en New York, para exponer su modelo de coche de vapor, a las autoridades cubanas.
El primer tramo se iba a inaugurar el 19 de noviembre de 1837, entre La Habana y Bejucal, El conde de Villanueva dio a partir de 1832, en que fue nombrado presidente de la Junta de Fomento, el impulso necesario, que como representante de los intereses de los magnates azucareros y la política de la capital de la metrópoli, gozaba de todos los beneplácitos.
En 1834 se acordó que la financiación del ferrocarril La Habana - Güines se hiciera mediante un empréstito exterior, convenido con Inglaterra y autorizado por la Reina Gobernadora María Cristina, sentando un precedente al no haberse efectuado la operación en la Habana, y motivo de controversia entre el Gobernador de la isla Miguel Tacón y Rosique y el conde de Villanueva.
El contrato para el empréstito, se firmó en Madrid el 18 de octubre de 1834 con la casa de Londres Alejandro Roberston y Hno, siendo Joaquín Uriarte el apoderado en representación de la Junta. Se cubría con la emisión de 1985 obligaciones o abonos al portador, compuestas de cuatro series de distinto valor nominal, y un total de 2000.000 de pesos, a un interés del 6%, que se debían de abonar a los portadores cada seis meses.
Las diferencia entre el capitán General Tacón y el conde de Villanueva, llegaron a ser tan tensas que el primero llegó a pedir al gobierno de la metrópoli, el cese del segundo como presidente de la Junta de Fomento, pero un real orden de 25 de junio se ratificaba a Villanueva en sus funciones. Los hechos iban a demostrar en poco tiempo que el modo de financiación iba a ser el más positivo y beneficioso. En 17 años entre 1841 y 1858 la sociedad pasó de un capital social de 1000.000 de pesos a 3.456.4000 después de haber satisfecho la totalidad de los intereses y haber saldado todas las deudas.
En la construcción intervinieron jornaleros del lugar, esclavos alquilados o emancipados y prisioneros carlistas, aunque también intervinieron jornaleros de Norteamérica y de las islas canarias. Murieron muchos de ellos, rendidos por el gran esfuerzo físico.
La inauguración se hizo coincidir con el día del santo de Isabel II, el 19 de noviembre de 1837. El segundo tramo Bejucal- Villa de Güines, se inauguraría en noviembre del año siguiente.
El 6 de marzo de 1842, en un acto público que se llevó cabo en la estación de Villanueva, la empresa que hasta entonces había sido estatal, se convierte en privada, pasando a ser una sociedad anónima comandada por el terrateniente Juan Poey, con participación de casi toda la oligarquía del azúcar habanera entre los que se citan: José y Julián L. Alfonso, Domingo Aldama, Francisco de Céspedes y Santiago Drake.
El Duque de Riánsares tuvo participaciones en los negocios del ferrocarril, de su gestión y de velar por sus intereses estaba a cargo Don Antonio Parejo, que a su vez estaba metido en ellos. La Compañía de ferrocarril de Cienfuegos a Villaclara que quedó constituida en 1849, contaba entre sus socios fundadores, Antonio Parejo.
(SARMIENTO RAMÍREZ, Ismael. CUBA, entre la opulencia y la pobreza. 972.8 SAR. Biblioteca UNED.)
FIN

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